La Juventus espera una señal de Cristiano Ronaldo para abordar su fichaje
El club italiano, interesado en la contratación, estudia la operación, pero no dará pasos hasta que el portugués diga que quiere irse y el Madrid se muestre dispuesto a vender
De todos los clubes a los que Jorge Mendes ha ido ofreciendo a Cristiano Ronaldo, sólo la Juventus no ha cerrado la puerta. El club que preside Andrea Agnelli está estudiando los números para ver si existe la posibilidad de entablar conversaciones con el Real Madrid para hacerse con el futbolista portugués de 33 años. Desde Turín aseguraban ayer a EL PAÍS que si hay una oportunidad, ellos irán a por él. ¿De qué depende esa oportunidad? De los números, de que el club blanco esté dispuesto a vender a su jugador estrella y de que Cristiano diga que se quiere ir. De momento, reflexionan en Turín, ni el Madrid ha dicho que le quiere vender, ni CR ha dicho que se va.
Por si se dieran esas dos condiciones, la dirección deportiva de la Juve ha empezado a hacer los cálculos de cuánto le saldría la operación y cómo la amortizarían. En la prensa italiana se habla de más de 400 millones de euros entre fichaje, sueldo y comisiones. La Juve, que cumple a rajatabla con el fair play financiero, ha construido su solidez económica a base de la autofinanciación. Es, además, el único club italiano que ha construido un estadio nuevo, con menos capacidad pero más atractivo y moderno. En la plantilla bianconera el que más cobra es Massimiliano Allegri, el técnico (8 millones de euros limpios); los segundos son Dybala e Higuaín (7,5). Cristiano, que cumplirá 34 años en febrero, cobra en el Madrid unos 23 y reclama una subida desde hace dos años.
En el club blanco aseguran que no hay razón alguna para vender al portugués que tiene contrato hasta 2021 y una cláusula de 1.000 millones. Ni el verano pasado, ni en las últimas semanas, el jugador ha llamado a la puerta del presidente Florentino Pérez para decirle que se quiere marchar. En el club sostienen que se están enterando del malestar de CR por los medios de comunicación y recordaban ayer, poniéndola de ejemplo, cómo fue la salida de Xabi Alonso. “Convocó una reunión, dijo que había decidido marcharse y explicó todas sus razones”. Algo que Cristiano no ha hecho. Al menos de momento.
El jugador, que en Kiev reventó la fiesta de la Decimotercera Champions, se ha marchado de vacaciones sin decir ni mu. “En los próximos días daré una respuesta a los aficionados, que ellos sí han estado siempre de mi lado. Fue muy bonito estar en el Real Madrid”, dijo nada más terminar el partido contra el Liverpool mientras sus compañeros corrían a celebrar la victoria. Al día siguiente reculó, se despidió de la hinchada con un “Gracias afición, hasta el próximo año”, mientras la plantilla le cantaba: “Cristiano quédate, Cristiano quédate, Cristianoooooo quédate”.
“Es un orgullo jugar en el club más grande del mundo. Muchas gracias, esto para mí es muy importante. Estoy muy a gusto con vuestra pasión, con estos futbolistas y técnicos que me dan motivos para ser mejor cada día. Lo que más me gusta es ganar, con estos jugadores es imposible no ganar Champions”, dijo él en las celebraciones en el Bernabéu.
Pocos días después, antes de que Portugal pusiera rumbo a Rusia, el diario portugués Record aseguraba en su portada que el delantero había tomado la decisión de dejar el Real Madrid este verano. Estaba triste, según la prensa portuguesa, y no se sentía apoyado por el presidente Florentino Pérez. El diario tildaba la decisión de “irreversible”. El año anterior, antes de la Copa Confederaciones, le tocó a otro periódico, A Bola, publicar el malestar de CR. Jorge Mendes empezó a rastrear el mercado para buscar una posible salida, pero no llegó ninguna oferta a los despachos del Bernabéu. Cristiano finalmente se quedó.
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