El PSG readmite a los ultras para el partido contra el Barcelona
El club francés contará por primera vez desde 2012 con la presencia de sus hinchas más radicales en un partido de la Champions League
El Barça ya tiene un rival más. El conjunto catalán, que visita el próximo martes el estadio del París Saint Germain en el partido de ida de los octavos de final de Liga de Campeones, tendrá que lidiar contra un adversario inédito y totalmente desconocido en su reciente historia frente a, quizás, su mejor víctima de Europa en los últimos cinco años. Por primera vez desde la llegada de los inversores cataríes en 2012, los jugadores parisinos contarán con el sonoro apoyo de sus hinchas más radicales para una eliminatoria europea.
Según fuentes consultadas, se esperan hasta 1.000 ultras para el duelo contra el Barça. Un cambio notable en las gradas del Parque de los Príncipes, con un aforo de 49.691 espectadores. Así lo anhela Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del PSG, quien fue el principal promotor de esta sorprendente iniciativa. A petición de los jugadores, que se quejaban de la falta de fervor en el estadio en los momentos más críticos de la temporada pasada, que se saldó por una cuarta eliminación consecutiva en cuartos de final de la Champions contra el Manchester City, Al-Khelaïfi emprendió el verano pasado la tarea de reincorporar a los radicales. Fue el fichaje más polémico de la presente temporada.
Los ultras parisinos, compuestos históricamente por dos bandos con ideologías políticas opuestas (Auteuil y Boulogne), llevaban apartados del Parque de los Príncipes desde una pelea mortal que enfrentó a ambas facciones en el año 2010 y que se recuerda en Francia como el caso Yann Lorence, en nombre del ultra fallecido.
13.000 hinchas expulsados
El suceso provocó la expulsión de unos 13.000 hinchas que se situaban en las gradas afectadas, a quienes se les prohibió, entre otras medidas, la posibilidad de renovar el carné de abonado en los años posteriores. Las asociaciones de ultras implicadas en la riña multitudinaria también fueron disueltas por el gobierno francés.
Tras dos años de reuniones entre la cúpula del PSG, ultras y policía, Al-Khelaïfi aprobó al verano pasado el plan de regreso
Pero después de dos años de intensas reuniones entre la cúpula del PSG, las asociaciones de ultras y la prefectura de policía, que pretendían volver a establecer un diálogo entre las partes afectadas, Al-Khelaïfi aprobó al verano pasado el plan del regreso. Esta iniciativa se concretó en octubre en un partido de la Liga francesa contra el Girondins de Burdeos. Un centenar de hinchas se reunió en la grada Auteuil bajo la bandera de un colectivo (el Colectivo Ultras París, que agrupa a distintas asociaciones) gracias al visto bueno de la directiva del PSG, que accedió a las peticiones de aquel colectivo, vendiéndole entradas personales tras acometer una escrupulosa selección de los solicitantes.
El ambiente en el estadio se reanimó. Hubo banderas, pancartas y cánticos de apoyo a los jugadores durante 90 minutos. Lo nunca visto desde el inicio del mandato de Al-Khelaïfi. “Hemos notado la diferencia, es algo fantástico jugar en un ambiente así”, se felicitó entonces el medio francés Matuidi tras la apretada victoria (2-0) contra el Girondins.
Desde este momento, los ultras parisinos no han dejado de llenar las gradas y su presencia, cada vez más imponente, ha ido estructurándose. Antes de la tregua de Navidad, el colectivo de ultras se felicitó de la situación con una pancarta en un partido contra el Lorient. “Un presidente apasionado, unos ultras reencontrados: gracias Nasser”.
Salvo un leve incidente entre dos grupúsculos de hinchas durante un desplazamiento en Bretaña, desde la implementación del plan de Al-Khelaïfi, no se han registrado más actos de violencia entre aficionados, según la prefectura de policía.
Hasta el presidente del CUP, Romain Mabille, que tenía prohibido entrar al estadio por su pasado violento, fue admitido en enero en un partido contra el Mónaco en enero.
En este periodo transitorio, el actual fondo que se prepara para la recepción del Barcelona admite ser una mezcla entre una grada de animación, como en el estadio Bernabéu, y una grada de hinchas radicales con sus excesos.
Mabille, que prepara un tifo de acuerdo con la versión oficial, no descarta por ejemplo el lanzamiento de bengalas durante el partido contra el Barcelona, según declaró al diario Le Monde: “En las siglas CUP, está la U de ultras”, recuerda.
En el fondo, la intención de los ultras parisinos es inspirarse en el modelo alemán, donde las familias comparten asientos con los ultras de una manera pacífica gracias a una relación constructiva entre el club, la policía y las asociaciones.
En abril pasado, antes del inicio de la Eurocopa, el parlamento francés aprobó una ley que estableció la creación de una persona de referencia dentro de los clubes cuya misión es facilitar el diálogo entre ambas partes. Esta figura es una exigencia de la UEFA desde hace años para luchar contra el hooliganismo en los estadios.
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