_
_
_
_
_
El clásico
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Madrid muere de nostalgia

El Barça con las peores expectativas que se recuerdan gana la Liga en la primera vuelta humillando a los blancos en casa

FOTO: Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. / VÍDEO: Declaraciones de los entrenadores tras el partido.Vídeo: PAUL HANNA (REUTERS) / atlas
Manuel Jabois

Iniesta está en ese estado en que no sabe cuándo será su último gran partido. Eso lo convierte en una rareza de museo: hay un lado legendario sin efectividad, como un jugador objeto de visitas, y otro en que de repente se desempolva como una Gioconda. Es un cuadro, y el cuadro se puso este sábado a quebrar y correr, y con él se puso a bailar el Barcelona como espejo de su tiempo más feliz. Acabarán Iniesta y Messi con María Teresa Campos recordando sus partidos en el Bernabéu con las botas abrochadas. Así iba la vida y así nos iba a todos hasta que la pisoteó Busquets y se la entregó a Rakitic, y Rakitic corrió hasta llegar al área del Madrid, un equipo para entonces empequeñecido por asombros livianos, entre ellos el de ver cómo su gran primera parte no tuvo ningún efecto.

Habían sido minutos contundentes, con ratos de electricidad. El Madrid tuvo el balón y la jerarquía, y soltó a los perros callejeros en una presión alta que por momentos maniató al Barça. Era el Madrid superior que había conocido el verano: un Madrid consciente de sí mismo, presumido hasta que se encontró con Ter Stegen y los palos. El descanso lo sumió en una depresión tranquila, propia de dioses a los que les empieza a extinguir su culto. Fue entonces cuando se marchó la Liga. Lo decidió el inesperado Barcelona. Cogió el abrigo y el sombrero, y la Liga, y tiró para el aeropuerto dejando atrás una afición con el estómago hinchado de títulos y asombros. Fue la carrera de Rakitic, que recordó a la de Sergi Roberto hace unos meses, cuando el Madrid lo ganó todo. De hecho, Sergi Roberto iba a su lado recordándoselo: él fue el que entregó el balón a Suárez para que fusilase. El Madrid empezó a morir de nostalgia.

LaLiga puso el partido cuando los argentinos estaban durmiendo. Un clásico a la una de la tarde sacrifica la audiencia argentina por la china: se gana el consumismo oriental y se pierde el insulto canchero, nuestros hermanos, la vida al otro lado. No influyó en Messi, que tiene horario propio. No influyó en nada decisivo, la verdad. En la segunda parte el Barcelona abrió un boquete en mitad del cuerpo trasplantado del Madrid, ahogado en centros de reposiciones televisivas navideñas, y por allí se fueron escapando los recuerdos de un mundo mejor, cuando hacía calor. A pocos equipos le sientan peor los guantes que al Madrid. El Barça jugó un fútbol sin respuesta. Fue una hemorragia que evocó tiempos pasados, sólo seis meses después de que Piqué confesase tras la Supercopa que nunca hasta entonces se había sentido inferior.

El fútbol enseña unas cartas y echa otras. El Madrid ha cerrado en el Bernabéu el mejor año de su historia perdiendo 0-3 con el Barça y de paso la Liga. El Barça con las peores expectativas que se recuerdan gana la Liga en la primera vuelta humillando al Madrid en casa. Nunca se sabe lo que hay debajo del abeto hasta que se abre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_