Muniain renueva por el Athletic sin cláusula de rescisión
El futbolista de 25 años amplía su compromiso hasta 2024 sin que se establezca ninguna cantidad de ruptura en su contrato
Iker Muniain (Pamplona, 1992) no tendrá cláusula de rescisión. El Athletic anunció a primera hora de la mañana la renovación del futbolista, que seguirá vinculado hasta 2024 a la disciplina rojiblanca, además de aumentar su ficha, que le sitúa entre los mejor pagados de la plantilla, pero en el contrato no figura ninguna cantidad de dinero para romper la relación de forma unilateral por parte del navarro. Según la nota publicada por el club, “el Athletic y el jugador han acordado eliminar la posibilidad de resolver anticipadamente el contrato mediante el abono de una cláusula de rescisión”. Josu Urrutia, que figura como miembro de la junta gestora del club después de su dimisión para convocar elecciones, fue quien firmó por parte de la entidad.
Las cláusulas de rescisión forman parte del fútbol desde la entrada en vigor del decreto 1.006 de 1985, en el que se regula la relación laboral de los deportistas profesionales, y que en uno de sus apartados establece que “la extinción del contrato por voluntad del deportista profesional, sin causa imputable al club, dará a éste derecho, en su caso, a una indemnización que en ausencia de pacto al respecto fijará la Jurisdicción Laboral en función de las circunstancias de orden deportivo, perjuicio que se haya causado a la entidad, motivos de ruptura y demás elementos que el juzgador considere estimable”. Es decir, el caso de ruptura unilateral serían los jueces quienes establecieran la indemnización ya que el pacto al que alude la ley no existe en la renovación de Iker Munian.
Las cláusulas de rescisión son un elemento extraño en el fútbol mundial. Sólo en España, China, Brasil y Holanda se aplican en los contratos de los futbolistas. Existen para que la rescisión unilateral del contrato por parte del jugador, no acabe en los juzgados. Es una forma de regular el tráfico –en España a través del decreto 1.006 de 1985–, aunque en algunos casos puedan resultar abusivas. El “caso Zubiaurre” que acabó en juicio, se saldó con una sentencia en la que el juez obligó al jugador –y al Athletic como responsable civil subsidiario–, a pagar cinco millones de euros, mientras que la Real Sociedad, que tenía los derechos federativos del futbolista–, exigía los 30 millones que figuraban en el contrato. En aquel caso, el juzgado tuvo en cuenta la desproporción entre el sueldo del futbolista y su cláusula.
No existe una legislación a nivel europeo, y por eso en muchos países como Inglaterra, Francia o Alemania los futbolistas no pueden rescindir sus contratos de manera unilateral. En Inglaterra existe el transfer request, que es una manera amistosa de resolver el contrato, pero que no obliga a los clubes, que se pueden negar. Lo utilizaron, por ejemplo, Xabi Alonso para cambiar el Liverpool por el Real Madrid, o Gareth Bale para desvincularse del Tottenham. En el “caso Neymar”, por ejemplo, el Barcelona tuvo que permitir que el jugador se marchara después de pagar los 222 millones de su cláusula de rescisión, pero no hubiera podido contraatacar fichando a ninguna estrella del PSG sin acuerdo previo con el club francés. En Portugal se exige el cumplimiento del contrato a las dos partes durante cuatro años. La FIFA puede fijar el precio de un traspaso sólo cuando el jugador que lo solicita cumple tres temporadas completas en un club, o tres años, si el contrato se firmó antes de que el futbolista cumpliese 28 años.
En el entorno del jugador, atribuyen la decisión de ambas partes a un compromiso de fidelidad y confianza. Muniain, que ha sufrido dos graves lesiones de ligamento cruzado a lo largo de su carrera, había dado órdenes a sus representantes de hablar exclusivamente con el Athletic para ampliar el contrato que vencía en junio de 2019.
No quería escuchar ninguna otra oferta antes de explorar todos los caminos hacia la renovación con el club bilbaíno. Según algunos medios, el Nápoles y la Roma estaban interesados en el jugador nacido en Pamplona, que hubiera podido marcharse gratis y recibiendo, por tanto, una jugosa cantidad como prima de fichaje.
Iker Muniain llegó al Athletic a los 12 años, procedente del Chantrea. Con 15 años hizo la pretemporada con el primer equipo del Athletic, convocado con Caparrós, que le hizo debutar en varios partidos amistosos. Debutó en partido oficial con 16 años, siete meses y 11 días frente al Young Boys en el playoff de la Europa League. En el partido de vuelta, se convirtió en el jugador más joven en marcar un gol con el Athletic. Tiene 25 años y lleva ya 10 temporadas en el conjunto rojiblanco. Su nuevo contrato le asegura la permanencia por seis campañas más.
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