Piqué y el mejor paso atrás del Barça
El gran momento del central catalán y el auxilio de Lenglet corrigen a un equipo que se desangraba en defensa al inicio del curso
Pep Guardiola exigía que el fútbol saliera desde la raíz para tocar y remover en campo ajeno hasta encontrar la fisura rival. Luis Enrique impedía a los medios bajar a recibir para poder lanzar las contras. Dos formas diferentes de articular un ataque, pero los dos entrenadores tenían un tic visible y expresivo cuando se daba la transición ataque-defensa. Ambos salían del área técnica y, enérgicamente con los brazos, mandaban adelantarse a la defensa hasta el centro del campo para estrechar los espacios y restar líneas de pase. Valverde, sin embargo, desde la derrota en el Camp Nou frente al Betis por 3-4, ya no pide adelantar tanto las líneas, sino que selecciona los momentos de presión porque entiende que a su equipo le cuesta correr hacia atrás. Una decisión que puede conceder más ocasiones al rival, pero que resulta más efectiva porque impiden posiciones fáciles de remate. El ejemplo se dio ante el Manchester United, que logró chutar en diez ocasiones, pero que no atinó entre los tres palos para, de paso, encumbrar a Piqué, imperial en Old Trafford.
No era un duelo más para el central azulgrana, que recibió en las gradas el cariño de su hermano, su padre, sus abuelos y su representante. “Nos hacía mucha ilusión volver aquí, recordar viejos tiempos y vivir un partido en un estadio donde Geri siempre fue querido”, explicaban en una cena antes del partido, reunidos todos en el restaurante que tiene el padre de Mata en Manchester. No le fue mal a Piqué, líder de una defensa que ya no hace aguas como al inicio del curso.
Rectificación defensiva
Cuando empezó la temporada, el Barça asustaba tanto en el área rival como tiritaba en la propia. Así, encajó 18 tantos en las 12 jornadas iniciales, la peor marca en la historia del club desde la temporada 1964-65 junto con la que registró el equipo de Rinus Michels en 1974-75. “Tenemos que defender todos juntos”, se lamentó como con un siseo Ter Stegen después de caer ante el Levante. Y, aunque el equipo trampeó como pudo, entre otras cosas porque en la Champions y en los partidos complicados siempre ha ofrecido su mejor versión, fue tras el batacazo ante el Betis cuando se corrigió el equipo. “Hacía muchos años que no encajábamos tantos goles. Sabemos el problema que tenemos y es colectivo”, expuso entonces Piqué. “Nos han generado muchas contras donde hemos tenido que defender con inferioridad”, concedió Valverde; “nos han llegado bastante sueltos. Cuando ataquemos, debemos estar todos atentos, para presionar todos juntos si perdemos el balón”. Y Arturo Vidal llegó más lejos: “No pueden venir aquí y meternos cuatro goles. Si queremos ganar el título tenemos que mejorar mucho”. Dicho y hecho.
Antes del Betis, el Barça encajó dos goles en siete encuentros de 17 disputados (41,2%). Tras ese choque, sin embargo, solo ha recogido la pelota al menos dos veces de su red en seis de 31 partidos (19,4%). Y dos de esos despistes fueron las derrotas coperas frente al Levante y el Sevilla, penalización menor porque el equipo ya está en la final. También está líder en una Liga que toca con los dedos, ahora que le saca 11 puntos al Atlético, y pide paso en la Champions tras batir al United en la ida de los cuartos (0-1), duelo en el que demostró que ha aprendido a sufrir en defensa, que tiene callo. “Hemos hecho un partido muy serio, controlando las contras y defendiendo bien esos balones aéreos”, resolvió Jordi Alba desde Old Trafford. “Él y Lenglet están haciendo una dupla muy buena y son un seguro para nosotros”, concedió Busquets.
Resulta que frente a los rivales de mayor calado, el Barça ofrece su mejor versión, condición que se subraya en Europa, porque contabiliza nueve triunfos y tres empates, con 20 goles a favor por solo seis en contra ante contrarios de empaque como el Tottenham, Inter, Atlético, Madrid, Lyon, United… Lo que no evita que durante la temporada el equipo haya mantenido la portería a cero en 20 de los 49 partidos disputados, por más que sumen 45 redes en contra cuando en el curso anterior se quedaron en 42. Pero ya nadie pone en entredicho a esta defensa. Ter Stegen es de hierro, Alba un puñal de ida y vuelta, y Lenglet y Piqué un candado. Incluso Semedo se ha revitalizado con sus carreras por la derecha y marcajes intensos, sin lagunas en los últimos choques. Jugadores revalorizados como ocurre en las últimas épocas, donde los delanteros no se mueven demasiado por lo desorbitado de sus precios y los centrales protagonizan los mercados como hicieran Van Dijk (al Liverpool por 84 millones) o Mendy (al City por 57,5).
Frente al United, Piqué realizó nueve despejes con tino y firmó siete anticipaciones y salidas con el balón. Sus mejores marcas del año. Y luego afirmó: “En líneas generales, en defensa estamos en el mejor momento de la temporada”. Old Trafford dio fe de ello.
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