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Un gallego contra trece catalanes

Empieza la liga de hockey sobre patines, en la que por primera vez en el último cuarto de siglo el Deportivo Liceo coruñés será el único equipo de fuera de Cataluña

Reus-Liceo, semifinal de la Supercopa de este año
Reus-Liceo, semifinal de la Supercopa de este añoLUIS VELASCO

La OK Liga de hockey sobre patines, que comienza este viernes, se puede explicar con una ilustración, la que apoya la campaña de abonados del Deportivo Liceo. Y apunta José Luis Huelves, histórico jugador del equipo coruñés, que lo logra desde el respeto y el ingenio del diseñador y viñetista Antón Lezcano. Trece castellers ataviados con la senyera alzan una torre humana sobre la que emerge un pequeño, el enxaneta, que viste de verde y porta una bandera gallega. “Ayúdanos a llegar a lo más alto”, reza el lema liceísta para atraer seguidores. Por primera vez desde 1994, el campeonato de la disciplina que más laureles ha dado al deporte español se configura con el Liceo como único antagonista a un censo compuesto por rivales catalanes.

La alusión al castell, con toda su arraigada tradición de colectivo esfuerzo y afán de superación es un guiño galaico a un deporte totémico en Cataluña, en especial en la de pueblo, una pasión que en las ciudades creció sobre todo al amparo de los colegios, pero que ahora palidece porque en sus polideportivos desaparecen las vallas. “Al hockey le penalizan los espacios diáfanos, se escapa la pelota. De chaval en Barcelona recuerdo un montón de ligas, ahora se han trasladado sobre todo fuera de la ciudad”, resume Fernando Pujalte, un catalán que lo ganó todo con el Liceo y la selección. Porque más allá de Barcelona e incluso Reus, el hockey tiñe su triunfal devenir en proezas patinadas en Voltregá, Sant Sadurní d’Anoia, Igualada, Vic o Tordera.

Cartel de la campaña de abonados del Deportivo Liceo.
Cartel de la campaña de abonados del Deportivo Liceo.

Es una historia de esfuerzo y pasión comarcal por un deporte que desde hace décadas trata de levantar enclaves en otros puntos de España. A Coruña fue uno de los primeros. Esa tradición pilotada por una sección del Deportivo la retomaron equipos de colegio como el Dominicos y el Liceo. Pero que en 2019 la Liga parta como un Liceo contra 13 catalanes alerta de que hay cuestiones pendientes.

“La cuestión es si la promoción de un deporte corresponde a los clubes o a la federación”, trata de centrar Emilio Fernández, directivo responsable de marketing del Liceo. Desde Asturias triunfó en su día el Cibeles y a su vera crecieron proyectos vecinos en Mieres y Grado. En Bilbao quiere regresar ahora un clásico, el Jolaseta. El Claret sevillano fue una pica en Andalucía en los ochenta. Tenerife y Alcoy no hace mucho que disfrutaron de la máxima categoría. Y Huelves, madrileño, habla de su tierra: “Siempre hubo buen nivel. El Pilaristas se convirtió en el Alcobendas y el Femsa en el Coslada. También estuvo el Alameda Osuna. El hockey emergió en Madrid también vinculado a los colegios, pero menos popular que en los pueblos catalanes, más de élite”, describe.

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Huelves, que de corto fue una leyenda bajo palos y ejerce ahora como delegado de la selección española, llegó a la máxima categoría con 15 años, pero tuvo que irse a Reus para transitar hacia el profesionalismo. En 1992 colgó los patines tras capitanear la década más triunfal del Liceo, al que acaba de regresar como uno de sus ejecutivos. “Se promociona bien la base, pero no llega con eso. Falta la élite”. Y ahí brotan ideas y aportaciones: “Quizás haya que hacerlo artificialmente, con decisiones valientes y buscando mercados”, reflexiona Willy Duarte, otro exjugador liceísta embarcado ahora en el reto de comandar la entidad. Y lanza un lamento: “Llevo 20 años fuera del hockey, he vuelto y todo sigue igual”.

“La federación es un ente pensante”, advierte Quim Pauls, un histórico del Barcelona que a fin de mes dejará esa casa tras seis años en los que fue seleccionador juvenil, luego absoluto y acabó como director deportivo. “Se busca la manera de que el hockey cale en el resto de España, pero no es tan fácil como decir quiero hockey, por ejemplo, en Valencia e implantarlo, se necesitaría dinero para entrar en una ciudad y una base de jugadores que se desplazase allí”. Pujalte cree que hay referencias que no deben desaprovecharse: “Ni en Cataluña ni fuera gusta la situación actual. Hay que trazar un plan de crecimiento e igual copiar de otros, de la ACB, la Asobal o la Liga Nacional de Fútbol Sala”. “Podemos estar en el inicio de algo mejor”, alerta Pauls, que como todos los consultados pide retransmisiones televisivas de calidad para desterrar el mito de que desde el sofá de casa la bola no se ve. “Este año habrá play-off para decidir el campeón y al reducir dos equipos la OK Liga, la segunda categoría será más fuerte que nunca y con equipos de distintos lugares de España”, explica.

Entre las líneas de trabajo a futuro surge la de fomentar una Liga europea que asuma el reto de sembrar en Alemania o Inglaterra lo que ahora se trata de que germine en muchas partes de España. Ahí clubes como el Barcelona pueden debatirse entre ese respeto a la tradición del deporte popular y la necesidad de defender un presupuesto al nivel de Oporto, Benfica o Sporting. Porque la meca económica del hockey está ahora en Portugal. Hacia allí se fueron los mejores jugadores del Liceo en la pasada temporada. Agrupar a los más fuertes podría servir para crecer y referenciarse ante los demás. “Entonces sí que podríamos empezar a hablar de algo parecido a franquicias”, deja caer Pauls. También se habla de Liga Ibérica, pero ahí el exseleccionador tuerce el gesto “Si hemos de desmontar que sea para montar algo grande. Y podría compaginarse con las ligas nacionales a través de plantillas más amplias”.

Mientras tanto, ese clásico entre Liceo y Barcelona abre la competición doméstica este viernes en Riazor, una complicada escalada para los coruñeses porque su rival apenas ha cedido dos de los últimos 22 campeonatos. No es sencillo subir a lo alto de la torre. Lo sabe el Liceo, siete veces campeón de Liga, que durante años ingenió una logística que consistía en guardar una equipación y parte de su material en Cataluña. Ahora, el roce hace el cariño y en ocasiones el negocio, ha llegado a un acuerdo con la línea aérea que le traslada cada dos semanas al aeropuerto de El Prat para que sea uno de sus patrocinadores.

Video de presentación de la temporada del Deportivo Liceo.

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