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EL QUE APAGA LA LUZ
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

De Gea y lo nunca visto: 10 goles en 11 disparos

A la hora de buscar culpables por el fracaso de España, muchos señalan al portero. Pero no es el único

De Gea encaja uno de los penaltis ante Rusia. En vídeo, el jugador Thiago Alcántara defiende al portero.Foto: atlas | Vídeo: Matthias Hangst (GETTY) | ATLAS

Levántense los acusados, que el caso está visto para sentencia. La lista de reos es prolija, así que mejor empecemos la casa por el tejado, o sea, por el final. Dijo Koke a la conclusión del inolvidable (cómo olvidarlo) partido contra Rusia: “Se nos fue nuestro líder. Hierro ha hecho lo que ha podido”. El líder al que se refiere es Julen Lopetegui, que fue despedido dos días antes de que España comenzara su andadura en el Mundial. Koke falló un penalti en la tanda decisiva, lo que no le convierte en culpable de nada. En este mismo Mundial, Messi y Cristiano, los ilustres eliminados, han pasado por ese trance. Pero llama la atención que en un equipo en el que conviven Ramos, Piqué, Iniesta, individuos que lo han ganado todo y un poco más, su líder sea el anterior entrenador, como si de Simeone se tratara.

Un rato antes de que Koke hiciera pública la orfandad en la que al parecer había quedado el grupo, Iago Aspas fallaba el penalti definitivo. Nada hay que reprochar al jugador gallego, cuya mínima presencia en el equipo entra en el nunca bien comprendido terreno de la ciencia-ficción. Conviene, sin embargo, detenerse en una frase que deslizó Aspas tras el amistoso previo al Mundial en el que la Roja derrotó de mala manera (1-0) a Túnez: “Teníamos mejores sensaciones antes de comenzar la concentración”. Hablamos del 9 de junio, tiempos aquellos en los que el seleccionador todavía era Lopetegui, el líder que decía Koke, cuyo liderazgo no impidió, por lo visto, que comenzara a cundir cierto desánimo.

Pero volvamos al partido contra Rusia. Fallaron Koke y Aspas sus penaltis, mientras los rusos, uno tras otro, batían a De Gea. Y quiso el azar que el mismo día que el portero español era fusilado por cuatro rusos impíos, tres porteros, tres, consiguieran detener una pila de penaltis. A saber: tres el croata Subasic y el danés Schmeichel, y dos el ruso Akinfeev. Las paradas de este mandaron a los españoles a casa. Pero no volvieron de vacío. Lo hicieron con un equipaje lleno de… pases. 1.137 ejecutaron los muchachos, récord de los récords, una marca jamás conseguida en un partido del Mundial, que no sirvió más que para marcar un gol cuyo autor fue un defensa ruso, gol que Sergio Ramos celebró al elegante grito de “¡aquí mandan mis huevos!”.

Hasta aquí lo ocurrido en la tarde moscovita del domingo. Pero no puede quedar este Mundial, a diferencia de otros, como aquel en el que la mala suerte, o sea, los penaltis, eliminaron a España. España se eliminó ella sola. Y se eliminó por su falta de pegada, por su ausencia de verticalidad, por su querencia al pase por el pase, por sus desajustes defensivos, por rumiar las jugadas hasta el punto de negar el elemento sorpresa. Y eso tiene culpables: el cuerpo técnico, el de antes y el de ahora, y los futbolistas. Sin olvidar la responsabilidad de De Gea, que ha pasado de ser elegido el mejor portero de la Liga inglesa, palabras mayores, a salir del Mundial con una plusmarca para la historia: ha recibido 11 disparos (incluidos seis penaltis) y le han marcado 10 goles. Inigualable.

Quizá eche de menos el siempre vigilante lector tres nombres en esta lista de inculpados. Fueron los tres personajes que protagonizaron el teatrillo que dinamitó la paz social que supuestamente existía en el grupo: Lopetegui, Luis Rubiales y Florentino Pérez. El tema ya es bien conocido. Florentino Pérez y asesores consideraron que Lopetegui sería un buen sustituto de Zidane en el Madrid, le hicieron una oferta, aquel aceptó y, enterado el presidente de la federación, decidió despedir al técnico. Que cada uno elija a su culpable favorito, a aquel que más hizo por empocilgar a la selección española. Quizá debieron Pérez y Lopetegui esperar al final del Mundial y quizá debió Rubiales aguantar al entrenador que había llevado al equipo hasta Rusia. Quizá. Pero nadie garantiza que sin aquel suceso, y con Lopetegui en su sitio, el desastre hubiera sido menor. Lo que sí puede asegurar este escribidor es que Florentino Pérez ha descartado el fichaje de De Gea. Algo le ha hecho cambiar de opinión, pues al parecer el fax del Madrid vuelve a funcionar de maravilla.

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