Santi Aldama, el extraño portento
El MVP del Eurobasket sub-18 se marcha a EE UU para primar sus estudios universitarios mientras los técnicos le comparan sin dudarlo con Pau Gasol
Esbelto y desgarbado, barbilampiño con perilla, adolescente y gigante. Santiago Aldama Toledo, grancanario de 18 años y 2,11m, se colgó el domingo en Grecia el oro del Eurobasket sub-18 y a la vez el cartel de nuevo fenómeno del baloncesto español. A pesar del revuelo ante su exhibición, el MVP del campeonato, con 22,9 de valoración en 28 minutos de media, no se inmuta. “Hay que poner todo en perspectiva y ser humilde. Quiero llegar más alto no quedarme aquí”, explica con alegría serena el alero tras recibir las felicitaciones de la selección absoluta en el Triángulo de Oro a su llegada a Madrid.
“Empecé en esto por diversión, en las canastas del colegio. Y ahí llevo toda la vida, jugando federado desde los 9 o 10 años. Me ha gustado mucho trabajar y las cosas han ido saliendo bien”, cuenta con naturalidad el hijo de Santiago Aldama Aleson (olímpico en Barcelona 92, con más de una década de recorrido en la ACB) y Eli Toledo, hermana de otro exjugador de baloncesto. “Ya he conseguido mi primer sueño, que era ganar un Europeo con España. Ahora a priorizar los estudios”, suelta sin ínfulas. Después de jugar desde crío en el equipo de su escuela en Las Palmas, el Canterbury Sport, y de desoír reiteradamente ofertas de grandes clubes, el día 18 de este mes se marchará a Estados Unidos para cursar Empresariales en la Universidad Loyola Maryland mientras disputa con ellos la NCAA.
“Tira, penetra, asiste... Con 2,11m hace cosas que no he visto hacer a nadie desde Pau Gasol. Mirotic hacía cosas parecidas, pero lo de Santi es mucho más increíble. Si nada se tuerce va a jugar en la NBA seguro, sin ningún problema. Tiene que ganar cinco o seis kilos, no más de 10, de puro músculo. Y, entonces, no sé quién le va a parar”, se pregunta el técnico croata Davor Matkovic, que tuteló la preparación específica de Aldama antes del Eurobasket.
“Mis ídolos de pequeños son Pau y Navarro y es un honor que me comparen con Pau, pero Pau solo hay uno. Yo prefiero seguir a lo mío, trabajando, y lo que tenga que llegar llegará. Es mejor trabajar de más que quedarte corto. Arrepentirte es lo peor que te puede pasar”, prosigue Aldama sin asomo de que el oro y los focos hayan alterado su hoja de ruta. “Se trataba fundamentalmente de enseñarle técnica individual de los pívots, porque él tiende a moverse más por fuera. Pero tiene tanto talento que le dabas unas pequeñas indicaciones y enseguida hacía cosas que jamás había hecho con una naturalidad innata. Me pedía siempre más y más trabajo”, prosigue Matkovic, que trabaja desde 1995 en la formación de talentos y lleva 15 años en España, primero en la cantera del Torrelodones y ahora en la del CB Marbella. “Es el ejemplo de un chico humilde de una familia normal. No tiene agente y pocos sabían de él hasta hace cuatro días. Ha ido dando pasos sin hacer ruido hasta ser MVP del baloncesto europeo. Es un ejemplo”, añade el técnico.
En febrero de 2015, Aldama disputó la Minicopa de Gran Canaria invitado por el Herbalife, anfitrión del torneo, junto a otras dos promesas de la isla, Carlos Cazorla y Carlos Marrero. Con apenas 14 años y 1,80m por entonces, la espigada figura de Aldama no tardó en acaparar las miradas de aficionados y ojeadores. Aquel mismo año, su progresión hizo saltar los radares de la Federación, que lo reclutó en su Operación Talento para jugadores nacidos en 2001, donde comenzó a jugar junto a otros de los campeones sub-18 como Jorge Mejías, Marc García, Jaime Pradilla y Golden Dike. Cuando Madrid y Barça se preparaban para pujar mano a mano por el fichaje de la perla canaria, el chico sorprendió a todos con su decisión. Disputó varios campeonatos con el Barça en calidad de invitado, incluido el prestigioso torneo de Hospitalet y la Euroliga júnior pero, llegado el momento, decidió quedarse en su colegio. “Seguir en mi club de toda la vida era lo mejor. Allí se trabaja muy bien, competía a alto nivel y estaba en mi casa y con mi gente”, señala Aldama. “Mi padre siempre me dice que tiempo al tiempo. Y ahora he optado por ir a EE UU que es otro acierto. El baloncesto dura hasta los 35 o los 37 años y nunca sabes la suerte que vas a tener. En la NCAA puedo seguir jugando a alto nivel sin dejar de cuidar los estudios”, sentencia. “Voy allí a crecer, a mejorar, a sacarme una carrera y ya se verá…”.
Capaz de abrir la pista con un notable tiro exterior y de generar ventajas en el poste bajo gracias a su extraordinaria envergadura, los abarcables golpes de cincel que tiene pendientes pasan por el endurecimiento de su físico y su juego. “Estamos ante un caso muy especial. Es uno de los talentos más grandes nacidos en España en los últimos años y eso que hemos tenido muchos”, apunta José Luis Pichel, uno de los mentores de Luka Doncic en su etapa de formación, ahora en la cantera del Fuenlabrada, con el que se ha enfrentado y “sufrido” a Aldama en varios campeonatos. “Por físico y características, la referencia es Pau Gasol. Aldama es más exterior que Pau a su edad, tiene un tiro más consistente y fiable. Y en cuanto a jugador grande y todoterreno, como proyecto, si puede ser parecido a Kukoc. Siempre hay que ser prudentes, pero sin pecar de inocentes”, recalca sin dudarlo Pichel antes de diseccionar al jugador. “Es muy versátil y tiene infinidad de recursos. Sube el balón rápido, resuelve con las dos manos, tiene un primer paso excepcional hacia los dos lados y tira muy bien tras bote... Eso le hace tener muchísimos puntos en las manos. El talento de Aldama es una locura”, cierra Pichel en su radiografía del extraño portento del baloncesto español.
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