Werner, un portero en la línea de Courtois y Oblak
El meta, tentado por el Manchester City, eligió al Atlético convencido por Correa y Giovanni Simeone
La nieve que caerá sobre Moscú en las horas previas al partido (17.00, beIN) y los cinco grados bajo cero, aumentados en otros tantos por la sensación térmica, pueden concederle a Axel Werner (Rafaela, 22 años) su segunda defensa de la portería del Atlético ante el Lokomotiv. El frío no invita a exponer la musculatura de Jan Oblak, dañada en un glúteo. En el último partido ante el Celta, las molestias del meta esloveno provocaron una imagen desterrada en el fútbol moderno: un central, Giménez, sacando de puerta en largo. “La idea es que si Oblak está en condiciones pueda jugar. Esperaremos y en consecuencia de cómo se sienta tomaremos una decisión”, advirtió Simeone, que no se fía del 3-0 de la ida, en la gélida mañana de Moscú.
Si prevalece la precaución, Werner tendrá otra oportunidad para ser exigido. En el Metropolitano, ante la escasa producción ofensiva del Lokomotiv apenas pudo corroborar los informes que llevaron a la dirección deportiva del Atlético a concretar su apuesta por un portero de 20 años con solo 14 partidos en el fútbol profesional con el Atlético Rafaela. La dirección deportiva rojiblanca apuntó entonces a un chico con una estatura de 1,91 centímetros, de brazos largos, buena colocación, reflejos y una gran serenidad para afrontar el mano a mano contra los delanteros. Carlos Eguiazu, vicepresidente del Atlético Rafaela, añade una virtud que engarza a Werner en la cadena de Courtois y Oblak. “Pese a su juventud, es un portero muy tranquilo que transmite confianza. Tiene una personalidad muy fuerte para asumir la responsabilidad. Con nosotros fue decisivo para salvar la categoría en 2016. Cogió la titularidad y ya no la soltó. Si todo se desarrolla con normalidad, el Atlético ha fichado a un portero para muchos años que además es de los que ganan partidos y puntos”.
“Siempre ha sido un chico tranquilo en la portería, aunque era revoltoso fuera del fútbol. Cuando era alevín en el Atlético Rafaela jugaba de mediocentro, pero un día faltó el portero y desde entonces hasta hoy”, relata su padre Ricardo Werner, que también achaca la coordinación que tiene pese a su envergadura y su capacidad reactiva a la práctica de otros deportes: “Jugó al baloncesto y tan bien al balonmano”.
En el verano de 2016, el Atlético desembolsó 800.000 euros ganando la puja al Manchester City. “Los ingleses estaban muy interesados, pero en una concentración de la selección argentina que iba a participar en los Juegos Olímpicos de 2016 Ángel Correa (comparten agente) y el hijo de Simeone, Giovanni, le convencieron para que fichara por el Atlético”, apunta Eguiazu. Tras cerrarse el acuerdo, el Atlético optó por ceder a su nueva adquisición al Boca Juniors. Lesionado el portero titular Guillermo Sara, a Werner le tocó debutar oficialmente en un clásico contra River (4-2) celebrado en el Monumental de Núñez. Encajó dos goles, pero protagonizó buenas intervenciones. “Fue otra prueba de su serenidad. No se le pudo la presión en un estreno tan exigente”, abunda Eguiazu.
El sorprendente traspaso de Moyá a la Real Sociedad en el mercado invernal ha acelerado el salto que el cuerpo técnico del Atlético le tenía preparado para la temporada que viene. Estaba previsto que entonces pasara a desempeñar el rol de segundo portero. En el club hay quien celebra que ese paso se haya precipitado. Se consideraba que necesitaba ya asumir una mayor responsabilidad. Más aún con la incertidumbre existente con el futuro de Jan Oblak y el interés del París Saint Germain. Los viajes en tren como un mero hincha que Werner ha realizado para seguir al Atlético en Valencia contra el Levante o a Sevilla parecen haber terminado.
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