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El Atlético entretiene al Barça

El conjunto de Simeone se impone al Valencia con goles de Morata, Griezmann y Correa e impide que los azulgrana se proclamen ya campeones de Liga

Morata marca su gol. En vídeo, declaraciones en rueda de prensa del entrenador del Atlético, Simeone.Foto: atlas | Vídeo: Denis Doyle
Ladislao J. Moñino

En un partido emocional, de idas y venidas, de apariciones y desapariciones, el Atlético logró estirar al menos una jornada más el desenlace de la Liga. Una derrota ante el Valencia hubiese supuesto ya el alirón del Barcelona, que ahora debe ganar el sábado al Levante en el Camp Nou para celebrar el título antes de medirse al Liverpool en las semifinales de la Champions.

Ganó el Atlético tras un comienzo arrollador, una pájara de 15 minutos en el primer acto y un ejercicio de personalidad al volcarse sobre el área del Valencia para deshacer primero el empate a uno y después la igualada a dos. Esta la tumbó Correa, que una vez más enseñó que siempre tiene algo, más allá de su continuidad en el juego.

De inicio la cuestión estaba en ver qué pesaba más en uno o en otro equipo. Si la intención del Atlético de prolongar la resolución del título o la persecución del Valencia de una plaza de la Liga de Campeones. Fue el grupo de Simeone el que entró en escena con más decisión e intención de agitar. Con Lemar a la cabeza bailando sobre la cintura de Wass. Lo hizo en un par de ocasiones para mostrar a ese jugador que tiene más juego que el que ha enseñado en todo el curso. Sobre los recortes del francés el Atlético edificó ese inicio dominador y mandón que no tardó en darle rédito. Una jugada muy elaborada, volcada sobre el costado de Lemar, la descargó este con un pase raso cruzado y raso al otro costado, donde emergió Juanfran. La rosca al segundo palo y media altura la pescó Morata estirando el empeine de la pierna derecha. Ni se enteraron los centrales de la ratera aparición de Morata para que este marcara su sexto gol en 12 partidos, como no se enteraba el resto de sus compañeros del partido.

No había comparecido el Valencia. Sin señales de Parejo, sin espacios para que corriera Guedes, siguió dormido y entregado al Atlético, al que parecía bastarle la sobriedad de Rodrigo en los cruces para robar y las anticipaciones de Godín sobre Mina para controlar el partido. La ausencia por sanción de Rodrigo en la delantera, por lo que brega y el daño que hace cuando cae a la izquierda, dibujaban a un Valencia desalmado en ataque. Un robo de Griezmann y una buena conducción de este propiciaron una contra que Morata culminó con un recorte y un disparo manso frente a Neto.

No hubo una muesca reseñable en ataque del equipo de Marcelino hasta entrada la media hora de juego. Coincidió con la toma de conciencia de Coquelin para apretar más al centro del campo rojiblanco y el asomo paulatino de Parejo, que hasta entonces había recibido y repartido juego en zonas intrascendentes.

Penalti por el VAR

Si el que padeció de dormidera en el primer tramo fue el Valencia, ahora era el Atlético el que se enredaba en un ritmo cansino. Y no hay nada que merme más al equipo de Simeone que bajar las revoluciones. Comenzó a perder balones groseros y en uno de ellos Coquelin lanzó a Soler, también inédito hasta el momento. El chico combinó con Mina y este, tras un sombrero a Godín, asistió a Gameiro para que fusilara a Oblak. El tanto sorprendió por la sensación de fragilidad defensiva que transmitió el Atlético, que concedió un tres para tres con una condescendencia inusual. El Valencia ejecutó ese paradigma de los rojiblancos de que necesita poco para hacer un gol. Terminó el primer acto con las tornas cambiadas. Los futbolistas de Simeone enterrados y los de Marcelino con más presencia y empaque.

La reanudación pareció una continuación del final del primer acto, con el Valencia ocupando el campo del Atlético dispuesto a dar un golpe de mano al partido. Pero se encontró con una contra que le tumbó. Bien iniciada por Rodrigo, que batió líneas con uno de esos pases verticales que le demanda su entrenador para conectar con Koke. A partir de ahí se desató una cadena de combinaciones al toque entre Griezmann, Morata y Lemar que este terminó de trenzar con una comba templada. A por ella se lanzó Griezmann con todo para anticiparse a Gayà y desplomar a Neto con un cabezazo fino y ajustado. De ese otro palo dio sensación el Valencia de que no tenía pita de recuperarse.

Marcelino retiró a Guedes para dar entrada a Sobrino y Simeone respondía con un doble cambio, Correa por Filipe, para que Saúl pasara al lateral izquierdo, y Thomas por Lemar. El chico se fue con un reconocimiento de la grada en el que quizá fue su mejor partido desde que llegó. En medio de ese cambio de fichas Morata estrelló en el pecho de Neto un pase tenso y raso de Griezmann.

Al Valencia le dio un poco de vida otra pérdida infantil del Atlético que transformó en un trueno de ataque y puso a Soler ante Oblak, inmenso en su atajada. Esas concesiones propiciaron otro ataque que terminó con disparo de Gameiro que taponó el brazo de Saúl. El VAR decretó el penalti y Parejo lo ejecutó sin contemplaciones. Nada duró el empate, deshecho por un derechazo de Correa desde fuera del área que estiró la Liga al menos una jornada más.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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