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Gonzalo Melero, un ‘madridista’ en el Wanda

El capitán del Huesca, que hoy se mide al Atlético (22.00, beIN LaLiga), tuvo que abandonar el Real tras más de una década en la cantera

Melero (i) protege el balón ante Guido.
Melero (i) protege el balón ante Guido.JAVIER BLASCO (EFE)

Cuando Zinedine Zidane aterrizó en el vestuario del Real Madrid Castilla en el verano de 2014 se encontró con una plantilla repleta de volantes. El francés, que afrontaba su primera experiencia en los banquillos, se vio rodeado de un puñado de centrocampistas que cuatro años después tratan de asentar sus carreras en Segunda, Primera o algunas de las principales ligas europeas. Uno de ellos era Gonzalo Melero (24 años, Madrid), actual capitán del Huesca, que esta noche visita el Wanda para enfrentarse al Atlético de Madrid (22.00, beIN LaLiga). El volante madrileño, que la semana pasada alcanzó un acuerdo preferencial con el Villarreal para dar el salto al equipo amarillo la próxima temporada, es hoy uno de los más aventajados de aquel grupo, en el que también estaba Marcos Llorente o Álvaro Medrán.

¡Ser regular es lo más complicado!"

La irrupción de Melero en la élite no la preveía Zidane. Canterano desde categoría alevín, su progresión se truncó cuando coincidió con el francés. Los informes de los empleados de Valdebebas señalaban al centrocampista como uno de los jugadores más destacados de su generación, pero Zidane le relegó a un segundo plano. Muchos compañeros y parte del personal de la cantera nunca han entendido el porqué de la decisión del entrenador.  "Venía de un año maravilloso en el Madrid C y simplemente dejé de jugar cuando promocioné al Castilla", dice el protagonista. "Soy de los que piensa que le tienes que gustar al entrenador. Había mucha competencia y puedo llegar a entender que no tuviera minutos".

Su aventura en el Castilla de Zidane duró solo media temporada. Después de disputar 220 minutos, tomó la decisión de dejar el Madrid en el mercado de invierno. "Zidane me dijo que esperara mi oportunidad, pero no tenía mucha pinta de que fuera a entrar en sus planes y opté por marcharme", explica Melero, que recuerda la insistencia del entrenador francés en el trabajo técnico. "En cuanto eso era un lujo poder trabajar con él. Creo que ha ido evolucionando mucho y su palmarés es inigualable".

Melero trata de arrebatarle el balón a Oyarzabal.
Melero trata de arrebatarle el balón a Oyarzabal.JAVIER BLASCO (EFE)

La situación de Melero no pasó desapercibida para José Manuel Díaz, uno de sus entrenadores en el Madrid C, que le reclutó para las filas de la Ponferradina en Segunda División. El cambio no fue fácil para el chico. "Todos los que estamos en el Madrid sabemos que ese momento va a llegar. Si quieres triunfar, vas a tener que salir, pero es difícil", expone Melero, y continúa, "pasas de convivir y jugar con gente de tu edad a meterte en un vestuario en el que hay gente de mucha experiencia, que esta muy curtida en esto. Los primeros meses nos cuesta a todos, pero te hace valorar lo complicado que es el mundo del fútbol y darte cuenta de que tienes que trabajar para curtirte tú. Es un proceso de aprendizaje y adaptación, y en esas fases siempre hay momentos complicados, pero nunca hay que dejar de insistir ni perder la esperanza".

Tras un descenso a Segunda B en Ponferrada, saltó a Huesca en 2016. A un primer año de adaptación le siguió la temporada de su explosión, el curso pasado, cuando lideró el histórico ascenso del club aragonés con 16 goles. "No me lo esperaba. Confiaba en tener un buen año pero no en lo que pasó, especialmente en la primera vuelta, luego bajé un poco el nivel, pero era difícil mantenerme así 42 partidos ¡Ser regular es lo más complicado!", reconoce Melero, quien asegura estar todavía asimilando el haber llegado a Primera. "Me veo jugando contra jugadores a los que solo había visto por televisión y estoy en ese proceso de acostumbrarme. Verte ahí te hace consciente de dónde estas y lo que has conseguido".

Intento estar muy concentrado, correr todo lo que pueda, ofrecer ayudas y después, claro, tener el gol entre ceja y ceja"

Admirador de Xavi Hernádez y Luka Modric, Melero siempre fue visto en Valdebebas como un mediocentro con las características de los volantes de la Premier. "Me gusta esa figura del box to box, significa que eres completo y puedes aportar en todas las facetas", reconoce el jugador, que explica la necesidad de saber hacer de todo en el fútbol actual, especialmente en los centrocampistas. "Hay tanta competencia que se te obliga a ser muy completo, a aportar en todas las fases del juego. Tienes que adaptarte a todo. Yo intento estar muy concentrado, correr todo lo que pueda, ofrecer ayudas y después, claro, tener el gol entre ceja y ceja".

Hoy, mientras espera al Madrid, su equipo de toda la vida y al que más desea enfrentarse, busca su primera gran actuación en Primera ante el Atlético, del que destaca su vocación defensiva. "Admiro el espíritu de equipo que ha conseguido el Cholo. Cuando veo cómo se exigen en defensa jugadores como Koke, Saúl... Me da mucha envidia ver cómo son capaces de sufrir todos juntos". A esa situación de sufrimiento tratará de llevarles el Huesca de Melero, el volante que no convenció a Zidane.

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