Aquel Racing vino del frío

Hay equipos y épocas que se relacionan con una determinada nacionalidad. Antes de la llegada de la llamada ley Bosman, en España solo se podían alinear tres futbolistas extranjeros. Era clave acertar con los fichajes de foráneos. Una mala elección podía significar la no consecución del objetivo. Muchos clubes tendían a fijarse en determinadas áreas geográficas, de donde procedían todos sus fichajes. Y daban personalidad al equipo. Así, había clubes que tiraban hacia América, otros miraban a los Balcanes o buscaban opciones exóticas en países con menos tradición deportiva.

El Racing de Santander de gran parte de los años 90 venía de Rusia. Rádchenko, Popov, Zigmantóvich, Faizulin, Beschástnyj... son nombres que permanecen en el lado bueno de la memoria de la hinchada blanquinegra y en la de todos los aficionados al fútbol. También en la de Marta San Miguel, autora de Una forma de permanencia (Libros del K.O.). En el lado malo aparecen Dmitry Piterman, de la vecina Ucrania, y el empresario indio Ali Syed. De vencer con claridad al Manchester City en la Copa de la UEFA a jugar en Segunda División B. De jugar semifinales de la Copa del Rey a sufrir por una posible desaparición de la entidad.

Y, sin embargo, la afición permanece. “A veces el racinguismo es quedarte quieto mientras todo arde”, dice la autora. El equipo se movió este domingo, ascendiendo a Segunda División. Ha salido del frío de las categorías no profesionales, que hace más daño a los huesos que el que viene de Rusia.

El libro de San Miguel inaugura la presencia femenina en la colección Hooligans Ilustrados —ilustradas, en este caso—, una serie de libros que ejerce de guía sentimental de LaLiga. Y es, también, la constatación de la creciente presencia femenina en las gradas de los estadios españoles. Un dato a tener en cuenta. Y más después de la reciente final de Champions entre el Liverpool y el Tottenham, en la que apenas se veían mujeres en la grada.