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Iago Aspas: “A veces el mejor desmarque es quedarse parado”

El delantero de la selección, que sumó 22 goles y cinco asistencias con el Celta en la Liga, reflexiona sobre la evolucióin del delantero centro en el fútbol contemporáneo

Diego Torres
Aspas posa con su manequín.
Aspas posa con su manequín.Salvador Sas (EFE)

Antes de que los espacios acabaran comprimiéndose hasta la saturación, el fútbol era un negocio abierto a delanteros capaces de firmar magníficas carreras sin entender muy bien cómo ni por qué metían goles. A las puertas de la Copa del Mundo de Rusia los tiempos de la pureza intuitiva han concluido. Surge una nueva especie y Iago Aspas (Moaña, 1987) es el profesor más experto de la cátedra en las filas de esta España que hoy juega un amistoso contra Suiza en Vila-real (21.00, Telecinco), a menos de dos semanas del debut mundialista.

Pregunta. ¿Por qué se le ve entusiasmado cada vez que está en un campo de juego?

Respuesta. Desde pequeño es así. Herencia de familia. Disfruto dentro de un terreno de juego. Disfruto mirando el fútbol. Cuando se jugó USA 94, el primer Mundial del que tengo memoria, recuerdo que tenía el álbum de cromos y me sabía los nombres de todos los jugadores de memoria.

P. ¿Todos los jugadores de España?

R. ¡Me sabía todos los nombres de todos los jugadores de todas las selecciones! ¡Me sabía hasta los porteros de Arabia Saudí! Me gustaban todos los jugadores. Me gustaba muchísimo Ronaldo Nazario, que ahí jugó su primer Mundial.

P. A Ronaldo no podría imitarlo: era pura potencia. Cuando estaba fino pensaba 20 kilos más que usted.

Cuando atacas con España debes tomar decisiones en medio segundo. No es fácil. Si jugáramos en nuestro campo, pegáramos pelotazos y corriéramos a ver si la cogemos, sería más fácil saber qué hacer

R. Bueno, yo hago lo que puedo. Me intento manejar. Si no puede ser por un lado, por el otro, si tiene que ser de delantero, de delantero, si tengo que tirarme a una banda, pues a una banda, paso o driblo por donde pueda.

P. El día del Celta-Barça, contra Yerry Mina, que le saca dos cabezas, se le vio muy cómodo buscando el contacto.

R. Bueno, yo peso menos de 70 kilos, soy un jugador liviano, pero no rehúyo los contactos. Aunque sé que si voy a ese tipo de batallas lo normal es que pierda. Intento salir lo mejor parado posible.

P. Hay entrenadores que están obsesionados con que el punta de un equipo debe ser un tío fuerte que aguante la pelota y que choque. ¿Usted cree que un nueve debe ser así?

R. Cada entrenador tiene sus pautas y sabe a qué quiere jugar. A lo mejor para determinados estilos de juego te vale ese tipo de futbolista. A otros que quieren jugar de otra manera no les vale.

P. ¿Por qué cree que Iniesta y Silva se sienten más a gusto con usted que con ningún otro punta?

R. No sabría decirlo. Yo siempre que he tenido minutos en la selección me he sentido muy cómodo porque creo que el estilo de juego de la selección también beneficia mi fútbol y hace que yo luzca un poco más. Aquí hay ocho o nueve que son muy, muy buenos. El nivel es muy alto. Pero independientemente de la calidad, lo que manda es el estilo. Todos jugamos de una manera parecida, cada uno con sus matices.

P. ¿Nota que cuando usted ataca con el Celta tiene más espacios que cuando ataca con España?

R. Claro, se nota muchísimo. En la mayoría de los equipos tienes más espacios para correr, vas a caer a la espalda de los defensas. En la selección es más difícil porque la mayoría de los rivales te repliegan, te esperan para salir a la contra, defienden en 20 metros, los espacios son mucho más reducidos y hay que pensar un poquito antes.

P. Con España se aglomeran los contrarios y los propios. Silva se mete por adentro, Isco se mete por adentro, uno de los dos interiores sube, los laterales suben. ¿Cómo hace el punta para encontrar el lugar donde recibir el balón con tanta gente metida ahí?

R. Sí, los extremos de España se meten para adentro. Eso hace que tengas que saber esperar tu momento. A veces el mejor movimiento es quedarse parado para librerar un espacio para que otro compañero haga el movimiento. Son decisiones que hay que tomar en un segundo y a veces no es fácil. Si jugáramos en nuestro campo, pegáramos pelotazos y corriéramos a ver si la cogemos, pues sería más fácil saber qué hacer.

Creo que el estilo de juego de la selección hace que yo luzca un poco más. Aquí hay ocho o nueve que son muy, muy buenos. Pero manda el estilo. Todos jugamos de una manera parecida

P. Ha dicho que a veces el mejor desmarque es...

R. ¡Quedarse parado! Porque así abres un espacio para que sea otro compañero el que haga el desmarque, se mueva un central y te quede a ti el hueco libre.

P. En el desmarque de apoyo que usted suele hacer cuando baja al mediocampo casi siempre encuentra al compañero disponible con un toque de primera. ¿Cómo lo hace?

R. Antes de recibir intento mirar para saber a quién le tengo que dar el pase. Para agilizar el ritmo del juego. Te diría que lo más importante de una descarga es jugarla rápido pero no es así. ¡Lo más importante es no perderla! Porque ahí estás jodido, porque de esas te crean una ocasión o una contra. Pero luego, para mi estilo, como lo veo yo, debes agilizar mucho la descarga para que alguien la pueda picar. Porque normalmente cuando vienes a recibir vienes con un tío detrás. Ese es un rival que está dejando un hueco en su defensa. Y si juegas rápido le creas espacio y tiempo a tu compañero para que le coja la espalda.

P. Ese movimiento, bajar, tocar y moverse otra vez hacia la portería rival, es algo que caracteriza su juego.

R. En el segundo movimiento das otra solución. Sobre todo porque en espacios cortos en 20 metros a veces nos encontramos 20 futbolistas y es muy difícil avanzar. En el Celta igual puedo ir más veces a buscar el balón al medio, porque ahí no tenemos tanto la posesión.

P. ¿Cambia mucho su función cuando pasa de la banda a ser la referencia en punta, como contra Argentina?

R. Es casi lo que vengo haciendo en mi equipo. A veces en la banda, a veces en punta, o un poco más liberado por dentro. Depende del tipo de partido. En categorías inferiores jugaba más de delantero, o de extremo izquierda. Luego ya como profesional Paco Herrera me puso de delantero centro.

P. ¿Y qué aprendió de jugar entre los centrales?

Normalmente cuando bajas a apoyar vienes con un tío detrás. Ese es un rival que está dejando un hueco en su defensa. Y si descargas rápido le creas espacio y tiempo a tu compañero para que le coja la espalda

R. En Segunda División ser delantero era más sufrido, más de luchar por los segundos balones. Ahí tenía a Mario Bermejo que me limpiaba bastante el trabajo sucio, esos segundos balones, ese recibir de espaldas cuando te enciman tanto. Me pusieron de delantero para aprovechar mejor los espacios y las peinadas de Bermejo.

P. En el gol que hace a pase de De Gea contra Argentina, Otamendi lo sale a marcar y usted le engaña con un amague. Acaba escapándose y definiendo a un toque sin chocar. ¿Los jugadores que no son tan potentes, aprenden a moverse mejor?

R. El fútbol es para listos. Para intentar buscar la mejor manera. Es verdad que estamos en un nivel muy alto y jugamos contra los mejores futbolistas del mundo. De Gea estaba mirando de reojo a ver dónde estaba yo y los rivales, así que me la pegó. Primero me giré para un lado, miré que se me acercaba un rival más que el otro; me torcí para el otro para cerrarle el espacio, y bueno, no le di muy bien. La quise meter por debajo porque normalmente los porteros en esos momentos saltan. Y tuve la suerte de poder marcar.

P. Ahora hay tan pocos espacios arriba que hay delanteros como Vardy que están cotizados en 40 millones de euros solo por sus desmarques. Ruerdan a los de Villa por lo quebrada que es la trayectoria. Y cuanto más quebrada, más la valoran. ¿Por qué un cambio de dirección de 90 grados está menos cotizado que uno de 40? ¿Los movimientos sin balón son lo definitivo?

R. ¡Yo trato de moverme todo lo que pueda pero no me pregunte cuántos grados ni cuántos metros! Yo trato de darle una solución a mis compañeros. Cuando estás más apretado sueles venir en apoyo, y cuando estás menos apretado haces un apoyo para buscarle la espalda al central, dependiendo de cada tipo de partido y de cada posición. Contra algunos equipos intento venir más en corto y con otros que te atacan más vas más a las espaldas.

P. ¿No cree que los mejores equipos cada vez juegan menos con el típico nueve porque cada vez es más complicado encontrar ese espacio arriba?

R. El Manchester City juega con Gabriel Jesús, que no es nueve; Francia con Mbappé que no es delantero-delantero; el Nápoles tampoco juega con delantero centro… Y todos juegan muy bien. Pero el Bayern juega con un delantero centro y juega muy bien porque tiene grandísimos jugadores. Depende del planteamiento. El Real Madrid, que no juega tan volcado con el balón, como el Barcelona, que te somete más en campo rival… Igual el Madrid no necesita un delantero más pequeño y le vale más otro tipo. El Barcelona necesita delanteros que se estén moviendo constantemente. El City lo mismo, aunque a veces te mete a Agüero que también sabe moverse como punta-punta.

Si yo ya sé lo que tengo que hacer, si voy medio segundo antes, y si hago un buen control, gano un metrillo que me da la vida. Si forcejeo con el defensa ya estoy perdiendo

P. ¿Ve a Benzema como punta-punta?

R. Es más mediapunta. Con Karim se fijan en los números de delantero, pero él aporta mucho más al juego que esos simples números que se reflejan en goles y asistencias. Karim siempre me ha gustado. Es un grandísimo futbolista.

P. ¿Le da tanto placer un gol como un buen pase de gol?

R. Sí, por supuesto. Porque nunca he sido un delantero nato de los que viven de los números, de los que al final de temporada tienen que catalogar por los goles. Si meto diez, diez, y si meto quince, quince.

P. ¿Eso no ha sido un hándicap en su carrera? ¿No se ha encontrado entrenadores que no han sabido qué hacer con usted por no saber cuál es su puesto?

R. A lo mejor cuando era más joven sí. Porque jugaba de todo y no jugaba de nada. Un día de extremo derecha, otro de extremo izquierda, otro de delantero; incluso de interior he jugado muchos partidos. El otro día contra el Barcelona jugué de mediapunta.

P. ¿En el Sevilla no lo castigó su falta de especificidad? Bacca el goleador, Vidal el carrilero, Iborra el mediapunta… ¿Y usted qué? ¿No cree que a veces los entrenadores penalizan al mejor, al que lo sabe hacer todo, porque no comprenden dónde colocarlo?

R. Intento lo que me quiere decir. Puede que a veces me haya perjudicado eso. En los últimos años es cierto que he jugado más de delantero. Berizzo me puso en la banda y disfrutaba yendo para adentro también. Este año he jugado en la banda, de delantero, de mediapunta… ¡Yo disfruto dentro del terreno de juego!

P. ¿Y usted qué quería ser cuando era un crío?

R. Me gustaba meter goles. Como a todos los niños. Además, como era bastante rápido, aprovechaba esa rapidez. Entonces lo notaba más porque pesaba poco y era bastante ágil. Ahora tampoco cojo kilos. Es la suerte que tengo. Puedo estar tres meses de vacaciones que voy a seguir pesando lo mismo, o menos.

P. Usted como Neymar, Rodrigo Moreno o Coutinho, tienen un cuerpo similar. ¿Esa cintura fina les ayuda a ganar tiempo a la jugada?

R. A ver, necesito ese metro que es donde puedes hacer la diferencia. Si yo ya sé lo que tengo que hacer, si voy medio segundo antes, y si hago un buen control, gano un metrillo que me da la vida. Si forcejeo con el defensa, si logran encimarme y tal, significa que ya estoy perdiendo. Tengo que anticiparme a la jugada porque en el cuerpo a cuerpo estaría muerto.

P. ¿Cree que los medios de comunicación desatendemos a muchos futbolistas de calidad?

R. Claro, la prensa va a tirar por los clubes grandes, como siempre. Hay que vender. Y lo que hace un tipo de futbolista tiene más repercusión. A veces no se mira todo el partido, se mira solo que tal o cual ha metido un gol. Es un negocio. Las televisiones hasta miran el tipo de césped que tienes que poner, para que salga bien en pantalla, aunque para jugar sea peor que el otro. Pero tiene que estar bonito para la cámara. A mí no me gusta jugar de mañana. Hace tres años nos pusieron en Sevilla a las 12:00, en septiembre. Con 40 grados.

P. ¿Se siente el heredero de Villa?

R. Últimamente me lo dicen: “es el que más se parece a su estilo”. Cada uno tiene sus características. Él ha sido grandísimo. Cualquier delantero podría fijarse en él y aprender de sus vídeos. Ha hecho goles de todas las maneras. Me gustaba cómo se movía y, sobre todo, cómo definía. Le daba lo mismo con la izquierda o la derecha. Pensaba antes que el portero y el portero estaba muerto.

P. ¿Usted la pierna derecha cómo la lleva?

R. Digamos que la voy acoplando. Esta temporada le metí un hat-trick al Sevilla y los tres fueron con la derecha.

P. ¿Pierde mucho el delantero que solo usa una pierna?

R. Los futbolistas tenemos que vivir de recursos. Si eres delantero y el defensa te tapa la pierna buena y el balón te cae a la mala, o usas la mala o estás muerto. Los zurdos somos un poquito más cerrados. Pero todo esto se basa en repeticiones, en trabajo, en aprender y en tirar para adelante. Si en un entrenamiento me cae en la derecha trato de no recortar y rematar con la izquierda. Le pego directamente con la derecha y así aprendo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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