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“Parecía imposible, pero cuando sueñas pasan estas cosas”

Scariolo y el vestuario español valoran el pase a la final como la suma de corazón, cabeza y Marc Gasol. "Es la medalla más inesperada", cuenta el seleccionador

Willy, Llull, Beirán y Rabaseda celebran el triunfo. En vídeo, declaraciones de los jugadores y del seleccionador tras el partido.Vídeo: AP / ATLAS
Faustino Sáez

En los momentos en los que el miedo se convierte en un escalofrío que viaja de la cabeza a las extremidades, a los rivales se les encoje la muñeca y el corazón. En los momentos en los que la emoción suspende el discernimiento a España se le desata la memoria de campeón y le arde la sangre. La verdadera Serbia del Mundial resultó ser Australia, un equipo pétreo y grácil a la vez; alto, ancho, largo y profundo. Del afamado Paty Mills al inopinado Nic Kay, de Dellavedova a Bogut. Pero con ellos también pudo la selección española, por resiliencia y lucidez, por corazón y cabeza. Y por ambición. Nadie mencionó la palabra plata. “Hay jugadores que saben jugar en estas situaciones y al final emergen. La experiencia y la personalidad son un valor. El valor de lo vivido”, lanzó Scariolo. Recorrían en ese momento su mente todos los jugadores que resistieron todas las embestidas australianas y escaparon a todas las emboscadas. “Ricky ha hecho una gran segunda parte, Rudy un partido defensivo extraordinario… Víctor (Claver) ha estado increíble otra vez… Sergi (Llull) un partidazo, Pau (Ribas) ha ayudado mucho… También Willy, Oriola y Juancho han puesto su ladrillo” repasó el seleccionador. Todos, pero sobre todo uno.

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El nombre del partido era, sin duda, Marc Gasol. El campeón de la NBA llegó al descanso con solo cuatro tiros libres en su expediente, pero anotó 29 puntos en un desenlace para la hemeroteca de hazañas de la selección. “Ha sido un poco como el kétchup, que cuesta abrirlo pero cuando lo consigues sale por todos los lados. Se le destapó la canasta, ha metido tiros importantes y ha complicado mucho los planes del rival. Tácticamente es importantísimo porque lleva lejos del aro a los que protegen su pintura”, explicó el seleccionador entre bromas y veras antes de analizar la gesta que valió el pase a la final. “Australia nos lo puso difícil durante 50 minutos pero, una vez más, la suma de corazón y cerebro que hemos tenido ha sido superior. Hemos sabido jugar con paciencia los momentos complicados, sin venirnos abajo en ningún momento. Estaban 11 puntos arriba, Mills nos estaba haciendo mucho daño, nos cogían muchos rebotes… pero el carácter y la personalidad competitiva nos ha llevado a no tirar la toalla nunca. Después, llegamos con mucha cabeza a los momentos decisivos del partido”, explicó Scariolo, que confesó haber disfrutado en mitad de la incertidumbre. “Lo más bonito es cuando te tienes que desafiar a ti mismo, mostrar frialdad y concentración para hablar y cambiar cosas o dejar actuar a los que lo están haciendo bien en la cancha. La parte más divertida de mi trabajo es disputar partidos igualados”, señaló.

Siguió Scariolo amasando palabras para definir los sentimientos que se le agolpaban. “Quizá es la medalla más inesperada. Solo con corazón no ganas. Eso, conociéndoles, lo puedo dar por hecho. Pero después hay que añadir mucha cabeza. Los últimos 16-17 minutos ha habido mucha cabeza. Vivimos para conseguir medallas y ganar títulos, pero llegar al último día con estos jugadores es para estar agradecido. Hemos disfrutado del camino y queremos culminarlo”, completó el seleccionador, que está a un paso de conquistar la NBA y el oro mundial en el mismo curso. Igual que Marc Gasol que, igual que en la primera fase puso temple a las dudas, en la victoria puso hastío a la euforia. Exhausto tras su exhibición, solo visualizaba la cena y la camilla de masajes.

"Lo doy todo siempre y siempre esperas que el resultado sea positivo. Estoy muy contento por estar en la final, era nuestro deseo. Ahora a descansar lo más rápido posible porque el domingo tenemos, nada menos que la final del Mundial”, comenzó su parlamento, con ganas de agilizar los trámites ante los micrófonos. "A la que ha entrado una, o un par seguidas... Es lo que pasa a veces, cuando entras en ritmo es más fácil", resolvió de un plumazo el análisis de su exhibición para pasar a hablar del colectivo. "Llevamos creyendo en esto desde hace muchos días, desde el 23 de julio que nos concentramos y empezamos a trabajar para llegar hasta aquí. Estamos contentos de estar aquí y ahora, como siempre, con ambición al máximo". ¿Tienen el oro enfilado? Le preguntaron. “Cuando saltamos a la pista tenemos esas ganas de ganar, de trabajar, de hacerlo sobre todo juntos…Y ya que estamos aquí...”, remató.

Para dimensionar la memorable actuación de Marc bastaba con escuchar a Juancho Hernangómez. “Marc Gasol ha venido para implantar su nombre. Ha sido el líder, ya está. Ha tenido una primera parte un poco así, pero en la segunda ha dominado y gracias a él estamos aquí. Ha metido cuatro tiros libres clave en momentos en los que la cabeza te puede jugar malas pasadas. Ha sido nuestro mvp y nos ha llevado a la final. Ahora hay que ir a morir”, soltó de sopetón, casi sin respirar. “Ha sido probablemente el mejor partido que he vivido en mi vida… Este equipo es así. Hemos jugado todos con huevos. Parecía imposible, pero cuando nunca dejas de soñar pasan estas cosas. El baloncesto es impresionante y hoy nos ha tocado la cara buena de la moneda”, siguió entre boquiabierto y extasiado. “El orgullo que tiene este grupo es alucinante. Nos ha costado mucho pero lo hemos sacado adelante. Ahora, donde no lleguen las piernas tendrá que llegar otra vez el corazón. Este equipo ha nacido con esto y en cada campeonato se supera”, completó Juancho. ¿La clave para esta secuencia de hazañas? Le lanzaron a Sergio Llull. “Aprendimos de Navarro, Pau, Felipe… Ahora no están aquí, pero estarán felices de vernos en la final. Vamos a lucharla”, cerró el jugador del Madrid, apelando al orgullo, al recuerdo, a la memoria de los campeones. La ambición del grupo quedó resumida por omisión. Nadie mencionó la palabra plata.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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