Barra libre para Zidane
El técnico del Madrid, tras muchos avatares, ya sin las correas de la BBC y con todos sanos salvo Nacho, por fin podrá tirar del que hoy considere su equipo fetén ante el gran duelo con la Juve
No será el árbitro de turno quien marque el inicio de los cuartos de final de la Copa de Europa entre el Juventus y el Real Madrid (20.45, Antena 3). El partido arrancará unas dos horas antes, cuando se propague la alineación ordenada por Zinedine Zidane. No será insustancial, sino el primer gran fundamento de la eliminatoria. De cómo resuelva el nudo Zidane se sabrá de entrada a qué tipo de Madrid hay que atenerse, qué perfil de Real es el que por fin prevalece en la cabeza del entrenador tras un discurrir tan bacheado. No será asunto menor discernir cuál es el actual Madrid fetén para el preparador galo. Por unas circunstancias o por otras, Zidane se ha visto en una inopinada noria desde la Duodécima. Ha modulado y modulado, por decisión propia o supeditado por distintos avatares. Hoy, sin servidumbres y esposas, le toca exponer sus conclusiones.
Con la Juve a la vista, justo en el momento caliente de la temporada, Zidane tiene despejado el camino. Salvo Nacho, que estará casi un mes de baja, todos sus jugadores están en perfecto estado de revista, lo que le permitirá barajar el equipo titular sin condicionantes. De hecho, Zidane se ha llevado a Turín a toda la plantilla, incluido el mencionado Nacho y su hijo Luca como tercer portero. A los siete meses de comenzado el curso, tras un periplo con tantas curvas, el técnico francés ya no tiene consagrado al equipo que abrumó al Juventus en la final de Cardiff de 2017. Isco, poco a poco, ha sido rebajado, pero su paso por la Roja le ha devuelto a la primera línea de salida. Tampoco el 4-3-3 con la BBC es ya el santo grial. Bale es aún un cometa, con un sube y baja constante, pero en Las Palmas opositó a Turín.
Mientras a ratos mueven ficha Isco y Bale, el mejor apaño del Madrid ha llegado con Asensio y Lucas como ventiladores por los costados para equilibrar al equipo en un 4-4-2. Pero en su despegue también tuvieron mucho que ver las lesiones de Modric y Kroos en la ida frente al PSG. Hoy ya están todos en plenitud. Y ahí sigue Benzema, impermeable a todas las críticas por su falso nueve. Por encima de todo, tiene el mejor aval posible: Cristiano lo tiene como el mejor sherpa. Benzema es más relevante como incomprendido aguador del gol que como punto final.
Resulta curioso que en un equipo que se ha distinguido en estos años de grandes cimas por su gancho ofensivo sea en la delantera donde abunden las incógnitas. Fijos el portero (Navas), cuatro zagueros (Carvajal, Varane, Sergio Ramos y Marcelo), tres volantes (Casemiro, Kroos y Modric) y un delantero (CR), ahora Zidane debe enhebrar dos puestos. Ya sea para soldar el medio campo (Isco, Lucas, Asensio…), para reforzar el ataque (Bale, Benzema…) o para conjugar una fórmula mixta.
Es curioso que en un equipo que se distingue por la pegada, las incógnitas solo estén en el ataque
Con menos cesto, el dilema para Massimiliano Allegri, técnico de la Juve, es mayor. La baja de Pjanic por sanción resulta un cráter para los italianos. El bosnio es quien da la hora en el eje del campo y no tiene un relevo claro. Por su zona son fijos Khedira y Matuidi y habrá que ver el aliado que les busca Allegri, con más opciones para suplir al otro castigado, el central Benatia.
Líder en la Serie A con cuatro puntos de ventaja sobre el Nápoles, la Juve mantiene las constantes que le llevaron a dos finales de la Copa de Europa en las tres últimas ediciones. Un conjunto que, como refleja su historia, se desenvuelve mucho mejor en las eliminatorias que en las finales (dos ganadas y siete perdidas). A los blanquinegros nada les iría mejor que con el Madrid se mantuviera la llama también en la vuelta. La Juve suspira por un choque de 180 minutos como mínimo. Como buen italiano, es un equipo capaz de florecer cuando más agónicos se le hacen los encuentros a sus rivales. El sufrimiento como virtud. En esta edición ya sucedió en octavos ante el Tottenham, azote del Real en la fase de grupos, al que despachó con dos mamporros en Londres cuando el grupo inglés lo tenía encarrilado.
Para eludir a la Juve, Zizou tiene barra libre como casi nunca, tanto para alinear como para ajustar la pizarra. Con su elección habrá comenzado el duelo antes de rodar la pelota.
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