Todo pasa por Alisson
El brasileño de la Roma se ha convertido en el mejor portero de la Serie A y uno de los jugadores más valiosos del equipo que se enfrenta hoy al Barça
Si en cada portero hay un chiflado, Alisson Ramsés Becker (Novo Hamburgo, Brasil, 1992) sería un auténtico loco de remate de la perfección. Trabajador, frío, dueño de una agenda vital en constante evolución. “Piensa a lo grande y lo serás”, le repetía su padre. Es tan bueno, suspiran en el Olímpico de Roma, que el partido de esta noche puede terminar siendo un duelo entre Messi y él. La sensación bajo los palos de Europa es hoy uno de los responsables de que el equipo de Eusebio Di Francesco esté en cuartos de final. Solo hay que mirar las mejores jugadas del partido contra el Atlético en la liguilla de clasificación: sale en todas. Nueve paradas cruciales. Repertorio técnico exuberante y salida limpia de balón con los pies. Se las sacó a Vietto, Koke, Correa, Griezmann y Saúl sobre la línea de gol. Desesperó a Simeone en la banda y se ganó sus elogios y la admiración de la grada que, a falta de grandes ídolos tras la jubilación de Totti, empieza a corear el su nombre en cada partido. La Roma de Di Francesco es hoy un equipo que se viste por los pies.
Alisson Becker (1,93 céntimetros) no deja nada al azar: el plan es ser el número 1. Clase del 92, la misma que Neymar y Coutinho, tenía el Mundial de Rusia entre ceja y ceja. Llegó el año pasado a Italia a cambio de 7,5 millones de euros, pero solo jugó la Copa. Le faltaba algo de adaptación al ritmo europeo y tenía por delante al polaco Szczesny, que para el gusto del técnico Spalletti, desplegaba mejor juego con los pies. Apretó, mejoró defectos con trabajo tras los entrenamientos con el preparador Marco Savorani y en verano lanzó un aviso a la directiva: si no jugaba, quería salir para asegurar su titularidad con la Canarinha.
Un año después, el problema es de signo contrario. Le quieren los grandes de Europa —se habla del Real Madrid y el Liverpool— dispuestos a pagar cifras nunca vistas por un portero después de que el City largase 51,6 millones por Ederson, su suplente en la seleçao. La Roma hará caja. Pero Monchi ha asegurado que, al menos, sigue una temporada.
Hoy es el mejor portero que juega en Italia. Es tremendamente fuerte, tiene coordinación, un posicionamiento magnífico", analiza Dino Zoff
Todo el juego de la Roma pasa hoy por Alisson y su buena salida de balón. “Ese era su defecto al principio y ahora la saca como si fuera un delantero”, cuentan en el club. En Italia, donde hasta ahora solo se hablaba del joven Donnarumma (Milan), las estadísticas avalan su solvencia. Ha jugado 30 partidos de Liga esta temporada: 13 con la portería a cero y 2,93 goles evitados por encuentro. Dino Zoff, portero de la Juve durante 11 temporadas y el más veterano en ganar un Mundial —levantó la Copa disputada en España en 1982— ve a un fuera de serie. “Hoy es el mejor portero que juega en Italia. Es verdad que tendrá que haber confirmación la siguiente temporada. Pero es ya muy completo. Es tremendamente fuerte, tiene coordinación, un posicionamiento magnífico. Me recuerda un poco a Neuer”, apunta. ¿Por el juego con los pies? “¡No! Un portero juega con las manos, eso es lo importante. Y él ahí es buenísimo”, explica al teléfono.
El clamor es unánime. Lo dice incluso quien, como Gianluigi Buffon, ha ostentado durante años ese título. “Es solo una sorpresa para quienes no lo habían visto. Lo que me choca más es cómo lidia con las situaciones de peligro de manera tan eficiente. Da mucha tranquilidad al equipo”. Lo mismo opinaba en una entrevista reciente uno de sus predecesores en el puesto, el italiano Paolo Conti, portero de la Roma entre 1973-1980. “Es ahora mismo el mejor portero del mundo. No tiene precio. Posee una gran inteligencia y sabe anticiparse al oponente. No tiene necesidad de hacer grandes paradas porque su posición siempre es muy buena”.
Se parece a mi, pero es más alto, más veloz y rápido en las pelotas bajas. Tendrá que hacer milagros esta noche”, bromea Claudio Taffarel
Italia ha sido siempre una tierra fértil para porteros brasileños: Julio Cesar, Dida, Doni o Taffarel. Este último, guardameta titular de la selección brasileña en los noventa, campeón del mundo en 1994 y espejo en el que se ha mirado durante mucho tiempo Alisson, le conoce muy bien —crecieron en el Inter de Porto Alegre— y le define como el “Pelé de los porteros”. Brasil, relata desde Turquía quien hoy se encarga de los metas del Galatassaray, tiene la suerte de contar con dos de “los mejores porteros del momento”: el propio Alisson y Ederson Moraes. “Tiene una técnica parecida a la mía, venimos de la misma escuela. Pero físicamente es el doble que yo: más alto, más veloz y rápido en las pelotas bajas. Pero ya le he dicho que tendrá que hacer milagros esta noche”. No sería la primera vez.
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