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Rodrigo destroza al Sevilla

El Valencia certifica la cuarta plaza dándole una lección de pegada a un rival de buen juego, pero muy tierno

Rafael Pineda
Rodrigo bate a Rico.
Rodrigo bate a Rico.Julio Muñoz (EFE)

El Valencia certificó la conquista de la cuarta plaza con un incontestable triunfo en el Sánchez Pizjuán. De esta forma, deja a 11 puntos al Sevilla, un equipo de buen juego, pero con una ternura en ambas área que le imposibilita pelear esta temporada por la Liga de Campeones. Todo lo que le faltó al Sevilla lo tuvo el Valencia en Rodrigo. El delantero aprovechó dos grandes pases de Kondogbia para batir de manera impecable a Rico. Rodrigo, que suma ya 15 goles entre Liga y Copa, destrozó al Sevilla con sus movimientos y sus tantos, de una ejecución perfecta. Fue un auténtico incordio para los andaluces, que se estrellaron, además, con el portero Neto, también importante para el Valencia en los momentos en los que el Sevilla apretó, conducido por un Vázquez a gran nivel. Los de Marcelino, fuertes y fiables, pueden respirar tranquilos e incluso permitirse el lujo de pelearle al Madrid la tercera plaza. Demoledor en la Liga, el Valencia supo golpear en los momentos adecuados para llevarse de Nervión un triunfo que le sabe a gloria. El Sevilla, por su parte, ha perdido la primera de las finales que tenía esta semana. Descabalgado ya de la pelea por la Champions en la Liga, está obligado a dar la campanada el martes en Manchester si desea seguir vivo en la máxima competición continental.

El Valencia tiene la virtud de competir de manera excelente. Todo apunta a que es su año y que la cuarta plaza tiene dueño absoluto. Una realidad que se asienta en actuaciones como la de un primer tiempo donde de la nada hizo un gol y capeó el temporal para desesperar a un Sevilla muy lastrado por su ausencia de gol. El Valencia planteó el encuentro de forma conservadora, con Paulista, un central, de lateral derecho, manejándose con orden en espera de su oportunidad. Lo sufrió el Betis la pasada semana en Mestalla y ahora le tocó padecerlo al Sevilla. Sin esperarse, llegó el aguijonazo imprevisto pero letal, que alteró un partido donde apenas pasaban cosas, con dos equipos midiéndose y el de Marcelino esperando la oportunidad en su campo. Un cambio de juego magnífico de Kondogbia, un error de Escudero y una definición de alta categoría de Rodrigo lo cambiaron todo. Al lateral del Sevilla le cegó el sol. Parejo eligió campo al ganar el sorteo inicial. Eso también es fútbol. De sopetón salieron a relucir las virtudes de este Valencia tan compacto.

El Sevilla, con su estilo, jugó un buen partido. Un estilo que pasa por sobar la pelota y que Vázquez encuentre a Muriel. El delantero colombiano se mueve bien, pero no responde a las cualidades que se le exigen a un goleador. El conjunto de Montella no desentonó, ni mucho menos, pero careció de la pegada del Valencia. Neto estuvo fantástico en un disparo de Nolito y otro de Sarabia. Muriel se fabricó un jugadón que acabó con un gran disparo en el larguero. Los jugadores del Sevilla llegaron incluso a desesperarse con el colegiado, De Burgos Bengoechea, mal en alguna decisión, pero no definitivo por sus decisiones en el curso del choque. A los de Montella solo les faltó el gol. Lo único en lo que no se puede fallar para moverse en la elite de la Liga.

El Sevilla se siguió moviendo a un buen nivel en la segunda mitad. Y también le siguió penalizando su increíble inocencia en el área del Valencia. Banega, Vázquez y Lenglet volvieron a gozar de tres buenas ocasiones, pero el guion del partido estaba escrito a favor del Valencia. Con menos esfuerzo que su rival, haciendo las cosas más fáciles, el conjunto de Marcelino contragolpeaba con una tremenda eficacia. Rodrigo avisó en un par de oportunidades, hasta que Kondogbia rompió el centro del campo del Sevilla para dejar solo a Rodrigo ante Rico. El delantero volvió a definir de manera impecable. Un ambiente de decepción cayó sobre Nervión, con el Sevilla noqueado ante un rival directo y dando la sensación de que podía pasarse horas y horas sin hacerle un gol al Valencia. Sin la maldad necesaria para mostrarse como un equipo contundente, el equipo andaluz debe centrarse ahora en cerrar la quinta plaza y dar la campanada en Old Trafford. El Valencia, con el libro de Marcelino aprendido al dedillo, ofreciendo una fantástica seguridad en ambas áreas, se llevó un triunfo tan importante como placentero.

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