Fernando Torres anuncia su retirada

"Ha llegado el momento de poner punto final a mi carrera. Después de 18 años apasionantes, ha llegado el momento". Fernando Torres (Fuenlabrada, 35 años), El Niño, anunció esta madrugada en las redes sociales que se retirará del fútbol al final de la presente temporada. El domingo, en una rueda de prensa que se celebrará en Tokio, definirá el partido en el que colgará las botas con el Sagan Tosu tras 18 años de carrera. Su siguiente paso será un proceso de formación en gestión deportiva con vistas a una futura incorporación al Atlético de Madrid que no se producirá de manera inmediata.

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Los momentos más emotivos de su carrera se comprimen en su estreno en 2001, en Segunda División, con el Atlético con solo 17 años, su primer tanto en Albacete una semana después, su histórico y delicado gol a Alemania en la final de la Eurocopa de 2008 y su regreso al Calderón en diciembre 2014, tras un discreto paso por el Milán, ante 50.000 espectadores.

Campeón del mundo con España en 2010, otra vez ganador de la Eurocopa en 2012, con el Chelsea alzó una Liga de Campeones, una Liga Europa y una Copa inglesa. Pero fue en el Liverpool donde Torres dejó huella en su paso por la Premier, pese a no levantar ningún título. Bajo la dirección de Rafa Benítez alcanzó su madurez futbolística y su poderosa zancada y sus goles le convirtieron en uno de los mejores delanteros de Europa. Su traspaso de los reds al club londinense por 58 millones de euros en 2011 supuso un récord en su momento.

Si con Benítez alcanzó su mejor versión, antes se la moldeó Luis Aragonés, con el que logró que el Atlético regresara a Primera División en 2002. Aragonés tuvo claro desde el primer momento que tenía entre sus manos un futuro símbolo del Atlético y  de  la selección y desplegó con él todo su carácter. Le tiró a la basura unas botas de tacos de goma: “Va a jugar usted con esas botas. Pues que sepa que son una mierda. No sirven para nada. Hay que jugar con los tacos de aluminio. ¡Y cuanto más largos mejor! Así se escurrirá menos. Además, puede marcar un gol si llega a pegarle justo con el taco largo”, relata Torres en su autobiografía Number, Nine. Le hizo la mili con sesiones de diarias de definiciones y de controles, el punto débil para sus más críticos, pero también auguró su gol en la final de Viena antes de persignarle en el vestuario. Su paso por la selección lo cerró con 38 goles como tercer máximo goleador de la historia tras Villa (59) y Raúl (44).

Iker Casillas, que compartió con Torres en La Roja la triple corona consecutiva (Eurocopa-Mundial-Eurocopa) resumió en un tuit su legado y lo que representa. “Siéntete muy orgulloso de todo lo que le has dado al fútbol. Solo tienes que ver todo el cariño que recibes por donde vas. Suerte en tu nueva etapa Niño!”. “¡Disfruta tu retiro!”. “Muy orgullosos de una carrera de leyenda”, escribió el Atlético de Madrid en sus redes sociales nada más conocerse la noticia. Hace un mes aproximadamente, Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo, de visita comercial por Asia, se vieron con Torres en Japón. En la conversación estos le comunicaron que tenía las puertas abiertas del club para volver cuando quisiera, pero aunque el jugador les transmitió cierto cansancio y hastío, no sospecharon que estaba al borde de la retirada. "Héroe, ídolo y leyenda. Gracias por todo Fernando”, le ha despedido Saúl. Torres fue en las dos últimas temporadas el protector del volante, el único al que hacía caso porque sabía domar su carácter impulsivo. En su primer año sin Torres al lado, Saúl, que también añadió el hashtag "Vuelve a casa", ha firmado su peor temporada.

Torres regresará al Atlético cuando se sienta preparado para ello y considere que sea porque es una figura necesaria y no ornamental. Ese ha sido su sino en el club del que se convirtió en una leyenda tras explotar en un Europeo sub-17 con en el que se proclamó campeón y mejor jugador del torneo. Desde entonces, con más pecas que años, se erigió en el sostén de una entidad hundida en la miseria histórica de la Segunda División. Durante seis años, Torres fue el club, el orgullo y la esperanza de la hinchada rojiblanca.

Cuando decidió marcharse en 2007 al Liverpool creyó que para el crecimiento del Atlético y el suyo propio lo más conveniente era un traspaso que parecía cantarse cada verano. Cuando se concretó se presumía que aquello sería un paréntesis que se cerró con el Calderón lleno a rebosar para aclamarle en su vuelta. A Torres le hubiera gustado colgar las botas en el Atlético, pero la inexistencia de convivencia deportiva con Diego Pablo Simeone lo impidió. Torres prefirió ser un ejemplo antes que un problema. Como también era su deseo se despidió como rojiblanco con un título, la Liga Europa. En un par de meses aproximadamente, El Niño se jubilará definitivamente como futbolista.