Valverde: “No querría repetir una final en el campo del rival”
El técnico del Barcelona recuerda la final que jugó con el Athletic en el Camp Nou para señalar que Sevilla no le gusta como escenario el 21 de abril
Ernesto Valverde celebrará hoy sus 54 inviernos con la seguridad de que el año se completará, al menos, con una final, la de Copa el próximo 21 de abril. Y ante el Sevilla, cuyo presidente, Pepe Castro, fuerza para que el partido se dispute en la ciudad andaluza. Cuando se le preguntó por ello al técnico azulgrana lo tuvo claro: “Yo ya he jugado una final de la Copa en el campo del rival y la verdad es que no me gustaría repetir”, señaló en referencia al encuentro que disputó con el Athletic en el Camp Nou en 2015. Y perdió (3-1).
Los debates sobre cuál debe ser el escenario de la final se sucederán a partir de hoy, pero antes ganó el Barcelona. Y lo hizo con un fútbol tranquilo, libre de estridencias, en unos 90 minutos en que dominó lo justo. Sabía lo que se encontraría y respondió como tocaba. “Preveíamos que ellos no iban a dejar la iniciativa y teníamos que estar pendientes de su contra porque tienen jugadores muy rápidos. Al jugar con un mediapunta, que además es un delantero como Rodrigo, sabíamos que en cualquier pérdida nos podían hacer un gol”, explicaba Valverde.
Y, ciertamente, tuvo sus oportunidades el equipo de Marcelino, con Rodrigo en el campo y sin él. Pero no le acompañó la fortuna. “Nos faltó acierto en el primer tiempo, aunque estuvimos a un nivel muy alto. El segundo gol nos mató. Y a partir de ahí el partido se hizo muy difícil. Estamos cerca de los rivales pero no nos alcanza”, así resumió el entrenador del Valencia el partido de los suyos, incapaces de marcarle un tanto a Cillessen en 180 minutos. El Barcelona, en cambio, tuvo la paciencia necesaria: “Ha sido importante esperar nuestro momento, meterles atrás y esperar a que llegara ese hueco que nos diera una oportunidad”, dijo Rakitic.
Los azulgrana no quisieron arriesgar lo más mínimo, ni Piqué perderse la semifinal de Copa. Así que, con un vendaje en la rodilla y después de jugar al gato y el ratón, formó en el once inicial. Hasta que no pudo más. “Se encontraba bien, pero según ha ido avanzando el partido ha notado una sobrecarga”, concedió el técnico. Y debutó Yerry Mina, todo felicidad. Agradecido solo porque lo sacaran a calentar. “Cuando toqué la primera bola tuve esa confianza porque mis compañeros me han arropado muy bien todo este tiempo. Ahora toca seguir trabajando para aprender más de ellos”, dijo.
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