El Baskonia pierde se jugará su pase a cuartos en Moscú
La derrota ante el Efes obliga al conjunto vitoriano a ganar al CSKA o esperar una carambola
La incógnita no se despejará hasta la última jornada. El Baskonia se jugará en Moscú sus opciones de acceder a los cuartos de final de la Euroliga, aunque hasta incluso en caso de derrota podría acceder a la siguiente fase, en el camino de la Final Four que se juega en el patio de su casa.
BASKONIA 92 ANADOLU EFES 102
Baskonia: Huertas (7), Vildoza (23), Voigtmann (13), Shields (16), Poirier (8), –equipo inicial– Diop (0), Jones (13), Hilliard (12).
Anadolu: Larkin (19), Moerman (21), Tuncer (5), Pleiss (21), Anderson (2), –equipo inicial–, Beaubois (5), Balbay (6), Motum (4), Sanli (4), Micic (7), Simon (8).
Parciales: 26-30, 27-18, 14-26, 25-28.
Árbitros: Lottermoser, Rocha y Zamojski. Eliminado Beaubois.
Fernando Buesa Arena de Vitoria. 11.432 espectadores.
El equipo de Perasovic acusó su escaso banquillo, con Shengelia sentado en él por primera vez en varios meses, y sucumbió en la segunda mitad ante un Anadolu más entero, que administró sus fuerzas después de sobrevivir a la tempestad de la primera parte.
El Baskonia y el Anadolu se enzarzaron en un brutal intercambio de golpes en el inicio. Los dos equipos se olvidaron de defender y se lanzaron al abordaje de la canasta contraria. En un instante, el marcador alcanzó guarismos inesperados a esas alturas de partido. No hubo tiempo para el tanteo, el estudio del rival. A los lanzadores les entró hambre. Se sucedieron los triples o las jugadas de tiro y lanzamiento adicional. El primer cuarto acabó 26-30, aunque aquello no les gustaba demasiado a los entrenadores, sobre todo a Perasovic. El equipo turco había anotado seis de once triples y el técnico del Baskonia pedía más intensidad.
La puso su equipo tras la enésima regañina. Los turcos seguían sin defender, los vitorianos empezaron a hacerlo un poco mejor, y la consecuencia lógica fue que el marcador se disparó para los locales, que se marcharon en la pausa con cinco puntos de diferencia (53-48) y buenas sensaciones.
Pero, en realidad, el Baskonia no había sido capaz de blindar del todo su sistema defensivo. Permitía demasiadas alegrías. Moerman y Larkin, que habían tenido dificultades para anotar desde lejos durante el segundo cuarto, se destaparon en el tercero, que resultó decisivo. Al equipo vitoriano no le salía nada, mientras que los turcos lo anotaban todo. Vildoza perdió precisión; Poirier se quedó seco. La intensidad de la primera parte se diluyó en el segundo tiempo. Mientras el Anadolu ajustó sus piezas con el paso de los minutos, al Baskonia se le aflojaron los engranajes según discurría el reloj en su cuenta atrás. Los turcos se dispararon en eficacia y hundieron al Baskonia. El parcial de 14-26 resultó demoledor. A remolque, los hombres de Perasovic trataron de que el partido volviera a volverse loco como en el inicio, pero les faltaron pulmones a los jugadores baskonistas, que tendrán que esperar a la última jornada para hacerse un sitio entre los ocho mejores.
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