_
_
_
_

La entrevista de Celia Barquín a Severiano Ballesteros: “La vida es un partido continuo”

La golfista asesinada en EE UU conversó en 2011 con el genio cántabro un mes antes de que este muriera

Celia Barquín, en 2011 con Severiano Ballesteros tras la entrevista.
Celia Barquín, en 2011 con Severiano Ballesteros tras la entrevista.

Esta es la transcripción de la entrevista que Celia Barquín, asesinada hace unas horas en Estados Unidos, le hizo en 2011 a Severiano Ballesteros con motivo de su 54 cumpleaños y un mes antes de que este muriera. Esta charla resultó premiada en 'El País de los Estudiantes' como la mejor entrevista de esa edición del concurso. 

Severiano Ballesteros cumple 54 años y el mundo del golf quiere rendirle homenaje. El próximo día 9 de abril, 152 campos de golf celebrarán el torneo Desafío cuyos ingresos irán destinados a la investigación del cáncer.

Cuando nos pusimos con él en contacto para solicitar esta entrevista, accedió de inmediato, cosa por la que le estamos muy agradecidos.

Seve, un hombre de origen humilde que siendo joven tuvo que buscarse la vida para hacerse un hueco entre los grandes, nos ha hablado de sus inicios en el golf, un deporte considerado totalmente elitista durante casi todo el siglo XX y que ahora, sin embargo, es el deporte individual más practicado en EE UU y Japón, y el segundo en España.

Pregunta. ¿Cómo era tu vida con tus padres y hermanos cuando eras niño?

Respuesta. Mi vida entre padres y hermanos transcurrió como en tantas otras familias. En aquellos tiempos, el ocio no existía. Nos ayudábamos los unos a los otros, y fue aquel entorno el que me ayudó con el paso del tiempo a centrarme en lo que más me gustaba. El golf era mi pasión. En mi casa todos estuvieron a mi lado. Si los que te rodean te dan buenos consejos y protegen, facilitan mucho las tareas que uno quiere realizar.

P. Aún viviendo junto al Real Golf de Pedreña, tus comienzos no fueron fáciles, allí trabajaste como caddie. ¿No era muy duro para un niño de nueve años cargar con una bolsa de palos durante más de cuatro horas?

R. Tienes razón, Celia. Hoy los comienzos en el golf para cualquier aficionado son demasiado sencillos. Todo el mundo tiene los mejores materiales y campos diversos donde poder dar rienda suelta a su afición. Yo, sin embargo, me las tuve que arreglar hasta llegar a entrenar cuando la noche se hacía presente. No tuve ninguna facilidad, salvo que algún socio del Club (Pedreña), cuando yo les hacía de caddie, me dejaba jugar con ellos. El doctor Santiago Ortiz y Valentín Valle fueron mis valedores. A mí no me importaba llevar la bolsa al hombro con ocho años, lo que me importaba era disfrutar jugando. Aquellos años de tanta prohibición fueron para mí los que me dieron fuerza para sentar las bases de mi futuro como deportista.

P. 94 títulos, entre ellos cinco grandes, ganador más joven del siglo del Open Británico, a los 20 años ya habías ganado en los cinco continentes ¿Cómo asimilaste todo esto? ¿Habías soñado alguna vez con algo parecido?

R. Lo especial de mi carrera no son los títulos logrados, sino cómo los conseguí. Mi forma de jugar pasaba por divertirme. Y también por divertir al espectador. La gente estaba de mi lado porque les garantizaba espectáculo. En Japón y en las Islas Británicas, el público quería que yo ganase porque me sentían cerca de ellos. En América, también me querían mucho, excepto algunos (pocos) jugadores que me veían como un intruso que les quitaba sus dólares. Personalmente, supe asimilar todo, lo bueno y menos bueno. Mi máxima atención se centraba única y exclusivamente en saber competir, para ganar. Los sueños me indicaban que para lograr lo que quería debía centrarme en el trabajo y la constancia. Yo amé este deporte y las multitudes supieron corresponderme, porque yo fui un jugador que me entregaba.

P. Participaste seis veces en la Ryder Cup y fuiste capitán de, para muchos, la Ryder más bonita ganada por Europa. En 2010 ganó Europa y te dedicaron el triunfo, sigues siendo un ídolo para ellos, ¿cómo te sientes por ello?

R. Participé en ocho ocasiones, más otra como capitán del equipo europeo, y en todas puse el máximo de entrega. Hice ver a los europeos que debíamos sentirnos tan buenos o mejores que los americanos. Europa, desde siempre, se había sentido perdedora frente a los americanos y eso yo no podía admitirlo. Nos faltaba espíritu ganador, entrega y sentido de equipo. Y aquí fue donde yo puse el granito de arena que nos faltaba para no doblegarnos frente a USA. Y por esta razón pienso que mis colegas de este año tuvieron el magnífico detalle de brindarme el triunfo. Ellos saben que mis sentimientos, siempre estarán presentes. Mi agradecimiento ante tanto cariño y halago, siempre lo tendré presente.

P. Importantes figuras como Lee Trevino han afirmado: “Seve lo tiene todo, toque, poder, saber, coraje y carisma”; o como Ben Crenshaw: “Seve juega golpes que yo no imagino ni en sueños”. Hay mil fotos tuyas golpeando la bola realmente espectaculares: de rodillas, encima de un árbol, desde un aparcamiento… He buscado el vídeo del famoso golpe que diste con la madera 3 en la Ryder Cup, pero no lo he encontrado, ¿Cómo fue?

R. Te lo explico. 14-16 de octubre de 1983. Ryder Cup. PGA National Golf Club, Palm Beach Gardens, Florida. Se jugaba el primer match individual del último día. Jugué contra Fuzzy Zoeller, vencedor del Masters de 1979. Yo precisamente había ganado el Masters de Augusta seis meses antes. Era un rival muy duro. En el tee del 18 llevábamos el match empatado. El último hoyo era un par 5 de 578 yardas, con búnkers en el lado izquierdo y agua en el lado derecho. Conecté un drive no bueno y la bola se quedó hundida en la pared de hierba de un búnker. Al ser bermuda era muy difícil sacarla de allí, solo pude jugar el wedge. Pero apenas la moví 20 metros y en dirección a otro búnker. La bola reposó bastante cerca de la pared del búnker, tanto es así que la solución normal era golpearla con el sand-wedge hacia un lado. En definitiva, como mi posición era bastante comprometida, y el match era vital, tuve que arriesgar al máximo para no perderlo. Aunque la situación era casi imposible, no lo pensé más, cogí la madera 3. Con el frente del búnker muy cerca, golpeé con toda mi alma la bola que salió como un cohete (voló unos 235 metros), alcanzando el borde del green. Así conseguí empatar el partido, que teóricamente tenía perdido. Fue un golpe excepcional.

P. Ganaste muchos torneos y mucho dinero. ¿Cumpliste algún sueño inmediato?

R. Cumplí con el deber que me impuse, entregarme en cuerpo y alma a un deporte al que entregué mi juventud. Después de retirarme hice un balance de lo que fue mi carrera deportiva. Y lo que más me satisface de ella es haber logrado que el golf haya entrado en la casa de los españoles. Esto y los campos públicos hacen sentirme orgulloso. 

P. Tras 30 años de competición decides abandonar por problemas de espalda. Ahora estás compitiendo de otra forma y también se está yendo muy bien poco a poco, con mucho esfuerzo y paciencia. Pero tú de eso sabes mucho, explícanos qué es el “Desafío Ballesteros”.

R. La vida es un partido continuo de encuentros y desencuentros. Ahora me enfrento a una situación que también otra gente está padeciendo y con la cual me identifico. Desde hace dos años, continúo peleando contra una enfermedad a la que no pienso darle la espalda. Por esta razón he creado la Fundación Seve Ballesteros. Quiero ayudar a la ciencia para que algún día este mal sea desterrado. Durante más de 30 años competí con fuerza y entrega. Ahora, en esta diferente situación que me encuentro también día a día, lucho por salir ganador.

P. Se suele hablar de la simpleza de este deporte (meter una bolita en un agujero), cuando en realidad es una aventura en toda regla. ¿Cómo animarías a los jóvenes a practicarlo?

R. El golf es un deporte que, una vez es conocido por la gente, la opinión sobre el mismo cambia radicalmente. Este deporte incita pasión y provoca superación. Yo aconsejaría a los jóvenes que probaran sus aptitudes. Digo esto porque, si quieren superarse a sí mismos, aquí está el reto. Retarse uno mismo es adquirir un bonito desafío. Por esta razón, el golf engancha.

P. ¿Es verdad que en tu primer torneo como profesional quedaste en última posición y en el último también?

R. Efectivamente. En Portugal quedé el último y en EE UU, ya como senior, obtuve el mismo resultado. ¡Otro récord para mis estadísticas!

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_