Cristiano Ronaldo remata su reconversión
A los 33 años, el jugador del Real Madrid ejerce definitivamente como un delantero de área, desde donde anota el 95% de goles esta temporada, el 81% al primer toque
Sir Alex Ferguson y sus muchachos del Manchester United abandonaron la noche del 6 de agosto de 2003 el estadio José Alvalade de Lisboa absolutamente maravillados por un joven extremo del Sporting de Portugal. Espigado y enclenque, este atacante de 17 años, llamado Cristiano Ronaldo, encandiló a la expedición del conjunto inglés hasta el punto que durante el trayecto de vuelta los pesos pesados del vestuario reclamaron a Sir Alex la contratación inmediata del chaval. Días después, el técnico escocés cerró su fichaje por algo más de 17 millones de euros. El prodigio pronto se convirtió en estrella mundial y a los 24 años, considerado ya como uno de los mejores extremos e incluso jugadores del momento, cambió Old Trafford por el Bernabéu. Durante su estancia de casi una década en Chamartín, Cristiano ha ido llevando a cabo un obligado proceso natural de reconversión en el terreno de juego. Ante la pérdida de velocidad y despliegue propios del desgaste y la edad, el luso ha pasado de ser un jugador de banda a un delantero de área.
La transformación no ha sido reconocida en público por el jugador ni tampoco por Zidane. Nunca habló CR sobre su nueva condición, negada incluso por el técnico. "Siempre ha jugado de extremo y a veces, por su calidad, juega como delantero centro. Pero su posición es la de extremo y esto nadie lo va a cambiar", dijo el francés en abril de 2017. Pero los datos de Cristiano son reveladores. Sus registros evidencian una reconversión a la posición de punta que se ha ido produciendo de forma gradual y que se aceleró a partir de la temporada 2014-2015, precisamente cuando entró en la treintena. En solo un año su número de regates descendió más de un 30 %: de 88 quiebros completados a solo 60. Al mismo tiempo, sus goles iban concentrándose cada vez más cerca de la portería y en remates al primer toque. CR pasó de 43 a 56 tantos anotados en el área en ese mismo periodo; sus goles al primer contacto con el balón se incrementaron en un 20 %, de 35 a 54.
Las sospechas que podían empezar a intuirse entonces se han terminado de confirmar esta temporada. A los 33 años, CR encara menos que nunca, lo que invita a pensar que su zona de acción está fuera de las bandas. Esta temporada su media de intentos de regate como de quiebros completados se ha reducido en un 59 % respecto a su primer año en el Madrid. Entonces, buscaba desequilibrar seis veces por encuentro y salía exitoso en la mitad de ellos; ahora, los números son de 2,26 regates intentados y 1,26 completados.
Benzema, desplazado a la banda
Sus mapas de calor confirman que su zona de influencia es más que nunca el centro del ataque, lugar al que además ya no llega desde atrás, como hacía anteriormente, sino donde espera. Su cambió de posición ha repercutido directamente en la de Karim Benzema, cada vez menos en el área y, curiosamente, más cerca ahora de las bandas, especialmente de la izquierda. El cambio de piezas se pudo apreciar, por ejemplo, en el segundo y tercer gol del Madrid ante el Girona el pasado domingo. En uno Benzema filtra un pase interior hacia Cristiano, que se mueve en una posición más adelantada que el francés; en el otro, el nueve busca al luso en el punto de penalti con un centro raso desde el costado izquierdo.
Del último partido salió Cristiano con un póquer de goles que le permitió elevar su racha a los 17 tantos en los últimos ocho partidos, más de dos por encuentro. En liga ya lleva 22, 18 de ellos en los dos últimos meses, y ya está a solo tres de Leo Messi. En total, suma 37 goles, 35, el 95 %, los ha anotado desde dentro del área, más que nunca en toda su carrera. Además, 30 de ellos, el 81 %, han llegado al primer toque. Unos registros que le equiparan a especialistas del área de la talla de Hugo Sánchez. El mexicano igualó con 38 dianas en la temporada 89/90 el récord de goles en liga de Telmo Zarra y todos ellos los anotó de primeras. Un camino que, curiosamente y con muchas diferencias, también sigue el astro argentino del Barcelona. Hasta este fin de semana, Messi no había anotado todavía ningún gol desde fuera del área al margen de los lanzamientos de falta. Si bien, La Pulga, a diferencia de Cristiano, se mueve por todo el flanco del ataque, iniciando primero las jugadas y después finalizando cerca de la portería.
Ahí, en esa zona, el rectángulo final, es donde habita ahora Cristiano, su permanente rival por el cetro del fútbol mundial. Por el momento, el portugués evidencia con sus registros que ya se le puede hacer poseedor de otra etiqueta: la de mejor delantero.
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