Roberto Bautista, señor semifinalista

Enrosca Roberto Bautista la bola estos días con ese toque que supone palabras mayores y anuncia logros importantes. Incluso únicos. Está jugando tan bien el castellonense durante estas dos semanas en Londres que sigilosamente ya se ha adentrado en un territorio que pocos podían sospechar, porque apeado del camino Guido Pella (7-5, 6-4, 3-6 y 6-3, en 3h 07m) pisa ya la zona caliente del torneo, nada más y nada menos que las semifinales. Será la primera vez que dispute la penúltima ronda de un major y, quién lo iba a decir, sobre una superficie que teóricamente no es la suya, pero de la que guarda un bonito guiño.

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No es del todo casual este presente. Su primer trofeo como profesional, en 2014, vino teñido del verde holandés de ’s-Hertogenbosch. Llegaron luego ocho premios más, pero prácticamente todos ellos –a excepción de Stuttgart, arcilla– con el rastro del cemento. De ahí la sorpresa, la poderosa ascensión que ha protagonizado estos días londinenses en los que ha ido dejando atrás a Peter Gojowczyk, Steve Darcis, Karen Khachanov, Benoit Paire y en última instancia a Pella; otro tenista que, como él, ha ido desafiando al sistema y rompiendo esquemas en un territorio que no es el suyo, hasta que Bautista fue edificando una victoria magnífica.

“Me ha angustiado el verme con 5-4 abajo en el primer set, pero lo he ganado y a partir de ahí he podido manejarme bien en el segundo. Después me ha dado un pequeño bajón, pero me he repuesto y he podido sacarlo adelante. Estoy contento de haber podido superar tantas dificultades”, comentaba ante los enviados especiales, virtualmente ya como número 13 del mundo y habiendo ofrecido otra prueba de fiabilidad contra Pella.

Llegaba el argentino con el depósito justo porque traía un porrón de sets disputados a la espalda –21, y con seis horas más en pista que el español–, y se topó precisamente con uno de los jugadores más ásperos de todo el circuito. Bautista, de 31 años, es reconocido y respetado por todos en el vestuario, identificado como uno de los tenistas más sólidos. Y así lo ha ido probando en Londres, donde solo Pella ha conseguido birlarle un set en su trazado hacia la cota que nunca había alcanzado y que se le resistía un mundo al tenis español.

De la despedida de soltero en Ibiza... a Nole

Al margen del totémico Rafael Nadal, hay que rebobinar hasta 1972 para dar con un representante masculino en dicha escala, y hasta 1997 para encontrar a Arantxa Sánchez Vicario. Mérito, enorme mérito pues, lo que está haciendo Bautista en esta edición. No le tembló el pulso y resolvió con templanza el duelo con Pella, que trató de estirar el chicle y enredarle pero no lo consiguió. Progresó firme el español y ahora aguarda a un choque de trenes con Novak Djokovic, al que le costó sacar adelante un engorroso arranque contra David Goffin y que después voló: 6-4, 6-0 y 6-2, en 1h 57m.

“Tenía planeado estar en Ibiza ahora mismo”, reconocía el castellonense, que se casará en noviembre y tenía previsto celebrar su despedida de soltero. “Lo tenía todo organizado. De hecho, seis de mis amigos están ahí, aunque prefiero estar en Londres... Creo que ellos vendrán el viernes”, bromeó, sabiendo que le aguardaba un encuentro con Novak Djokovic.

Reto mayor Nole, pero no imposible. Campeón el curso pasado y tres veces más en Wimbledon (2011, 2014 y 2015), el balcánico aterrizará en la cita del viernes con la mosca detrás de la oreja y elevadas dosis de recelo. Salió trasquilado en tres de los cinco últimos enfrenamientos con Bautista, que esta temporada ya le ha derrotado en dos ocasiones, en superficie sintética: Doha y Miami. “Es muy sólido, no comete casi errores. Es muy consistente y sus golpes son muy planos. Tienes que ganarle el partido…”, ensalzó Nole, que pese a todo domina en el global (7-3). “Para ganarle tendré que hacer un partido muy bueno”, anticipa el español. En cualquier caso, ya un señor semifinalista.