La felicidad de Julia Takacs
La atleta española es una de las favoritas en los 50 kilómetros marcha, la distancia que se estrena en Berlín en el programa de unos Europeos en categoría femenina
“Y estos atletas sonríen muy bien, una sonrisa muy limpia”. El último elogio de Ramón Cid, el director técnico nacional, a los jóvenes que componen su equipo, la guinda, es recibido con cierto gesto misericordioso por parte de los jóvenes de la prensa, que desprecian todo lo que parece cursi.
Julia Takacs, sin embargo, entendería el mensaje de su jefe, y estaría de acuerdo. Ella misma afirma, unos minutos antes, lo mismo con diferentes palabras. “Tienes que ser feliz, si no, no rindes”, dice la atleta, de 29 años, toda una declaración de principios 24 horas antes de su descenso al infierno, o, en otras palabras, su participación en los 50 kilómetros marcha (8.35, TDP), más de cuatro horas de ejercicio puro y duro en el asfalto berlinés bajo el calor que se teme extremo y muy húmedo. Es la primera y única campeona de España de los 50 kilómetros. Es una de las favoritas en una distancia que se estrena en el programa femenino de los Europeos.
Hace solo un par de años, Takacs no habría sido capaz de articular la misma afirmación. No era feliz. No pensaba siquiera que lo pudiera ser. De más joven había sido la gran estrella de la marcha española, una superclase. Todos los sueños le estaban permitidos. Hasta que entró en crisis vital y atlética, un pozo oscuro sin fondo del que pensó que no podría salir. “Le salvó que el año pasado entraran los 50 kilómetros en el programa femenino”, dice Cid. “Encontró una nueva motivación, una distancia inexplorada”.
“Me salvó”, matiza ella, “conocer y entrenarme con Montserrat Pastor. Con una entrenadora mujer todo es mucho mejor, la comunicación, la complicidad. Me entiende”.
“Tiene que ver algo que yo sea mujer, sí, tiene que ver. Nos entendemos solo con la mirada, sí”, dice Pastor, quien también tiene un matiz. “Pero yo sola no la salvé. Fue antes fundamental la ayuda de un psicólogo, Pablo del Río”.
Después de pasar por varios grupos de entrenamiento, Takacs decidió que si quería seguir siendo atleta tendría que trabajar en Barcelona con Pastor, una técnica granadina cuya experiencia comenzó hace un par de décadas, cuando ayudaba a su marido, Manuel Alcalde, a entrenar a Paquillo Fernández y a María Vasco, la primera atleta española medallista olímpica. “Hasta que Manolo murió”, dice. Entonces se estableció por su cuenta, después de aprender también unos años de Robert Korzeniowski, el polaco que llevó a la marcha a otra dimensión, mitad mística, mitad atlética. Ahora, además de a Takacs entrena a Chuso García Bragado, su pareja, el inmortal marchador que a los 48 años disputará sus séptimos Europeos. “Julia quiso venir al CAR de Sant Cugat a entrenar conmigo, pero la federación no le daba el permiso. Peleó y peleó hasta que logró que Miguel Cardenal, el secretario de Estado de entonces, autorizara el gasto. Las mujeres no solo somos más pacientes, también más peleonas para conseguir lo que buscamos. Pero con Julia no fue fácil. Tuvimos que pasar casi un año de adaptación hasta entendernos”.
Recuerda Pastor que cuando las cosas no iban muy bien, le dijo un día Takacs una frase que la asustó tanto que pensó que aunque se entrenara todos los días, como hacía, lo hacía con tan poca motivación y tan poco sentido que si no se solucionaba antes su problema interior nunca podría volver a ser atleta.
Récord nacional
Y Takacs, ya feliz, no para. Pocas semanas después de ganar el campeonato de España de 50 kilómetros y batir el récord nacional (4h 13m 4s), logró en los 20 kilómetros 1h 27m 58s, la mejor marca de su vida, la mejor europea del año. “Después de los meses de hacer volumen, de acumular kilómetros, hemos bajado la carga buscando la supercompensación que la permita marchar a cinco minutos kilómetro (12 kilómetros por hora) con relativa comodidad”, explica Pastor. “Es la base”.
“Hemos estado concentradas primero en Font Romeu y después en el lago de Banyoles, donde estuvimos las últimas semanas para aclimatarnos al calor y humedad de Berlín”, dice Takacs, que se entrenaba marchando cuatro horas diarias. “Pero no es solo Montse, es todo un equipo el que trabaja para mí. Está el fisiólogo Xabier Leibar, y están Yolanda Reyes y Pablo del Río. Y, por supuesto, está Chuso, que es muy listo, lee muy bien las carreras, y con cuatro consejos suyos mejoro más que con miles de teorías”.
“Más que un segundo entrenador”, dice el marchador de Canillejas que hace 25 años ganó el Mundial, “soy su compañero veterano. Y una prueba tan dura como los 50, y con el calor que va a hacer, será una prueba de supervivencia. Ya le he dicho que su rival no son las otras atletas, sino la distancia… Que salga tranquila, y que llegue hasta el final…”
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