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Las vidas de Jacques Goddet

Durante 50 años, el hijo de uno de los creadores del Tour lo dirigió con mano firme

Jon Rivas
Jacques Goddet (d), en el Tour de 1958.
Jacques Goddet (d), en el Tour de 1958.Cordon Press

Montado en su Jeep, vestido para un safari de película, tocado con su salacot, chaqueta sahariana, bermuda a juego y medias de lana, Jacques Goddet manejó el Tour a golpe de megáfono. Mandó parar al pelotón para saludar al general De Gaulle en Colombey-les-deux-Églises años después de haber elogiado a Petain cuando era títere del régimen nazi durante la ocupación francesa. Se detuvo ante el monumento a Tom Simpson en el Mont Ventoux para colocar un ramo de flores mientras los gendarmes se cuadraban. Fue el alma del Tour durante décadas, el nexo de unión entre L’Auto y L’Equipe, los periódicos que han organizado la carrera desde su creación. Y fue también el impulsor de la Copa Intercontinental de fútbol desde las páginas de su diario.

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Goddet tuvo también su parte oscura, la que siempre quiso olvidar. Fue quien entregó las llaves del Vel d’hiv, el Velódromo de Invierno, el 16 de julio de 1942, donde 12.884 judíos fueron hacinados por las autoridades francesas y alemanas antes de ser enviados, la mayoría de ellos a morir, a los campos de concentración.

"Francia está comenzando otra vida", escribió en plena ocupación, apoyando a Petain, juzgado después por traición, aunque la imprenta de su periódico, L’ Auto, producía también material de propaganda para la Resistencia y se negó a organizar el Tour mientras duró la ocupación alemana. Por eso nunca fue considerado colaboracionista.

Su padre, Victor, fue el cofundador de L’Auto junto a Henri Desgrange. En 1931, Jacques, que había estudiado en Inglaterra, empezó a trabajar para el periódico de su padre, y en 1928 siguió su primer Tour. Quedó fascinado por la experiencia. Desde entonces hasta 1989, solo faltó en 1932 y 1981. Cuando Desgrange no pudo seguir la carrera por su edad, en 1936, Goddet le sustituyó.

Luego llegó la guerra, y su doble vida.

Su hermano Maurice y otro accionista de L’Auto vendieron su participación a un consorcio alemán cercano al partido nazi, así que el diario se convirtió en una herramienta de propaganda. El 17 de agosto de 1944, el periódico cerró sus dos ediciones: la de París, según una nota de su portada, por dificultades en el suministro eléctrico; y la de Lyon, porque las comunicaciones con París estaban cortadas. No volvió a aparecer, pero en 1946 Goddet consiguió poner en la calle un nuevo diario deportivo, L’Equipe. Sin embargo, las autoridades no permitieron que su nombre apareciera. Aún así, sin firmar, escribió en la portada del primer número: "Vivimos un momento cruel en la vida de una sociedad en la que, si no nos resistimos, el egoísmo se convertirá en la pasión dominante. Contra tal amenaza, lucharemos en nombre de la solidaridad. L’Equipe: la misma palabra ejerce una noble influencia que se ejerció durante un momento de rabia y esperanza cuando nuestra voluntad colectiva se puso al servicio de la Resistencia".

Cuando Jaques Goddet murió a los 95 años, en 2000, sus claroscuros durante la Guerra se habían olvidado después de sus 50 años de servicio a través del Tour, la cara más amable de Francia. El presidente Chirac estuvo presente en su funeral en Los Inválidos.

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