Un Eibar salvado y un Betis fundido
Dmitrovic para un penalti a Lo Celso y los verdiblancos se deprimen un poco más
El Eibar enlazó su segunda victoria consecutiva al derrotar al Betis, que se pierde en una mediocridad poco acorde a lo apuntado durante buena parte de la temporada, la de su regreso a Europa. Triste y poco afortunado, el equipo de Setién apura el ejercicio como un boxeador noqueado. No es que sus jugadores no lo intenten. Simplemente es que no pueden ni creen verdaderamente en lo que hacen. En la posición 13ª tras esta derrota, el Betis dijo adiós a sus escasas opciones europeas. El Eibar, por su parte, seguirá en Primera un curso más.
Lo curioso del asunto es que, por opciones, tuvo incluso posibilidades de ganar el partido. Pero cuando no hay fe ni alma, la suerte tampoco acompaña. Ante este Eibar que ha alcanzado ya unos estupendos 46 puntos, los verdiblancos se encontraron en la segunda parte con un espléndido Dmitrovic. El portero del Eibar le detuvo un penalti a Lo Celso y realizó hasta tres intervenciones portentosas en ocasiones diáfanas de Guardado, Bartra y Jesé. El Betis, en definitiva, volvió a mostrar su falta de pegada, que lo condena jornada tras jornada. Setién, ratificado hasta final de temporada y con contrato por un año más, ve cómo sus opciones de seguir en el banquillo verdiblanco se complican una enormidad. La grada no cree ya en su método, que dio tardes de gloria hace apenas tres meses. Desde la eliminación en Copa en las semifinales frente al Valencia, el desplome del equipo andaluz es evidente: 8 puntos de 33 posibles, resumidos en dos triunfos, dos empates y siete derrotas. El Eibar, un club modélico, celebró el triunfo con una fiesta en el césped de Ipurua. Su batalla era otra a la del Betis y ahora ve cómo le sobrepasa en la clasificación.
Tras el afortunado gol de Cote al filo del descanso, un tanto que el lateral ni celebró rumiando su mal partido, los de Setién se la jugaron en el segundo tiempo. Dejaron huecos en busca del empate y dotaron a su fútbol de más verticalidad. A pesar de la melancolía que les invade, en el Betis juegan futbolistas de indudable calidad, caso de Lo Celso, Guardado, Joaquín o Tello, que combinaron de manera precisa para ir acumulando una ocasión tras otra. Guardado tuvo la primera y Lo Celso, la más clara en un penalti que el colegiado Iglesias Villanueva concedió tras consulta con el VAR. Dmitrovic realizó una parada de balonmano, con los pies, para acabar de frustrar a este Betis tan castigado. A pesar de la decepción, los de Setién lo siguieron intentando. Dmitrovic aumentó su protagonismo con dos intervenciones fantásticas ante Bartra y Jesé. Coletazos de rabia de un Betis que se desangra en un curso que se le está haciendo demasiado largo.
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