Campazzo lanza al Real Madrid ante el Armani Milán
El base argentino descose al Armani con 14 puntos y 11 asistencias e hilvana la cuarta plaza en la Euroliga a falta de cuatro partidos (77-88)
Con grandes hechuras y un costurero electrizante, el Madrid descosió al Armani y, a falta de cuatro partidos, dejó hilvanada la cuarta plaza en la Euroliga. Con un Campazzo gigante —14 puntos, seis rebotes, 11 asistencias y 27 de valoración— y un 60% de acierto en triples, los de Laso lograron su 16º triunfo en la competición ante un rival inconstante. Se adelantó el partido de la 26ª jornada porque el Mediolanum Forum acogerá los próximos días el Mundial de patinaje artístico y el Madrid se apuntó un triple axel crucial en su propósito de asegurarse el factor cancha rumbo al playoff de cuartos.
Con la visión periférica de Campazzo, la puntería de Carroll, la potencia de Taylor y la intimidación de Tavares, el Madrid se presentó en Milán con un contundente parcial de 2-12 en poco más de tres minutos. A duras penas, Goudelock y Tarczewski espabilaron al Armani, pero, con un triple sobre la bocina, Campazzo conservó la holgura (17-25, m. 10). Para entonces, Tavares acaparaba las tribulaciones de Pianigiani. En el primer cuarto, el caboverdiano sumó tres tapones, achantó a Tarczewski y cargó con dos faltas a Gudaitis. Por todo ello, su viaje al banquillo para recuperar el resuello fue festejado por los locales como una momentánea liberación. Un triple de Kuzminskas tras una sencilla bandeja errada por Rudy ajustó las cuentas (23-25, m. 12). Pero la firme respuesta del mallorquín, con dos bingos desde el 6,75 en sus primeros tres minutos en pista, volvió a distanciar al Madrid. Acto seguido, la mano fina de Thompkins estableció una nueva máxima (30-42, m. 16).
La imponente segunda unidad madridista —Randle, Causeur, Rudy, Thompkins y Ayón— certificó el valor, actual y potencial, del repertorio blanco y comenzó a decantar la contienda ante un rival destemplado, superado en los porcentajes de tiro (8 de 13 en triples para los visitantes) y en la pelea por el rebote, en defensa y en ataque (36-49, m. 20). El contraste entre la pelea por las alturas y la huida de las profundidades quedó retratado. El Armani, que el curso pasado acabó último con tan solo ocho triunfos en 30 jornadas, juega en este tramo final de la competición por no repetir farolillo rojo (ahora ocupado por el Efes) por cuestión de orgullo y de proyecto. Según los estatutos de la Euroliga, si alguno de los 11 clubes con licencia A finaliza último dos temporadas consecutivas corre el riesgo de quedarse sin plaza fija.
El histórico Olimpia Milano —tricampeón de Europa: 1966, 1987 y 1988— no ha encontrado el equilibrio estos dos cursos ni con la pizarra de Repesa ni con la de Pianigiani; ni con Hickman, Raduljica y Macvan, ni con Goudelock, Micov y Kuzminskas. Idas y venidas con más nombre que sustancia que apenas han dado resultado a pesar del cambio de cara del equipo en la segunda vuelta del torneo. Antes de medirse al Madrid, el Armani sumaba cinco triunfos en las ocho jornadas precedentes. De sus nueve victorias totales, seis llegaron además ante rivales españoles.
Esta vez, Campazzo no concedió margen para estirar ninguna de esas rachas. El atómico base argentino ya presumía de un doble-doble en el segundo cuarto, con 11 puntos y 10 asistencias. Con su manejo, intensidad e influencia, el Madrid despegó hasta los 18 de ventaja (40-58, m. 23) y el Armani no pudo zurcir el descosido. El cuadro italiano castigó la suficiencia de los blancos con un parcial de 14-2 que llevó el marcador del 60-81 al 74-83 a 2m 35s del final, pero no varió el desenlace.
El Madrid viaja a Valencia el martes de la semana que viene, recibe al Zalgiris tres días después para rematar la doble jornada, viaja a Belgrado el Viernes Santo y cierra la liga regular contra el Brose el 6 de abril. Cuatro partidos para asegurar la cuarta plaza y la ventaja de campo en la eliminatoria por la Final Four.
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