Bale rechaza celebrar su gol
El galés, autor del segundo tanto de penalti del Madrid, se quita de encima a Lucas Vázquez y tampoco lo festeja con otros compañeros
Gareth Bale estaba calentando calmosamente con Asensio y Valverde en la banda del estadio del Levante cuando Santiago Solari hizo un gesto para ordenar el primer cambio: no era él. Contra lo que manda la etiqueta, la regla no escrita de usos y costumbres que suele favorecer la primera entrada para el jugador de mayor jerarquía, el entrenador del Madrid no llamó a Bale sino a Fede Valverde, canterano meritorio, para que entrara en el partido en lugar de Kroos, al que pretendió dar descanso en vísperas del clásico de Copa del próximo miércoles.
Corría el minuto 68 cuando Valverde se cruzó con Kroos en la raya lateral. Al ver que le demoraban en favor del chaval, Bale interrumpió su calentamiento y se fue al banquillo a sentarse. Ante la mirada asombrada de Pintus, el preparador físico que lo ejercitaba en la banda, el movimiento del delantero tuvo toda la apariencia de un gesto de rebeldía. “Yo le dije que esperara para el cambio”, lo defendió Solari, “lo demás son elucubraciones de la prensa”. En el minuto 73, tras un lapso, Solari mandó sustituir a Bale por Benzema.
La crispación en las gradas por las decisiones arbitrales se mezcló con la tensión que provocaba el mal juego del Madrid, reflejada en el tránsito de jugadores del banquillo a la cancha. En este periodo, el gol del Levante (1-1) desveló una realidad extraña: desde 1981 el Madrid no encajaba goles en 12 de los 13 primeros partidos de Liga fuera de casa. Solo por Huesca pasó el equipo madrileño sin recibir un gol en contra este curso. Si en Valencia el drama no acabó en empate o derrota fue, nuevamente, por decisión del árbitro Iglesias Villanueva y confirmación del VAR, que decretaron un segundo penalti favorable a los visitantes.
Esta vez, sin que las imágenes pudieran determinar de forma nítida que se había producido el contacto físico indispensable para el penalti. Doukoure dio una patada al aire en un intento de despejar la pelota y Casemiro cayó al suelo. “Estaba a 25 metros y oí la patada”, declaró Dani Carvajal en los micrófonos de BeIN, a modo de testimonio. Por más que la televisión repetía la acción, resultaba imposible determinar que el pie del jugador del Levante tocara al brasileño.
“He visto 37 imágenes y me parece muy riguroso”, protestó Quico Catalán, el presidente del Levante, que avisó que este lunes llamará a Velasco Carballo, jefe de los árbitros, para pedirle explicaciones. “Si hay contacto no es para pitar penalti”, dijo el mandatario; “y si el criterio es el contacto mínimo también hubo penalti de Carvajal sobre Morales en la primera parte, y el árbitro no dijo nada. ¡Me sorprendió! Está claro que algo hay que corregir en el funcionamiento del VAR”.
Apodado Golfista por sus colegas, admirados ante la pasión que le mueve por los palos en detrimento del fútbol, Bale fue el encargado de ejecutar el segundo penalti. Su malhumor resultó manifiesto tras meter el 1-2. Cuando sus compañeros, con Lucas Vázquez al frente, acudieron a abrazarle, se los quitó de encima con un gesto intempestivo. El hombre lleva mal la suplencia y se imagina que no será titular en los clásicos que se aproximan.
Solari, que al amparo de los empleados del Madrid se negó a responder a las preguntas de la prensa local, se apresuró a decir que no existe ningún problema con el jugador galés. “Bale estaba pletórico en el vestuario porque marcó”, dijo el técnico. “Me encantó cómo entró Gareth al partido. Con la rabia que entró. Me pareció fantástico. Él nos dio la victoria. Que hagan los goles, luego que los celebren como quieran”.
Gareth Bale abandonó el vestuario a grandes zancadas. Por más que periodistas, aficionados y curiosos le reclamaron, él se mostró imperturbable en su marcha hacia el autobús.
"Ah, ¿si?, ¿está enfadado Bale?", preguntó Reguilón, con toda la guasa de la que fue capaz, cuando le inquirieron por el motivo de la mala cara de su compañero.
Paco López: “Las imágenes hablan por sí solas”
“Los errores no son a conciencia, pero las imágenes hablan por sí solas”, expresó resignado el entrenador del Levante, Paco López. “Voy a defender a los árbitros y la aplicación del VAR, pero he visto la imagen [del segundo penalti], conozco a Doukouré y me fío de lo que me ha dicho al indicar que no había sido penalti. Es una evidencia”, añadió López, que mantuvo pese a todo su línea de apoyo al videoarbitraje: “Ojalá se pueda llegar a dialogar. Es el primer año del VAR y hay mucho que mejorar”.
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