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Columna
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El inexistente Real Madrid femenino

El presidente del Madrid respondió en la asamblea de compromisarios todas las cuestiones, menos la del fútbol femenino

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en la asamblea de compromisarios.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en la asamblea de compromisarios.Emilio Naranjo (EFE)

El domingo 23 el Real Madrid celebró su asamblea anual de socios compromisarios. En ella, Florentino Pérez, presidente del club, consiguió sacar adelante las cuentas para la temporada en curso. Mucha oposición no tuvo, como demuestra que el 92% de los presentes diera el visto bueno a los presupuestos. Entre las medidas acordadas destaca la de pedir un crédito para la reforma del estadio Santiago Bernabéu, cuya cuantía asciende a 575 millones de euros. Tampoco en ese apartado encontró el señor Pérez demasiada contestación. De los 1.097 socios que votaron, 1.017 lo hicieron a favor del megaproyecto, esto es, el 92,7% de los electores que, sin embargo, solo suponen el 1,08% de la masa social del club.

Hasta aquí la información que destacaron la mayoría de los medios de comunicación. Pero en esa asamblea sucedieron muchas más cosas. Una, sin embargo, pasó inadvertida. Ocurrió en el turno de ruegos y preguntas, que es donde los pocos parroquianos críticos con la gestión presidencial hacen públicas sus quejas. Uno de ellos, de nombre César López Rodríguez, tuvo a bien preguntar a Florentino Pérez por los motivos que impiden que el Real Madrid tenga un equipo femenino de fútbol. “Es un gusto verlas jugar…”, señaló el socio elogiando el dulce momento que vive el balompié de chicas en España. Tras hacer su pregunta, el señor López abandonó el estrado y volvió a su butaca, donde esperó paciente la contestación del mandatario. Y esperando sigue.

Porque fue respondiendo el presidente a todas las cuestiones que le plantearon los socios y, vaya fatalidad, se le olvidó una. La del inexistente Real Madrid femenino. Pudo ser un despiste, claro. Y ninguno de los directivos que le acompañaban en la mesa presidencial, 16 eran, informó a Florentino Pérez de su desmemoriado lapsus. Ni siquiera doña Catalina Miñarro, a la sazón la única mujer que forma parte del equipo de gobierno del club blanco.

Al Real Madrid le cabe el dudoso honor de ser, junto al Getafe, el único club de Primera División que ni ha tenido ni tiene equipo femenino. Todos los grandes de Europa, Manchester United, Chelsea, Bayern, Juventus, PSG… lo tienen. Solo quedan fuera de esa lista los dos equipos de Milán, cuya grandeza ya se limita a la sala de trofeos. Y el Real Madrid, claro. De hecho, hay tres equipos madrileños en la División de Honor de la Liga Iberdrola: el Atlético, vigente campeón, el Rayo Vallecano y el Madrid Club de Fútbol, que nació por el empeño de su fundador, el empresario óptico Alfredo Ulloa, que así maquilló su gran sueño, que no era sino que su hija fuera la guardameta del Real Madrid. Para manejarse en la máxima categoría del fútbol femenino le basta con un presupuesto anual de 300.000 euros, que viene a ser lo que el gigantesco Real se gasta en los cordones de las botas de cualquier fichaje. La revista France Football, que otorga el Balón de Oro, acaba de anunciar que en este 2018 también habrá un trofeo para la mejor jugadora, trofeo que, a diferencia del masculino, no ganará ninguna futbolista del Real Madrid. Quizá alguna de esas “mocitas madrileñas” de las que habla el himno del club se pregunte, mientras camina hacia Chamartín al parecer alegre y risueña, por qué no puede jugar en el Real Madrid. No encontrará respuesta.

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