El Betis no supo competir ante el Rennes

La primera decepción del buen Betis de Quique Setién llegó ante el Rennes en la Liga Europa. Los andaluces, que traían un 3-3 de tierras francesas, dieron todo un curso de cómo no competir en un torneo de máxima exigencia. Primero, porque el Betis regaló dos goles en un tramo de lamentable desconexión de 10 minutos en la primera mitad. En segundo lugar, con una muestra de ineficacia ante la meta del Rennes, al que tiró hasta en 17 ocasiones para hacer solo un gol. La eliminación se puede considerar justa porque el conjunto galo, que hace historia, fue mejor en el cómputo global de la eliminatoria incluso con sus deficiencias en defensa. Le metió seis goles al Betis y eso tiene mucho mérito. Una cifra preocupante para un equipo verdiblanco que pudo clasificarse porque tuvo ocasiones con el 1-2. Entonces, surgió el otro gran lastre de este Betis que es su ausencia de pegada. Incapaz de anotar, la decepción fue mayúscula para este Betis que necesita tiempo y experiencia para convertirse en un equipo fiable. En el colmo de una noche tan triste, llamó también la atención el desplome físico de los jugadores en el último tramo del choque. Fue precisamente en ese tramo donde surgió la figura maestra de Ben Arfa, que templó con su fútbol de seda las últimas y desesperadas acometidas locales. La ansiedad condujo al Betis a una precipitación desconocida en su juego.

Hubo un punto de ingenuidad en el fútbol del Betis ante el Rennes. Jugar eliminatorias en Europa exige, sin duda, grandes dosis de concentración y contundencia que el equipo andaluz, ahora mismo, no tiene. El Rennes es un equipo fogoso, de buen ataque, que llegó a Heliópolis convencido de que su única posibilidad era de la ir de forma rabiosa a por el Betis. Los de Setién salieron bien, con su habitual control de la situación, generando incluso superioridad en el centro del campo para tocar como suele y rebasar líneas. Lo Celso y Canales no aparecían en su mejor versión, pero el Betis se acercó con peligro en un par de incursiones al área. Todo se derrumbó, sin embargo, cuando Bensebaini se alzó sobre todos a la salida de un saque de esquina muy mal defendido por la defensa y el portero verdiblancos. Un fallo en cadena lamentable cuando se juegan eliminatorias de este calibre.

Los 3.000 franceses presentes en el Villamarín saltaron todavía más cuando un disparo de Sarr fue cazado por Hunou en el área pequeña. La jugada fue bastante afortunada para el conjunto galo, que a la media hora ganaba 0-2 para sembrar la inquietud entre la gente bética. El Rennes, como el Betis, tiene también sus defectos. Es un equipo de veloces transiciones en ataque y muy fuerte físicamente, pero defiende de forma horrible. Jesé activó al Betis desde su posición en la banda izquierda. Buen partido del canario, que combinó de lujo con Canales para que el cántabro asistiera a Lo Celso, que hizo el 1-2 poco antes del descanso.

El Betis siguió jugando bien en un segundo tiempo donde parecía que el empate a dos, que le clasificaba, podía llegar. Loren y Jesé tuvieron opciones importantes para marcar, pero sus remates siempre carecieron de esa maldad necesaria para que se convirtieran en gol. No marcó el Betis y se agigantó la figura de Ben Arfa, que pausó a su equipo. Los jugadores béticos, desgastados, sin fuerza, apenas si pudieron ya intentarlo. Presos de la ansiedad, se limitaron a colgar balones, algo inédito en el equipo de Setién. Se les escapó la eliminatoria y el sueño europeo de la Liga Europa. Una derrota en toda la competición bastó para mandar a casa al Betis, que regaló demasiado cuando no debía. Niang, con todo hecho, le clavó el sexto puñal a un equipo que generó mucho para concretar casi nada. Con más equilibrio y pólvora, seguirá escalando peldaños. Por ahora, parece que no puede más.