Solari: “Es difícil explicarlo”
El entrenador del Madrid apenas aclara las causas del fracaso deportivo y de las goleadas sufridas este curso
Como es costumbre últimamente, y con más razones de política propagandística que nunca, en la lúgubre noche del martes el Real Madrid seleccionó a dedo a los periodistas elegidos a través de un empleado del departamento de comunicación. Solo los señalados pudieron formular preguntas a Santiago Solari en la conferencia de prensa que ofreció el entrenador tras la goleada (1-4) que liquidó la temporada del equipo dejándolo fuera de la Liga, la Copa y la Champions en marzo. Algo que no sucedía desde el curso 2005-06. Precisamente el año que Florentino Pérez presentó su dimisión antes de cerrar su primera etapa como presidente madridista.
La comparecencia controlada de Solari resultó, consecuentemente, breve y sentimental antes que aclaratoria. “Estamos tristes”, dijo el entrenador, además de repetir que él no estaba ahí para valorar ni su trabajo ni el grueso de los acontecimientos que llevaron al equipo a perder la Copa, la Liga y la Champions en un margen de siete días. “Para eso estáis vosotros”, indicó.
Nadie le preguntó por qué no hizo rotaciones en el clásico del sábado pasado y resolvió quemar físicamente a sus jugadores, a los que alineó en tres partidos de máxima tensión sin tiempo para recuperarse. Nadie le preguntó por qué actuó contra las indicaciones del personal de apoyo del club, que le advirtió que hombres como Vinicius, Kroos, Casemiro o Modric estaban en el límite de sus reservas y no podrían resistir el partido contra el Ajax. Nadie inquirió a Solari si la decisión de saturar a sus jugadores contra la evidencia fisiológica fue consecuencia de una sugerencia de la directiva ante el temor de sufrir una goleada contra el Barça.
Sí le preguntaron si pensaba dimitir. Cuestión pertinente dados los resultados bajo su dirección. El 0-3 ante el CSKA y el 1-4 ante el Ajax son las goleadas más abultadas que sufre el Madrid en casa en la Copa de Europa. El equipo acababa de registrar la cuarta derrota consecutiva en el Bernabéu, estadística que coronaba un ciclo tétrico. Desde la temporada 1950-51, el Madrid no sufría seis derrotas por tres goles o más en un curso (esta vez contra CSKA, dos ante el Barça, Ajax, Sevilla y Eibar). “No he asumido esto para rendirme”, respondió.
Solari, que como entrenador del Castilla cobraba 150.000 euros netos, ha firmado un contrato que le garantiza varios millones. Es la contraprestación del club a cambio de un favor. Él nunca pidió hacerse cargo del primer equipo. No fue su ambición. Dijo el lunes que era lógico que hubiera muchos entrenadores dispuestos a asumir el banquillo madridista, e ilustró la situación con una analogía machista: “El Madrid tiene más candidatos que Julia Roberts”. Lo cierto es que no es así. El Madrid lleva un año buscando entrenadores y todos los consultados —menos Lopetegui— se negaron a vincularse con un club menos atractivo de lo que dictan las apariencias. Si Solari se sentó en el banquillo fue porque el 28 de octubre, tras la goleada del Camp Nou (5-1) y el despido de Lopetegui, la directiva no encontró mejor solución.
“Palos, lesiones, VAR...”
“Estamos tristes, dolidos”, dijo, pálido y compungido tras la consumación de una crisis que trasciende ampliamente sus responsabilidades. “Hemos hecho nuestro mayor esfuerzo y claramente no nos ha alcanzado”.
Solari se mostró tan aturdido que se declaró incapaz de analizar el partido pero deslizó que la derrota fue producto de circunstancias accidentales, más que del desarrollo natural del juego. “Es difícil explicarlo”, dijo. “Ha sido un partido con muchas alternativas. Las valoraciones las pueden hacer ustedes [los medios de comunicación]. Mandamos tiros a los palos, hubo pelotas que no entraron, lesiones, acierto de ellos, el VAR.... Infinidad de cosas que debe valorar la prensa”.
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