El Alavés se encuentra la mayor goleada como visitante de su historia ante un Rayo menguado
Los de Abelardo aprovecharon sus ocasiones ante los vallecanos, con diez desde la primera parte
El fútbol es caprichoso. Quien no haya visto el partido, puede ver el resultado y pensar que este sábado el Alavés se ha paseado en el Estadio de Vallecas. Pero Rayo y Alavés disputaron un partido muy competido hasta que Abdoulaye Ba, el fuerte central del equipo madrileño, propinó un codazo a Jonathan Calleri mientras Ibai Gómez, con su tobillo de goma, clavaba en la escuadra el 1-2 para los vitorianos. El VAR, implacable, observó la agresión de Ba y el colegiado Cordero Vega no dudó al mostrar la roja. En la segunda parte los de Abelardo jugaron con solidez y oficio para aprovechar los errores de un Rayo, que siempre intentó llevar la iniciativa del partido. Mientras que el Alavés logró la mayor goleada como visitante de su historia en Liga, los de Míchel deberán esperar para hallar premio a su valiente propuesta.
El fútbol volvía a Vallecas un mes después de que se cerrase el estadio y se cancelase un partido por las obras. El estadio sigue sin pasar la ITE, pero se puede garantizar la seguridad de los asistentes, así que el balón volvió a rodar en la barriada madrileña.
Sobre el verde el Rayo dominó los primeros compases hasta que en una falta lateral botada por Jony permitió a Ximo Navarro adelantarse a Raúl de Tomás y hacer el 0-1. Jarra de hielo para los rayistas. De Tomás tuvo ocasión de redimirse a la media hora, en un balón que quedó muerto en el área de los vitorianos. Metió la puntera e igualó el encuentro. El Rayo carburaba y las buenas sensaciones corrían por las gradas. Hasta que llegó la expulsión de Ba.
Partido decidido
El partido se decantó claramente por el Alavés en la segunda parte. El Rayo, voluntarioso, intentó mantener su idea de llevar el peso del encuentro a pesar de tener un hombre menos. Lo hizo sin generar peligro. El Alavés, en cambio, se defendió con energía y buscó los huecos dejados por los madrileños. En una de esas conexiones Guidetti se la puso a Calleri de cabeza, que pudo hacer el 1-3 sin mucha oposición. En el 77 una excelente dejada de cabeza de Rubén Sobrino encontró a Ibai Gómez tan solo que pudo armar la volea a escasos metros del meta vallecano, Alberto García. Un remate inapelable. El ex del Athletic, inspirado durante todo el partido, fue un dolor para la defensa de los de Míchel.
El quinto del Alavés pilló a los jugadores del Rayo recogiendo sus cosas y pensando en el próximo partido. Burgui tiró una diagonal por todo el campo que no encontró apenas oposición hasta que llegó a la media luna del área, donde colocó un disparo a la red. El júbilo se apoderó de la afición vitoriana, que no supo hasta el último momento si finalmente se podría disputar el partido en Vallecas. Su fe no solo halló la recompensa de una goleada histórica, sino que, tras tres victorias consecutivas, les permite ver al equipo con diez puntos: el año pasado no alcanzaron esta cifra hasta diciembre. Hay que remontarse a la temporada 2000-2001 para ver al Alavés ganando tres partidos seguidos. El Rayo, con más juego que goles, se hunde en la 18ª posición.
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