España se queda grogui
La intromisión del Madrid con la complicidad de Lopetegui para su fichaje deriva en un día esperpéntico con el despido del técnico vasco y el reclutamiento sobre la marcha de Hierro
La súbita intromisión del Real Madrid en el devenir de La Roja, con la complicidad de Julen Lopetegui a espaldas de la Federación Española de Fútbol (FEF), desató en Krasnodar el mayor esperpento en la historia del fútbol español. El presidente federativo, Luis Rubiales, destituyó al seleccionador sin tan siquiera tener aún un relevo. El dirigente explicó su firmeza: “Estamos obligados por unos valores, un empleado no puede tener a la federación fuera de unas negociaciones paralelas hasta cinco minutos antes de hacerlas públicas”. Casual o no, a Rubiales la crisis le pilló el martes en el Congreso de la FIFA en Moscú, a 1.400 kilómetros del cuartel general de Krasnodar. En la capital rusa recibió una llamada del Real Madrid que le alertaba de que Lopetegui sería su entrenador y de que el anuncio se divulgaría en cinco minutos. Pasmado, Rubiales, que no desveló quién fue su interlocutor madridista, pidió que se retrasara el anuncio. El presidente, que desconocía por completo el arreglo entre la entidad madridista y su seleccionador, no tuvo éxito con su reclamo. Según fuentes del Madrid, Rubiales no hizo esa petición: “Lo único que le pidió Rubiales a Julen es que esperara al miércoles a dar la rueda de prensa para poder comparecer juntos”, dicen, según informa Eleonora Giovio. Lo mismo dio que el Madrid hubiera querido o no frenar, simultáneamente Lopetegui ya estaba informando a los jugadores de su fichaje por el Real. Los del Madrid lo sabían, el resto no. Ni siquiera Fernando Hierro, en esos instantes director deportivo y valedor de Lopetegui, estaba al corriente.
Unas horas sin entrenador
Tras la repentina llamada del Madrid cinco minutos antes de dar eco al asunto, la sede de España en Krasnodar entró en combustión. Desde el departamento de prensa de la federación se citó a los medios a una rueda de prensa conjunta de Rubiales y Lopetegui fijada para las 11.30 (10.30 hora peninsular) del miércoles. Tras noventa minutos de retraso,solo compareció el recién nombrado presidente. Ni rastro del seleccionador, con el que previamente se había reunido en presencia de los jugadores. Eso sí, Rubiales pidió comprensión y “no más de cinco o seis preguntas”. Tanto tajo tenía por delante que a 48 horas del estreno ante Portugal el banquillo de La Roja estaba hueco.
Los futbolistas, no sin más de un reproche a Lopetegui por su forma de maniobrar, expresaron su deseo de que continuara hasta la fecha de vencimiento de La Roja en el Mundial. “He hablado con los jugadores y todos estamos muy afectados; la situación es complicadísima, pero me han garantizado que harán todo lo posible durante el campeonato”, dijo Rubiales. Y agregó: “Sé que hiciera lo que hiciera iba a ser criticado, pero tengo que actuar con responsabilidad”. El regente federativo no regateó elogios para Lopetegui. Hasta intentó exculparle. Para ello eludió hablar del “proceder del Madrid”, pero subrayó que “de haber dependido de Julen las cosas no se hubieran hecho así”. “No me siento traicionado”, añadió, “pero otra cosa es cómo han hecho las cosas”. A Lopetegui, tanto desde su círculo de agentes, cercanos a Jorge Mendes, el gran apoderado de Cristiano, como desde el Madrid se le apremió para que el enlace se divulgara cuanto antes para evitar filtraciones. Pero a tenor de las palabras de Rubiales, en los días previos a que descolgara el teléfono al Madrid, Lopetegui nada le dijo del cortejo. “Ha sido un profesional impecable, pero las formas son importantes”, acentuó el mandatario. Al haber sido despedido Lopetegui, Rubiales no aclaró si finalmente la FEF cobrará la cláusula de rescisión de unos dos millones de euros que tendría que abonar el Real. “Nuestros abogados están en ello, pero debemos una confidencialidad y hay veces que ciertas cuestiones están por encima del dinero”.
Al término de la comparecencia del aturdido rector del fútbol español, la RFEF alertó de que comparecería Lopetegui. Una hora después, desde el departamento de prensa se dio un volantazo: “Julen Lopetegui pospone su comparecencia ante los medios hasta llegar a España”. La Roja desgarrada. Rubiales, a echar el lazo a un técnico y sin más salidas que los que tenía a mano: Albert Celades, seleccionador sub 21, o Fernando Hierro, que en el curso 2016-2017 tuvo su primera y única experiencia en un banquillo cuando dirigió al Real Oviedo en Segunda División (15 victorias, ocho empates y 15 derrotas).
Para colmo, con Cristiano y los lusos a la vista (viernes, 20.00 hora española), la selección tenía fijado un entrenamiento para las 19.30 hora local. Y otro marrón. Lopetegui enfiló hacia el Madrid con sus ayudantes: Pablo Sanz —segundo entrenador— y Óscar Garro —preparador físico—.
A las 14.50, con la prensa internacional tan estupefacta como la española, se oficializó la fumata por Hierro. Eran las 17.15 de Krasnodar cuando Lopetegui y sus auxiliares arrancaron hacia el aeropuerto en una furgoneta blanca. Tenían un vuelo a las 19.00 a Madrid vía Moscú. “Estoy muy triste, pero ojalá ganemos”, se limitó a decir Lopetegui.
“Una gran oportunidad”
Mientras Lopetegui tomaba rumbo a Valdebebas, en la también estupenda ciudad deportiva de Krasnodar compareció Hierro, seleccionador desde hacía pocas horas. En chándal, y junto a Rubiales, el nuevo entrenador se esforzó por mandar un mensaje optimista. “Tenemos una gran oportunidad, las circunstancias son las que son y hay que afrontar el torneo con valentía”. ¿Y qué hará? “En dos días no puedo tocar lo hecho en dos años. He dicho a los jugadores que yo les puedo mirar a los ojos, que tengo la conciencia tranquila y que lo ocurrido no debe servir de justificación”. Hierro y Rubiales se han citado para hablar cuando concluya su tránsito por Rusia. Solo entonces valorarán la continuidad o no del malagueño. De momento, Hierro contará con los servicios de Julián Calero, segundo entrenador, y Juan Carlos Martínez, preparador físico. Ambos, que este miércoles fueron reclutados desde España, fueron auxiliares de Lopetegui en Oporto, y también han colaborado con Hierro. También llegará a Krasnodar el exjugador Marchena, enrolado ahora en la secretaría técnica del Sevilla, que lo cede a La Roja para este periplo.
“Yo no podía decir que no a la selección”, sostuvo Hierro. Lo mismo debió de pensar Lopetegui sobre el Madrid, aun a costa de que La Roja esté grogui.
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