Silvia Meseguer y el salto mortal de compaginar fútbol y Medicina
La centrocampista del Atlético y de la selección cuenta lo difícil que ha sido rendir repartiendo el tiempo entre prácticas, estudios y competición
“La gente que me ve me dice: ‘Silvia, lo haces todo muy rápido’... Claro, es la costumbre que llevaba de ir agobiada y acelerada siempre”, cuenta Silvia Meseguer, centrocampista del Atlético y de la selección española, con la que debutó en 2008. En noviembre volvió a las convocatorias de la roja tras un año de ausencia forzada. Ya no podía conciliar las prácticas de medicina con el fútbol. “Fue una decisión obligada. Recuerdo que en septiembre de 2017 vine a una concentración y a la vuelta me dijeron que tenía que elegir una cosa o la otra porque si no me suspendían el año y no podía acabar la carrera”, cuenta durante un parón de LaLiga Iberdrola. Tiene la cara pintada con rayas color oro para apoyar la campaña de donación de médula impulsada por la selección española.
Dejó la selección, pero siguió con el Atlético, haciendo saltos mortales para llegar a todo. A Jorge Vilda, el seleccionador, le explicó los motivos de su adiós temporal. Le contó que por ir concentrada la habían suspendido y que con otro suspenso no podía terminar la carrera. “Me dijo que no se lo esperaba, pero que respetaba mi decisión y que lo entendía”, cuenta Silvia.
Terminada la carrera de medicina y las prácticas en el Puerta de Hierro de Majadahonda, ahora ha decidido esperar un par de años antes de empezar el MIR. “Lo normal es que cuando la gente acabe medicina empiece el MIR, pero la mía no ha sido una situación normal... Me presentaré en 2021, ahora voy a ir estudiando poco a poco y me voy a tomar mi tiempo porque estos últimos años han sido muy duros y de mucho estrés. Quiero disfrutar todo lo que no he vivido del fútbol, quiero disfrutarlo de verdad dedicándome a ello al cien por cien y más ahora que tengo la suerte de ser profesional”, explica recordando lo duro que fue 2017. “Con los entrenamientos a las 12.30, terminaba las prácticas a las 12 y me iba a la ciudad deportiva. Si me faltaban horas de prácticas para completar las asignaturas, volvía al hospital por las tardes. Y claro luego tenía gimnasio. Había días que salía de casa a las 8 de la mañana y no volvía hasta las 9 de la noche y luego tenía que prepararme todo lo del día siguiente…”, explica.
Y eso, claro, afectaba el rendimiento. Tiene 29 años y desde hace cinco defiende los colores del Atlético, líder de la tabla en este primer tramo del campeonato. “Lo pienso ahora y no sé cómo he podido hacerlo. Sobre todo rendir, porque es lo más complicado. No descansaba en todo el día. Entre los viajes, los estudios y las prácticas no desconectas ni del fútbol ni de la medicina. Ahora es cuando noto la diferencia de todo lo que llevaba estos años. Ahora me levanto por las mañanas y sé que sólo tengo que entrenar”, añade.
“Estoy estudiando para el MIR sí, pero dos horas al día y las sacas muy fácil en cualquier momento. Puedo descansar, puedo prepararme la comida tranquilamente, puedo acostarme pronto. Antes era imposible, era ir corriendo a todos los sitios. Fíjate, aun con todo que ahora tengo más tiempo, me doy cuenta de que voy corriendo y acelerada a todos los sitios”, dice.
A entrenar en bici
Por la ciudad deportiva del Atlético siempre aparece en bicicleta. Su casa está a unos 3 kilómetros y el coche lo utiliza sólo para desplazamientos más largos. “Ahora estoy relajada. Antes siempre tenía en la cabeza y en el subconsciente que tenía que estudiar para los exámenes de Navidad, para todo. Eran muchas materias, además. Siempre me decía: ‘joder tengo que estudiar’. Ahora no, tengo la mente liberada y me hace rendir más. Se nota muchísimo cuando no tienes nada en la cabeza. Es verdad que los entrenamientos antes me servían para desconectar, pero ahora es que vas al campo y ves que es por y para el fútbol. Me lo he ganado”, afirma.
¿A qué le considera trabajo? “Ahora mismo el fútbol es mi trabajo. Pero en todas las épocas duras que he tenido, cuando iba a las prácticas al hospital me decía: quiero hacer esto. Me veo dentro de unos años siendo médico, tengo ganas de ejercer y tampoco voy a aparcarlo mucho más. Quiero disfrutar un par de años más del fútbol y el año que viene ya iré encarando el MIR poco a poco”, contesta.
Cuenta que en el hospital donde hacía las prácticas, informaba de que era futbolista cuando le coincidían las horas con algún partido. “Algunos, a los que le gustaba el deporte, me facilitaban las cosas; otros no. ¡Y yo lo entiendo, eh! Porque ven la medicina como prioridad y tú al final eres médico y es una profesión que requiere tiempo. Tienes en tus manos las vidas de los demás y es una responsabilidad muy grande, por eso entiendo que me exigieran el cien por cien. Yo no estaba en la misma situación que el resto y por eso ha sido todo tan duro”, reflexiona.
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