Los Warriors se conjuran por Kevin Durant
El campeón evoca a la estrella, operada de su lesión en el tendón de Aquiles, en su intento de forzar el séptimo y definitivo partido ante Toronto
El Oracle Arena es la casa de los sueños, donde se diseñaron, crecieron y reinan los Warriors, uno de los mejores equipos de la historia. Allí, al amparo de su público, defenderán este jueves, madrugada del viernes en España (3.00, #Vamos y Movistar+), la posibilidad de forzar el séptimo partido y obtener su tercer título consecutivo en Toronto. El aspirante estuvo a una canasta de destronarles el lunes en un apasionante quinto duelo. No lo consiguió porque el tiro sobre la bocina de Kyle Lowry, bien defendido por Draymond Green, hizo agua. Pese a todo, los canadienses continúan al mando de la final por 3-2 y mantienen la esperanza de ganar el primer título para un equipo no estadounidense.
Los Warriors cosecharon argumentos en Toronto para apuntalar su juego y su confianza en preservar la hegemonía demostrada con tres anillos desde 2015, cinco finales seguidas y una colección de récords tan espectaculares como su estilo. Ese quinto partido fue muy emocional por su desarrollo y sobre todo por la grave lesión que sufrió Kevin Durant. El jugador, de 30 años, fue operado en Nueva York de la rotura del tendón de Aquiles. Según las primeras estimaciones podría estar de baja entre seis meses y un año. El efecto de una lesión tan grave en uno de los mejores jugadores de la Liga acapara el relato de una final en la que apenas ha jugado 12 minutos. “Jugaremos por él”, afirma Stephen Curry. Los grandes protagonistas de la victoria que salvó a su equipo fueron los Splash Brothers, Curry y Klay Thompson, además de Draymond Green, en definitiva, el trío fundacional de la saga, sin olvidar que sumaron 20 triples y la contribución de Cousins y Andre Iguodala.
“A todos les gusta decir: ‘¿Campeones? Tienen un gran ataque’. Pero no ganas campeonatos sin el corazón que tiene este equipo”, afirma el temperamental Draymond Green. “Se demostró en ese partido y lo he dicho todo el tiempo: por eso somos campeones”. Los Warriors siguen adelante con el desafío de remontar un 3-1 en una final de la NBA. De las 35 ocasiones en que se registró un 3-1, solo en una se consumó la remontada. Fue en 2016, cuando los Cavaliers de LeBron James sorprendieron precisamente a los Warriors.
Los Raptors mantienen la confianza que les ha permitido salvar todos los obstáculos. Tras eliminar a Orlando (4-1), remontaron un 1-2 frente a los Sixers con una canasta sobre la bocina de Kawhi Leonard en el séptimo partido (4-3) y se superaron en la final de Conferencia ante Milwaukee (4-2) ya que los Bucks ganaron los dos primeros partidos.
Nick Nurse ha sido muy criticado por sus decisiones en los tres últimos minutos del quinto encuentro. Pidió un tiempo muerto cuando faltaban tres minutos y su equipo había remontado y se había situado con seis puntos de ventaja (103-97). Tras ese tiempo muerto del entrenador de los Raptors, el parcial fue de 9-0 para los Warriors. “Fue un mal tiempo muerto”, sentenció el exjugador y ahora analista Tracy McGrady. En cambio, cuando Cousins cometió falta en ataque faltando 15 segundos y con 105-106, Nurse no quiso detener el juego para preparar la última jugada. En este caso, es un modo habitual de proceder del entrenador de los Raptors que, en tales circunstancias, prefiere que sus jugadores prosigan sin interrupción.
Marc Gasol e Ibaka incidieron en que su equipo cometió errores defensivos que deben ser corregidos. Cualquier pequeño detalle puede decantar la balanza de una final que los Warriors pretenden alargar y despedir así el Oracle Arena con un triunfo, ya que el próximo año se trasladan al Chase Center, su nuevo pabellón en Mission Bay, San Francisco.
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