Carlsen aprieta, pero en vano
Caruana, muy firme, fuerza el 9º empate (4,5-4,5) y jugará con blancas dos de las tres últimas partidas
Magnus Carlsen afronta en el Mundial de Londres una situación casi tan difícil como la de hace dos años en Nueva York, cuando estuvo a punto de perder el título ante Serguéi Kariakin. Su buena preparación para la 9ª partida le dio una pequeña ventaja, pero la férrea defensa de Fabiano Caruana produjo el 9º empate (4,5-4,5). El estadounidense tendrá la iniciativa de las piezas blancas en dos de las tres últimas, pero partiría como teórica víctima en un eventual desempate de partidas rápidas. La 10ª se juega este jueves.
“No estoy de acuerdo con quienes ven a Magnus como claro favorito en un desempate. Pero ahora no es el momento de pensar en eso. Quedan tres partidas al ritmo clásico, y pueden pasar muchas cosas en ellas”, dijo Caruana, muy tranquilo y dando la imagen de estar muy seguro de sí mismo, durante la conferencia de prensa.
Ciertamente, el aspirante tiene motivos para sentirse confiado y sereno. La obra de Carlsen está llena de partidas similares a esta novena: pequeña ventaja de apertura, vueltas y vueltas al torniquete de la presión durante horas y horas, hasta que el rival sucumbe, por cansancio o desequilibrio nervioso, que se traducen en falta de precisión defensiva.
Pero Caruana es de otra pasta. Probablemente no sea acreedor -al menos, por ahora- de la etiqueta de genio, que nadie le discute a Carlsen, pero es durísimo en cuanto a conocimientos técnicos y también en lo que respecta al control de las emociones y de la tensión. En este noveno asalto, el noruego logró casi una hora de ventaja en el reloj, pero esa fue toda su renta; esta vez no llegó a tener una posición ganadora (como en el primer asalto) ni mucho menos.
Hace dos años, Carlsen perdió la 8ª ante Kariakin tras siete empates, y luego ganó la 10º, y posteriormente el desempate rápido con cierta claridad. Pero su juego en los últimos meses es peor que el de hace dos años: con este noveno empate en el Mundial ya lleva catorce consecutivos, la mayor racha sin ganar de toda su carrera.
Además, Caruana no solo es tan duro como Kariakin en cuanto a la preparación de las aperturas y su excelsa técnica defensiva. Es mucho más incisivo que el ruso, y si Carlsen se atreviera a jugarse el todo por el todo en una posición muy complicada, el estadounidense podría estar a su altura.
Carlsen mostraba ayer una tirita en su ceja derecha, fruto de un golpe durante el partido de fútbol que jugó el martes con algunos periodistas noruegos. Ante los periodistas dejó muy claro que esa herida no le molestó en absoluto. Lo que le duele es la falta de confianza en sí mismo, reconocida incluso, en conversaciones privadas, por personas muy allegadas a él.
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