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D’Onofrio: “Lo sucedido en el Superclásico debería ser el 11-S argentino”

El presidente de River Plate, a dos días del Superclásico en Madrid, conversa con EL PAÍS sobre el conflicto de la final de la Libertadores

Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, en un hotel de Madrid. En el vídeo, la llegada del River Plate a la capital española.Vídeo: Víctor Sáinz / Atlas
Juan I. Irigoyen

A Rodolfo D’Onofrio (Buenos Aires, 71 años) su padre, Raúl, interventor de la AFA en 1971, lo hizo socio de River el día que nació. Vio jugar al Real Madrid de Di Stéfano y Puskas en el Monumental y cenó con Santiago Bernabéu. “Un adelantado, un tipo que no solo hizo grande al Madrid, sino también al fútbol español”, asegura. Empresario, llegó a la presidencia de River Plate en 2013. El club de la banda ya había regresado a Primera, su situación financiera seguía en zona de descenso. “La economía era muy, pero muy delicada. Sabíamos, sin embargo, que la marca y el club valían para salir adelante”. Durante su gestión, River ganó nueve títulos. Todavía cansado después de un viaje de 12 horas, recibe a EL PAÍS para conversar sobre el Superclásico que se celebrará en el Santiago Bernabéu.

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Pregunta. ¿Cómo cree que se recordará su presidencia?

Respuesta. No creo que como a Santiago Bernabéu. Él fue un símbolo increíble. Sí pretendo que se recuerde nuestra gestión como honesta y, sobre todo, que pusimos a River en el lugar en que tenía que estar.

P. ¿Y a este Superclásico en Madrid cómo se le recordará?

R. Como una vergüenza, como la tremenda vergüenza del fútbol argentino. Es algo increíble. Un sistema de seguridad que falló, absoluta y totalmente. No es solo un problema de Argentina, en Europa también hay episodios de violencia. El otro día vi un partido de fútbol griego en el que no se tiraban piedras, se tiraban misiles.

P. ¿River no tiene ninguna responsabilidad?

R. Cero. La responsabilidad de River empieza dentro del Monumental. Cuando Boca sale de su hotel, la responsabilidad es de la seguridad. Y ya lo reconocieron las máximas autoridades de la seguridad de la ciudad y de la nación. ¿O era la primera vez que Boca venía a jugar a la cancha de River?

P. ¿Sospecha que falló a propósito?

R. No lo sé, eso es un análisis que tendrá que hacer la seguridad. Sí sé que River es un damnificado. Acá se les prohibió a 66.000 aficionados, gente que vino de todos los lugares de Argentina y del mundo, a ver esa gran final. Y ahora les pusieron su espectáculo a 10.000 kilómetros. Estamos en desventaja. Nosotros jugamos en la cancha de Boca y ahora Boca no juega en la cancha de River. Y lo más vergonzoso es que tenemos un problema como Argentina. ¿Cómo puede ser que en nuestro país no se pueda jugar el River-Boca?

P. Si el país no puede organizar un Superclásico, ¿cómo se explica que el presidente Macri haya pedido un encuentro con púbico visitante?

R. Tuvo la sana intención de desear que haya público visitante, pero las intenciones no se convierten en realidad de un día para otro. Si durante años no tuviste público visitante en la ciudad de Buenos Aires, no se puede organizar un Superclásico de la noche a la mañana. Los estadios de River y Boca no estaban preparados. Al hincha de River le robaron su partido, le robaron la posibilidad de ver la gran final. Una gran final que la gente de Boca la vio en su propio estadio.

P. ¿Pero no se lo robaron los mismos hinchas de River, que atentaron contra el autocar de Boca?

R. No. Fueron 40 o 50 delincuentes, que no tienen que estar en el fútbol y hay que exterminarlos para siempre. El hincha de River no es culpable de nada. No se debería haber permitido que el autobús de Boca pasara por un lugar donde estaban personas capaces de producir ese tipo de actos. ¿Sabe qué ocurrió este miércoles por la noche cuando salimos de Buenos Aires?

P. No.

R. Nada. Si hubiesen puesto el sábado de la final el 20% de la seguridad que pusieron cuando River salió de Buenos Aires, nada de esto hubiese pasado. Tomaron todas las prevenciones, cosa que no hicieron ese día. Solo tenían que cuidar una esquina. No lo hicieron. La gente de River es ajena y mucho más ajenos son los 43 millones de argentinos que quieren ver su River-Boca en su país, que no tienen nada que ver con esos 40 delincuentes.

P. ¿Cómo explicaría en España qué es un barra brava?

R. Un delincuente que no debería ingresar a un campo de fútbol.

P. Pero ingresan.

R. Los clubes del fútbol argentino no cuentan con un derecho de admisión como el que deberían tener. Lo que hace falta es lo que se hizo en Rusia, un Fan ID. El Gobierno, la policía y los clubes tienen que ponerse de acuerdo. Y, después, cuando vayan presos no los tienen que soltar al otro día.

P. Y los directivos, ¿qué tienen que hacer?

R. No tienen que ser cómplices de esto. Pero para hacerlo necesitas tener la seguridad adecuada. Si yo me pongo en la calle a decir que no quiero que entre más al estadio amenazarán de muerte a mi hija, a mi mujer y a toda mi familia.

P. ¿Cedió alguna vez?

R. No le quepa la menor duda. Y me está pasando ahora. Tengo 200 ó 250 hinchas de Boca que dicen que me van a matar.

P. ¿De Boca?

R. Sí, los de River están cien por cien conmigo. No la barra brava, la gente. Yo ni conozco a la barra brava. Jamás los traté. Lo único que quiero es que no estén más.

P. ¿No hay relación entre la directiva de River y la barra brava?

R. Ninguna. Y lo juro por mis hijos. Hay que terminar con esta gente que está comprometida con la política. En cualquier manifestación están ellos, entonces los políticos no se tienen que hacer los tontos. Quiero que lo que ocurrió ese sábado sea el 11 de septiembre de Argentina. Pero tienen que poner las pelotas el Gobierno nacional y los directivos. Tenemos que hacerlo de forma conjunta, cada uno solo no se puede.

P. ¿Cómo explica entonces que el jefe de la barra brava de River tuviera 300 entradas del Superclásico en su casa?

R. No se lo puedo explicar. No tengo ninguna constancia de que el club le haya entregado entradas a un barra brava. Eso lo tiene que investigar el fiscal, al que le dimos toda la información.

P. Si hubiese existido una mejor relación entre River y Boca, ¿el partido se hubiese jugado en Buenos Aires?

R. River fue generoso y tuvo palabra. El sábado pactamos que el partido se jugaba al día siguiente. Y el domingo la final no se jugó porque Boca había presentado un escrito en la Conmebol para llevarse los puntos sin jugar la vuelta. No fue una actitud leal.

P. ¿Entiende que la Conmebol quisiera jugar el partido fuera de Argentina?

R. La Conmebol está en todo su derecho, lo que no entiendo es que la AFA apoyara esa decisión. Se votó por unanimidad que el partido no se jugara en Argentina.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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