La llegada de los ultras del Spartak desata la psicosis en Bilbao
La presencia de los radicales sin entrada provoca el mayor despliegue de seguridad en la capital vizcaína
600 agentes (500 ertzainas y 100 municipales) además de 200 guardias de la seguridad privada habitual del Athletic contabilizan lo que se ha definido como el mayor despliegue de seguridad habido en Bilbao, tras reforzarse los efectivos habituales ante la amenaza de los ultras del Spartak de Moscú que desde el martes han comenzado a llegar a distintos lugares de Euskadi, donde se alojan hasta el momento del partido (jueves 21.,05) procedentes muchos de ellos de otros lugares de España donde habitualmente residen. Lo que al parecer ha inquietado a seguidores y miembros de seguridad es la anunciada presencia de más de mil hinchas rusos sin entrada. Se teme que intenten, como ya hicieron en la Champions, asaltar las puertas de acceso al Sánchez Pizjuán. Alrededor de 2.000 aficionados rusos viajan con entradas: unos se asentarán en el habitual espacio destinado a la afición rival, otros cuentan con entradas VIP de la UEFA y otros ubicadas en la tribuna Principal Alta de San Mamés.
La psicosis se ha desatado y va creciendo a medida que se acerca el día del partido. Quizá tiene que ver en el ánimo colectivo los terribles sucesos producidos desde finales del pasado año con tres muertos, varias violaciones y agresiones múltiples a cargo de menores. Sin embargo, el comportamiento de los ultras rusos en el partido de ida disputado en Moscú, fue absolutamente correcto, sin que se produjera incidente alguno dentro o fuera el estadio. Sin embargo, no es menos cierto que los radicales del Spartak ya han causado incidentes importantes frente al Sevilla o el Maribor. Las medidas se han reforzado por la presencia masiva de ultras sin entrada. Por eso la Ertzaintza está vigilando vuelos y hoteles para controlar a ese grupo más problemático. Del mismo modo se ha pedido a los bares que no sirvan ni botellines, ni vascos de cristal y que se cierren las terrazas.
Dos incidentes, uno en Vitoria (donde unos ultras rusos quisieron agredir a un seguidor del Alavés) y otro en Bilbao (la Ertzaintza evitó que ultras del Athletic agredieran a seguidores del Spartak en el Casco Viejo), han sido las primeras escaramuzas para una psicosis que va in crescendo. Algunos radicales del Athletic han dejado mensajes de voz en los teléfonos móviles de sus círculos cercanos: mensajes apocalípticos anunciando que “lo que nos viene no lo hemos vivido nunca. No son cabezas rapadas, son paramilitares que han estado en guerras y ahora algunos son traficantes de armas”, advierte la voz.
En ese clima de tensión, un colegio situado cerca del campo de San Mamés ha recomendado a los padres que mañana no lleven a sus hijos a clase par prevenir problemas. Mientras tanto el Spartak de Moscú ha citado a sus seguidores en la céntrica Plaza de Moyúa para desde allí dirigirse al estadio y les han pedido que no entren en provocaciones. Por su parte, seguidores del Athletic dicen haber convocado una manifestación antifascista en la Plaza Nueva, en el corazón de Bilbao.
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