Los datos del fenómeno Ansu Fati
El guineano, de 16 años, el futbolista más joven en marcar con la camiseta del Barcelona, se asoma a la Champions


Ansu Fati nació en Guinea-Bissau en 2002. Su padre, Bori, que había jugado al fútbol en Portugal, había encontrado un nuevo destino en Herrera (Sevilla). Mientras su padre trabajaba en el vertedero municipal, en la Renfe y hasta como chófer del alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, Ansu comenzó a jugar al fútbol en la Escuela Peloteros de Herrera a los seis años. Tres temporadas después, el Sevilla lo fichó para su cantera. Duró solo una campaña. A los 10 años, Ansu Fati se incorporó a La Masia.


En la cantera azulgrana sufrió primero con la sanción FIFA, después no lo dejaban debutar en el Juvenil B cuando tenía 15 años y su peor momento fue cuando estuvo 10 meses sin jugar por una lesión en la tibia y el peroné. La temporada la empezó junto a Víctor Valdés en el Juvenil A, pero fue en un entrenamiento en el Barça B cuando lo descubrió Ernesto Valverde. El 21 de agosto trabajó por primera vez con el primer equipo. Cuatro días después, ante el Betis, se convirtió en el segundo jugador más joven en estrenarse con la camiseta del Barcelona. Una semana después, en el campo de Osasuna, marcó su primer gol en Primera y pasó a ser el goleador más precoz de la historia azulgrana. Y ante el Valencia, el sábado pasado, con 16 años y 318 días, se convirtió en el futbolista con menos edad que ha marcado y asistido en un mismo partido de LaLiga en este siglo XXI.

El verano pasado, asesorado por Rodrigo Messi, hermano del capitán del Barcelona, renovó su contrato hasta 2022. Cuenta con una cláusula de rescisión de 100 millones de euros. “A mí no me sorprende. Lo he disfrutado muy poco, pero le he podido dar varios mensajes. Lo que está demostrando es lo que es: anarquía total, y hay que darles la libertad total para que su talento fluya”, opina Víctor Valdés. “Con Ansu se va a hacer la bola grande, muy grande, muy grande. Pero se trata de que nosotros la vayamos desinflando. Nuestro trabajo es proteger al jugador. Es difícil para un futbolista maduro saltar al Camp Nou, más para uno joven. Todo se irá normalizando”, explica Ernesto Valverde.
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