Muguruza enseña los dientes

Dice Garbiñe que nadie tiene mayores expectativas sobre Muguruza que ella misma, pero lo cierto es que desde que comenzó a elevar el vuelo, a partir de 2013, se espera lo máximo de ella. Por eso, se contempla con preocupación la desconexión del último curso, los pasos en falso de una temporada que ya es historia y que ya abre paso a un nuevo año en el que, pese al frenazo del 2018, se confía en el repunte y la llegada de nuevos éxitos. Este martes, viéndola desempeñarse contra Saisan Zheng, volvió a venir a muchas mentes la pregunta que tantas y tantas veces se ha hecho y que ella aborrece, pero que resulta inevitable: ¿Qué sería de Muguruza y hasta dónde podría llegar si jugase con relativa regularidad como lo hizo esta vez?

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De entrada, en Melbourne, la hispano-venezolana se exhibió: 6-2 y 6-3 en una hora y cuarto de meneo a la jugadora china, convertida durante la mayor parte del partido en una espectadora de lujo en la pista 3, porque Muguruza dictó, dominó y se lució, dejando magníficas sensaciones y concediendo muy poquito. Como en sus buenos días, la número 18 llevó la voz cantante y apenas dejó hablar a la rival, a quien dicho sea de paso se le debe reconocer todo el mérito de figurar entre las 40 mejores del circuito (es la 40) con tan poco argumentario. Con un saque discreto y sin ningún golpe definitivo, Zheng fue un aperitivo ideal para arrancar el torneo.

Firme y convincente, Muguruza comenzó como un tiro y arañó dos breaks (al sexto y el noveno juego) en los 33 minutos que duró el primer parcial. Percutiendo desde el fondo, gobernó con autoridad y unos niveles soberbios de servicio. Mandó con claridad en el peloteo y con el saque solo cedió cinco puntos en esa manga inicial: cinco con los primeros y uno con los segundos. Zheng, de 24 años, quedó grogui durante algo más de una hora, hasta que Muguruza, que había enlazado siete juegos consecutivos, levantó el pie ligeramente del acelerador. Como suele ocurrirle, se atropelló a sí misma antes de abrochar la victoria, por las prisas en cerrar y coger el billete a la segunda ronda. Cedió una vez el servicio (5-2), pero cerró.

Lo hizo con unas cifras que subrayan la determinación: notable al servicio –73% de puntos retenidos con los primeros y 69% con los segundos–, desbordante en la red –17 aciertos en las 19 aproximaciones– y certera en la definición –cuatro de cinco en bolas de rotura–. Fabricó 23 golpes ganadores y contuvo la cifra de errores (18) para salir despedida hacia la próxima estación del torneo, en el que su tope lo fijan los cuartos alcanzados en 2017. “Me gusta subir, no es una novedad, pero por el estilo de juego de mi rival lo he aprovechado más. He entrenado esto los últimos días y lo aplico más o menos en función de mi oponente”, afirmó en unas declaraciones recogidas por el diario AS.

Suárez y Carreño avanzan... y cinco eliminaciones

Ahora, después de enseñar los dientes en la première, tiene cita en la madrugada del miércoles al jueves con la británica Johanna Konta, luego se inclina el terreno ya que enfrente estará una doble semifinalista de Grand Slam (Australia 2016 y Wimbledon 2017). “El año pasado fue difícil, porque venía de la mejor temporada de mi carrera. Sería un éxito para cualquiera acabar en el top-20, pero comparado con otros cursos... Me lo he tomado de manera relajada, sin darle demasiada importancia, porque tengo motivación para estar arriba otra vez. Sé lo que no tengo que hacer”, profundizó en la sala de conferencias.

Fue un mediodía plácido para ella, pero no así para Carla Suárez. La canaria batió a la júnior Clara Burel (17 años) por 7-5 y 6-2, aunque compite con problemas físicos en Melbourne; en concreto, sufre molestias e la rodilla izquierda y el tobillo derecho, por lo que es una incógnita cuál será su rendimiento frente a Dayana Yastremska (7-5 y 6-2 a Samantha Stosur). Mientras, Lara Arruabarrena cayó a la primera (doble 6-2 con Alize Cornet), al igual que Albert Ramos (6-3, 6-4, 6-7 y 6-3 frente a Marton Fucsovics), Marcel Granollers (6-3, 6-4 y 6-4 contra Marius Copil), Pablo Andújar (contra Denis Shapovalov) y Jaume Munar (retirado ante Fabio Fognini, con 7-6, 7-6 y 3-1). Se salvó con una remontada Pablo Carreño (6-7, 2-6, 6-3, 7-5 y 6-4 a Luca Vanni).