Asenjo para dos penaltis en la victoria del Villarreal contra el Getafe

Cuatro lesiones graves, cuatro roturas de ligamento han sufrido sus rodillas. Meses y meses de trabajo en silencio, de recuperación anímica y física para volver a sentirse deportista de élite, para situarse bajo los palos. Y cada vez ha regresado más fuerte, más sabio, mejor portero. Sergio Asenjo es el héroe y ante el Getafe agrandó su leyenda al detener dos penaltis, uno en cada mitad. Primero a Ángel y después a Jorge Molina. Una hazaña, parar dos penas máximas en un mismo partido, que solo han repetido en la Liga Diego López en el Villarreal, Diego Alves para el Valencia y Sirigu en Osasuna. Asenjo derrotó al Getafe.

El portero palentino sostuvo a un agotado Villarreal que tuvo el acierto de hacer diana a la primera, de marcar su gol a los dos minutos de partido. A partir de ahí el choque tuvo color azulón, el Getafe se procuró el esférico y sin saber muy bien qué hacer con él, sometió con más propósito que formas, con más intención que acierto, a los de Calleja. El Villarreal vivió en el alambre durante todo un partido para conservar el resultado y volver a conseguir una victoria con sabor a Europa frenando a su vez las aspiraciones del Getafe. Se lo debe a Asenjo.

Ante equipos herméticos, tácticamente trabajados, como los que entrena Bordalás, nada puede resultar más balsámico que anotar un gol en la primera oportunidad. Lo hizo el Villarreal a los dos minutos de partido, tras un perfecto pase profundo de Castillejo a Bacca. El delantero colombiano ganó la carrera a Antunes y Bruno y asistió a Enes Ünal, que continuaba la jugada y empujó el esférico a gol. El rebote de Bordalás en el área técnica fue mayúsculo, por la excesiva relajación inicial de sus jugadores.

Al Getafe le tocaba revisar su plan ante un Villarreal en el que Calleja concedió descanso a Mario, Rodrigo y Fornals. Se obligó el conjunto del sur de Madrid a dar un paso adelante que derivó en un choque abierto y discutido, más conveniente en principio para el equipo de Calleja. Llegado el minuto 21, la afición amarilla se acordó del gran ausente, su capitán y alma, Bruno Soriano, inédito esta temporada tras someterse a una operación el verano pasado que le tenía que alejar de los terrenos de juego dos meses. Van siete y Bruno no tiene fecha de reaparición.

Pasada la media hora de juego, Javi Fuego l se convirtió en protagonista involuntario tras una disputa con Djené que el árbitro Sánchez Martínez, que no tuvo su día, entendió como acción punible señalando penalti a favor del Getafe. Asenjo se hizo grande ante Ángel y detuvo el lanzamiento del delantero canario. Para entonces, el balón ya era para los de Bordalás.

El Getafe salió del vestuario tras el descanso con Jorge Molina para acompañar a Ángel en la delantera azulona, un peligro más para la zaga amarilla. Y cinco minutos después, Jorge Molina provocó un penalti señalado nuevamente por Sánchez Martínez tras un tropiezo de Jaume Costa con el delantero de Alcoy. Cambió el lanzador y el resultado fue el mismo. Detuvo la pena máxima Asenjo, esta vez a Jorge Molina. Y la tranquila afición de La Cerámica estalló de júbilo y coreó al portero palentino, a la vez que recriminaba cada decisión del árbitro por la rigurosidad en el área amarilla. Continuó el partido y no sucedió nada más. Asenjo rindió al Getafe.