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López Pinedo: “De donde veníamos, es un éxito”

El portero, elegido el mejor del torneo, explica la evolución de su longeva carrera y la evolución de una selección “con mucho futuro”

Robert Álvarez
Daniel López Pinedo, en la piscina del CN Montjuïc.
Daniel López Pinedo, en la piscina del CN Montjuïc.JUAN BARBOSA

Daniel López Pinedo es el portero y líder de la selección española de waterpolo. Tardó en consolidarse como titular y obtuvo la medalla de plata en el Mundial de 2009 cuando era el sustituto de Iñaki Aguilar. Desde entonces España no conseguía subir a los podios de las competiciones internacionales. A sus 38 años, el guardameta barcelonés, elegido el mejor del torneo, disfruta de su exuberante estado de forma y la tutela de la pujante generación del equipo que dirige David Martín.

Pregunta. ¿Cómo se siente, a sus 38 años, en una selección plagada de jóvenes?

Respuesta. Me siento como un padre, sí. Ahí está Álvaro (señala a Granados) que tiene 19 años. En fin a mi edad, vamos de año en año, valorando si estoy bien, si me quieren. No voy pensando en un plazo de dos o tres años. Eso es un mundo. Pero si tengo la motivación, que de momento sí, hay objetivos muy importantes y ahora contamos con un grupo muy majo, muy sano, y eso también te empuja a seguir.

P. ¿Vio la célebre final de los Juegos del 92 en que Estiarte y los jugadores acabaron llorando en el podio tras perder la final con Italia?

R. Sí. Tenía 12 años. Yo ya jugaba en el colegio y en el Mediterrani, pero aluciné, me enganché. Vibré mucho. Y sí, también me cabreé. Pero a esas edades, se te pasa rápido el cabreo y más si tú no estás en el agua. Pero fue un momento en el que me dije: ‘Me gusta este mundillo del waterpolo’. Luego, cuando ganaron el oro en Atlanta-96 yo ya estaba en dinámica de las selecciones inferiores

P. Tardó en hacerse un hueco en la élite.

R. Mi evolución ha sido un poco extraña. En el Mundial de 1999 estaba en la selección junior, en 2000 ya entré en la dinámica de la selección absoluta como cuarto portero, para la preparación de los Juegos durante todo el verano pero sabiendo que no iba a ir ni mucho menos a Sidney. Hasta que en 2005, ya con Rafa y el cambio generacional, empecé a entrenar de forma más frecuente con la selección. No me metí en el equipo hasta el Mundial de 2009 en Roma. Iñaki (Aguilar) era el titular. Yo estaba de segundo. Ya tenía 29 años. Y ganamos la medalla de plata. Y pensé: ‘Esto es Hollywood’. Pero luego nada. Hasta ahora. A partir de los Juegos de Londres ya empezamos a compartir más los minutos en la portería. Pero ¿llevar yo el peso? Hasta hace poco. En 2014 me quedé fuera. En 2015 no fuimos al Mundial. Ya en 2016 sí. Pero he tratado de ir mejorando, como el buen vino, y aquí estoy.

P. Pareció regocijarse con el hecho de que los árbitros no dieran el posible gol de Italia que hubiera forzado la prórroga en la semifinal.

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R. Primero pensé que sí había entrado y así lo dije. Luego, en alguna foto parece que sí, pero viéndolo en el vídeo, no te creas. Pero sí. Me gustó que fuera un gol polémico o incluso que fuera gol y no lo dieran. Me encanta sobre todo por los italianos. Muchas veces nos hemos tenido que ir nosotros quejándonos por los arbitrajes ante Italia. En los cuartos de final del Mundial de Barcelona. De hecho, durante esta misma semifinal, con el 4-1 el arbitraje volvió a poner a Italia en el partido. Y en el último cuarto estuvimos defendiendo todo el tiempo con uno menos. Y en los Juegos de Londres, contra Croacia, no nos dieron un gol muy similar en un partido que era muy importante quedar primeros de grupo. Marcó Iván Pérez en el último segundo y allí sí que fue muy claro que había entrado. Y no nos lo dieron. Perdimos muchas opciones. Unas veces te dan y otras te quitan.

P. El espíritu de revancha de este equipo no venía dado por aquella final del 92.

R. En absoluto. De los 13 jugadores que estamos aquí, ocho ni siquiera habían nacido cuando se celebraron aquellos Juegos. ¿Qué recuerdo podían tener? Para la prensa y para el waterpolo español sí fue un partido histórico, muy importante, que quedó marcado para siempre. Pero nosotros no jugamos en ningún momento pensando en ese tipo de batallas. Nosotros pensamos en reivindicarnos, sobre todo porque creo que esta generación está haciendo las cosas muy bien. Los chavales llegan fuertes y se merecían luchar por las medallas en algún campeonato. El waterpolo se ha puesto muy difícil, está todo muy igualado, hay muchos equipos, nos estábamos quedando en cuartos de final en campeonatos en que hubo cosas raras en los cruces y bueno… nos merecíamos ganar esa semifinal, asegurarnos al menos la plata.

P. A Laura Ester no le salió una buena semifinal contra Grecia, la sustituyeron y tras el partido pidió perdón. ¿Qué opina de todo eso?

R. Hablé con ella. No tenía que pedir perdón. ¡Cómo va a pedir perdón! Todo el mundo quiere jugar bien y ella es la mejor portera del mundo. Le ha dado ese título este mismo año. Es parte del deporte. A veces quieres pararlo todo y no tocas una. La selección tampoco estuvo acertada ese día, ni defensa ni en ataque, porque creo que en las dos primeras partes estuvieron hasta ocho veces en superioridad y solo metieron un gol y de penalti. Es parte del juego y Grecia es un equipazo.

P. Los porteros son los más señalados.

R. Para bien y para mal. A los porteros nos gusta esa responsabilidad. Si no, no estaríamos. Cuando el portero falla, nadie le salva el culo. Pero a todos los que estamos a este nivel nos va la marcha.

P. ¿Llegó a conocer a Rollán?

R. Sí. En este deporte nos conocemos todos. Yo era un niño y empezaba a entrar en la selección para entrenarme y como él era portero también nos llevábamos bien. Era un tipo genial. La preparación de Sidney la hicimos juntos y la del Mundial del año siguiente que ganaron también. Te lo daba todo. Cada fin de semana te invitaba a su casa. Además se la compró a un amigo mío. Solo tienes que ir allí, a Vallirana, y los vecinos te lo dirán. Invitaba a todos, a los compañeros y a los trabajadores del club, a todos. Eso transmite y es importante para el equipo. Era un persona de diez.

P. A sus 38 años, necesitará trabajar más a nivel físico.

R. No. Quizás necesito entrenar un poco menos, porque, además, yo soy de los machacones. Pero creo que ahora, con los métodos de entrenamiento que hay y las posibilidades que tenemos los deportistas para cuidarnos, ya se ve: en todos los deportes la gente alarga más sus carreras. Mi caso es uno más. A mí me gusta entrenarme. A fin de cuentas, la edad es lo de menos. Gente como Federer, Nadal o Gasol tiene mucho mérito, mucho más que cuando tienes 20 años y la energía te sale. Ahí la tienes que buscar sobre todo en momentos importantes. Nosotros tenemos un calendario de locos, y más con la vida que tenemos, la familia y todo eso.

P. No ha habido suspense. Sabían de antemano lo que iba a suceder en caso de victoria o de derrota en la final contra Serbia.

R. Sabíamos que si ganábamos era la releche. Y si perdíamos no iba a ser un drama. Ni mucho menos. Lo importante de ganar la semifinal fue que nos aseguramos una medalla y que tal de donde veníamos ya es un éxito total. Hemos soñado en grande. Me ha gustado jugar la final contra Serbia porque son los mejores. Llevan casi dos ciclos olímpicos en la cumbre.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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