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El último escándalo de la UEFA

La ausencia del armenio Mkhitaryan en la final de la Liga Europa en Azerbaiyán por cuestiones políticas deja en evidencia al organismo por la elección del país como sede

GORKA R. PÉREZ
Mkhitaryan, durante un entrenamiento con el Arsenal.
Mkhitaryan, durante un entrenamiento con el Arsenal.Tim Goode (AP)

En los petos de entrenamiento que lucen estos días los futbolistas del Arsenal y del Chelsea, ambos finalistas de la Liga Europa, luce un lema con formato de etiqueta: #EqualGame (Juego igualitario). El eslogan es la punta de lanza de la nueva campaña diseñada por el departamento de Responsabilidad Social de la UEFA, organizadora del torneo, y que aporta “una nueva dimensión a la promoción de la diversidad, la inclusión y la accesibilidad”, según se anunció en su presentación el 23 de agosto de 2017. Aquel día, Aleksander Ceferin, presidente del máximo organismo del fútbol europeo, posó junto a futbolistas como Pogba con una camiseta en la que se mostraban otras frases de la estrategia comunicativa: “Todo el mundo puede disfrutar del fútbol. No importa quién seas, ni de dónde provengas o cómo juegues”, se podía leer en letras blancas sobre su pecho. 

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Un mes después, el 20 de septiembre, el Estadio Olímpico de Bakú fue elegido como sede de la final de la Liga Europa que se celebrará el próximo día 29 por primera vez en este territorio.

Este martes por la mañana, el Arsenal anunció a través de un comunicado en su página web que Henrikh Mkhitaryan, futbolista de origen armenio, no viajará a Azerbaiyán por no poder estar garantizada su seguridad, y la de su familia, debido a las tensiones políticas existentes entre ambos países. “Hemos escrito a la UEFA expresando nuestra profunda preocupación por esta situación. Micki ha sido un jugador clave en nuestro camino hasta la final, por lo que es una gran pérdida para el equipo”, aseguró el Arsenal en la misiva. “Estamos muy tristes por que un jugador se pierda una gran final europea por una circunstancia como esta, ya que es algo que ocurre muy rara vez en la carrera de un futbolista”, concluía la nota.

Armenia y Azerbaiyán protagonizaron un conflicto bélico entre 1988 y 1994, focalizado en la guerra del Alto Karabaj. El conflicto militar vino derivado por la tensión entre las etnias azeríes y armenias, y acabó con la vida de decenas de miles de personas. Desde entonces las autoridades azeríes vetan la entrada en su país de la población armenia.

Consultada por este periódico la UEFA quiso señalar lo siguiente: “Trabajando junto con el Arsenal, la UEFA buscó y recibió garantías con respecto a la seguridad del jugador en Azerbaiyán por parte de las más altas autoridades del país. Como resultado de estas garantías, se desarrolló y entregó al club un detallado plan de seguridad. Si bien el club reconoce los esfuerzos de la UEFA y del Gobierno azerí en este asunto, respetamos la decisión personal de no viajar con el jugador”.

Por atípica que parezca, la situación no es nueva para Mkhitaryan, también embajador de UNICEF. Como jugador del Borussia Dortmund ya vivió un conflicto similar, de nuevo con Azerbaiyán como epicentro. Ocurrió en 2015, durante la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga Europa que medía a los alemanes con el Qarabag local. A pesar de que Mkhitaryan contaba con permiso para acceder al país por tratarse de un deportista, el jugador declinó viajar a Bakú “por respeto”.

“A pesar de las relaciones complicadas entre Azerbaiyán y Armenia, Mkhitaryan puede jugar la final”, declaró ayer la portavocía de diplomacia del país anfitrión. “Deportistas de Armenia han participado ya en varios eventos importantes que Azerbaiyán ha organizado anteriormente”, añadieron las mismas fuentes. Una línea similar a la que había manifestado con anterioridad Elkhan Mamedov, secretario general de la Federación Azerbaiyana de fútbol. “Hemos dado a la UEFA las garantías de seguridad para Mkhitaryan con el objetivo de que pueda estar en Bakú”, declaró el mandatario. Sin embargo, todas estas no han terminado por convencer al Arsenal, que ha decidido prescindir del jugador para la final, pero que continuará entrenándose con el grupo hasta el momento del viaje.

6.000 entradas

La baja de Mkhitaryan se suma a una larga lista de inconvenientes que han rodeado en los últimos días la celebración de la final, y han contribuido a cuestionar la idoneidad de la designación del estdadio de Bakú como escenario. A pesar de que sus 69.870 localidades ofrecen un aforo suficiente para el desplazamiento masivo de los aficionados del Arsenal y del Chelsea, la UEFA tomó la decisión de entregar tan solo 6.000 a cada equipo. Un reparto que deja fuera del reparto casi 58.000 entradas, y que contrariamente a lo que sucede en la celebración de estos encuentros, la organización, y por ende sus patrocinadores, no serán los beneficiarios de todas ellas.

Y es que el aeropuerto de la capital azerbaiyana no tiene capacidad para acoger el alto flujo de vuelos que se produciría si el volumen de seguidores fuera más elevado. “Es imposible predecir de antemano qué clubes llegarán a la final, mientras que la sede es elegida dos años antes”, se defiende la UEFA. “Teniendo eso en consideración y, más importante, la localización geográfica y la capacidad logística de los aeropuertos en la ciudad y alrededores, se estableció que 15.000 espectadores podrían viajar con Bakú como hub principal. Ofrecer más entradas sin garantías de que puedan reservar un viaje no era la opción responsable”, amplió el organismo.

“Son el tipo de circunstancias que no nos suceden muy a menudo a los futbolistas. Tengo que admitirlo, me duele mucho perderme la final. Estaré animando a mis compañeros. ¡Traigámosla a casa!”, tuiteó Mkhitaryan, junto a una foto sosteniendo la copa de la Liga Europa que conquistó en 2017 con el Manchester United.

Además de la final del próximo miércoles, el Olímpico de Bakú albergará cuatro partidos la próxima Europa 2020, tres de la fase de grupos y uno de cuartos de final.

Emery: “Jugaremos por todos los que no podrán estar allí”

Unai Emery, entrenador español del Arsenal, lanzó ayer un mensaje a todos aquellos aficionados gunners que no podrán acudir a la final debido a los problemas logísticos que entraña la celebración del partido en Bakú, y también se refirió a la baja definitiva de Mkhitaryan. "Todo aficionado quiere disfrutar de su equipo, pero Bakú está muy lejos, y para llegar hasta allí tendrán que viajar en avión, porque no hay posibilidad de ir en coche, y por lo tanto será un viaje caro. Hubiera preferido estar con ellos y que hubiera un gran ambiente en el estadio", aseguró el técnico.

“Es una lástima que no podamos contar con Mkhitaryan, y con todos los aficionados. Pero todos ellos estarán en sus casas viéndonos por la televisión. Sabemos que será así y jugaremos por todos ellos”, dijo. Respecto a la idoneidad de Azerbaiyán como país anfitrión, Emery no quiso profundizar en esta circunstancia. “La UEFA es la única responsable de esta decisión, y nosotros no podemos hacer nada”, indicó.

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Sobre la firma

GORKA R. PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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