El Barcelona le endosa una manita al Real Madrid y sentencia a Lopetegui
Los de Valverde golean a los blancos (5-1) y dejan al entrenador vasco muy cerca de ser destituido
Goleada del Barcelona y sentencia para Julen Lopetegui. El peor escenario imaginable para el Real Madrid y el entrenador vasco se desató en el Camp Nou. El equipo de Valverde, dominador en la primera mitad, capaz de levantarse en el inicio de la segunda ante la reacción de su adversario, le endosó una manita a los blancos. Quizás el correctivo fue excesivo para un Madrid que no compareció hasta pasado el descanso y que ya es noveno a siete puntos del líder. Reaccionó y se levantó pese a una losa de dos goles, pero el poste primero y un mal remate después, le privaron de culminar su rebeldía. El Barcelona olió la sangre y no se cortó. Comandados por un excelente Luis Suárez, autor de un triplete, nadie extrañó a Messi, de nuevo espectador desde la grada.
El inicio resultó inesperado. Herido, necesitado de un golpe en la mesa, se intuía a un Madrid dispuesto, con la valentía y la energía que acostumbra a mostrar el equipo blanco en momentos de extrema dificultad. Pero sucedió lo contrario. Salió crecido el Barcelona y atemorizado el Madrid. Lopetegui optó por Isco y sentó a Asensio en un movimiento que invitaba a pensar que trataría de discutir la pelota al Barça. No fue así. Se vio de primeras un Madrid rácano, replegado y esperando una transición rápida. El entrenador había insistido en la previa del encuentro en que la clave estaría en atacar bien y defender bien. En la primera parte su equipo no hizo ni una cosa ni la otra. Bale descuidó el carril derecho y Jordi Alba vio pista libre. Nacho, lateral de urgencia ante la lesión de Carvajal, no pudo contener la potencia del carrilero y Coutinho embocó a puerta su centro atrás.
El Barcelona jugaba a su antojo, con Busquets y Arthur a los mandos. No replicaban ni Modric ni Kroos, sobrepasados, tampoco Isco, ausente. Mucho menos lo hizo Bale, intrascendente hasta que Asensio le dio carrete. Con el Madrid en la lona, apareció Luis Suárez. El charrúa aprovechó un nuevo error defensivo, este de Varane, para forzar un penalti. No midió bien el central, se adelantó Suárez y le atropelló por detrás. No lo vio el colegiado, pero sí el VAR, y el delantero superó a Courtois.
Movimiento táctico
El intermedio sirvió a Lopetegui para recomponer a su equipo. Retiró a Varane, aquejado de problemas físicos, introdujo a Lucas Vázquez y modificó el esquema. El Madrid pasó del 4-4-2 a un 3-5-2 con Marcelo y el gallego como carrileros y Casemiro incrustado entre Nacho y Sergio Ramos. El efecto del movimiento táctico fue inmediato. Avanzó líneas, intensificó la presión y se animó a retener la pelota. Cuatro minutos después, Marcelo recortó diferencias y reenganchó al Madrid al clásico. La rebeldía pudo ser completa cuando Modric se encontró con una pelota en el área y disparó a puerta. Lo impidió el palo, aliado de Ter Stegen. También en un cabezazo franco de Benzema que se fue arriba.
Ahí se acabó el Madrid. La tuvo y no acertó. Justamente lo que no hizo Suárez. Perdonó una, pero no más. Su remate cayéndose al poste fue el preámbulo de un vendaval desmedido en el Camp Nou. Lo desató él con un cabezazo precioso, propio de un nueve de altura. El centro templado de Sergi Roberto lo potenció el uruguayo y sorprendió a Courtois. El uruguayo, con la colaboración del desequilibrante Dembele, que terminó de agitar el duelo, completó su triplete con una preciosa picadita y Arturo Vidal cerró una manita que parece el final de Lopetegui. El Barça decidió su suerte.
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