La Real amarga la fiesta del Rayo
El equipo vallecano paga sus errores defensivos tras adelantarse por 2-0
Mientras los participantes en la Tamborrada se visten de cocineros o de soldados napoleónicos para acudir a la izada de la bandera en la Plaza Nueva, Willian José sacaba de un apuro a la Real, que después de tener perdido el norte durante muchos minutos aprovechó la flojera defensiva del Rayo para arrancar un punto y coger el avión de regreso hacia la fiesta con un poco más de optimismo.
Rayo, 2 - Real Sociedad, 2
Rayo Vallecano: Dimitrievski; Advincula, Emiliano, Ba, Amat, Moreno; Comesaña, Imbula (Medrán, m. 77), Trejo (Pozo, m. 85); Embarba (Bebé, m. 62) y De Tomás. No utilizados: Alberto, Tito, Álvaro y Gálvez.
Real Sociedad: Rulli; Aritz, Llorente, H. Moreno, Theo; Zubeldia, Illarramendi; Januzaj, Sangalli (Sandro, m, 76), Oyarzabal; Willian José (Juanmi, m. 82). No utilizados: Moyá, Zaldua, Raúl Navas, Guevara y Muñoz.
Goles: 1-0. Comesaña. M. 22. 2-0. Embarba. M. 29. 2-1. H. Moreno. M. 38. 2-2. Willian José. M. 83.
Árbitro: Medié Jiménez. Tarjetas a Emiliano, Llorente y Dimitrievski. Árbitro del VAR: González Fuertes.
Vallecas. 12.562 espectadores.
Porque para los donostiarras, el ambiente se hizo fúnebre en la primera media hora, que fue de los madrileños de cabo a rabo. Sólo Oyarzabal parecía responder al dinamismo de los franjirrojos, que parecían empeñados en que, esta vez sí, mantendrían la portería a cero. Inflaron pronto el globo con un disparo de Comesaña desde fuera del área, después de un despiste defensivo global de los realistas. Nadie salió al paso del jugador rayista, que recibió solo para ajustar la pelota lejos de Rulli. La Real seguía inane, y no espabiló hasta que Embarba consiguió el segundo para los de casa, tras plantarse ante Rulli después de un magnífico pase de Trejo en una jugada construida a partir de un saque de banda, que evidenció la desatención visitante.
El Rayo empezó a soñar con ese marcador, que le permitía abandonar los puestos de descenso, pero el equipo vallecano sigue pecando de ingenuidad en defensa, aunque haya modificado un sistema que ahora parece más sólido. El gol de Héctor Moreno, que acortaba la diferencia en el marcador, lo evidenció. Fue un saque de falta de Illarramendi desde el lateral, que el central mexicano remató sin oposición en el área pequeña.
Pese a todo, la Real no parecía estar en el partido. Sólo se metió cuando el reloj aseguraba que faltaban 20 minutos y el marcador seguía en su contra. Salió Sandro para dar más firmeza al ataque, pero Oyarzabal siguió siendo el más activo. El empate fue una chispa de inspiración del delantero donostiarra, que se coló por el centro del área para recibir el pase profundo de Januzaj y dejársela a Willian José, que se buscó el espacio para marcar.
Luego llegaron las prisas del Rayo, al que se le había desmontado el chiringuito por su levedad defensiva. Mientras De Tomás, que esta vez no tuvo suerte ante la portería, se desesperaba tras dos paradones de Rulli, la Real conseguía un par de contragolpes que podrían haber supuesto un duro castigo para el Rayo. Los últimos cinco fueron los minutos más divertidos de un partido obtuso por la incapacidad de los dos equipos para centrar su objetivo. El empate no contenta a nadie, pero al menos en las sociedades gastronómicas donostiarras el protagonista volvió a ser el chuletón y no la depresión.
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