Diego López silencia al Alavés en Vitoria
El portero se luce con dos grandes paradas en los minutos finales, cuando el equipo de Garitano apretó al Espanyol
El Alavés despertó tarde en Mendizorroza. Y cuando lo hizo, se topó con Diego López. El portero gallego, de 37 años, salvó de su segunda caída consecutiva en LaLiga al Espanyol, todavía pendiente de sellar la clasificación a la Europa League. El Alavés especuló en el primer tiempo y atacó en el segundo, dos caras de los muchachos de Garitano ante un tímido Espanyol, aburrido con el balón, sin chispa en ataque.
El Alavés todavía anda con un ojo en el mercado y con el otro en la enfermería. Garitano se quedó esta semana sin Maripán, traspasado al Mónaco por 18 millones de euros. Euros para las arcas del cuadro de Vitoria, otro problema para el técnico vasco que tiene a Laguardia, Ximo Navarro y Burgui lesionados. Sin Maripán, a Garitano no le quedó más remedio que mandar al centro de la zaga a Rubén Duarte y colocar a Marín como lateral izquierdo, mientras que Lucas Pérez reemplazó a Joselu en ataque. David Gallego tiene un problema similar al de Garitano; mientras espera que el Bayern no se lleve a Marc Roca para Múnich, el técnico blanquiazul salta de la Europa League a LaLiga, siempre sin repetir alineación.
El Espanyol, de entrada, dominaba el balón. El Alavés, sin embargo, ni se inmutó. Esperaba el cuadro vasco en su campo, mientras el Espanyol movía el balón sin velocidad ni profundidad, nada de acierto para encontrar a Matías Vargas y Melendo. El problema para el Alavés era que cuando recuperaba el cuero, tenía demasiados metros por delante, solo a la espera de que Lucas Pérez se las ingeniara para pescar un balón o de un error en la zaga blanquiazul, como cuando Marc Roca se confió en un desplazamiento cruzado, que Aleix Vidal no pudo condenar.
Adelantó líneas el Alavés tras el paso por los vestuarios. Más presencia en campo del Espanyol, sin fortuna en el remate. Insistió Garitano y alineó a Joselu junto a Lucas Pérez, dos delanteros de área para romper a Diego López. Pero no había manera de batir el portero gallego. No acertaron Lucas Pérez ni Joselu, tampoco Marín en su escalada. Insistía el Alavés, no respondía el Espanyol, solo encomendado a algún arrebato de Matías Vargas y a las manos de Diego López, que rescató al cuadro blanquiazul con el reloj a punto de expirar, primero ante Borja Sainz; mejor respuesta para salvar sobre la línea el remate de Rubén Duarte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.