El Villarreal mengua al Celta en Balaídos
El oficio del conjunto castellonense se reencuentra con la victoria ante un rival sin recursos en ataque por la ausencia Iago Aspas
Después de tres derrotas consecutivas, el Villarreal se reencontró con la victoria en Balaídos ante un Celta que no tuvo su día y al que le pesó la no presencia de Iago Aspas. Venció el conjunto castellonense por oficio, solvente en defensa cuando en el tramo final apretó el Celta. No tuvieron los vigueses la convicción suficiente para alterar el orden del Villarreal, tácticamente perfecto en Balaídos y que tuvo más lucidez en ataque que los celestes, que no se encontraron cómodos en ningún momento del partido. La entrada de Emre Mor en la segunda mitad encendió la chispa a los de Unzué. Fuegos de artificio que no inquietaron el hermético dispositivo del Villarreal, que con los tres puntos conseguidos mantiene en propiedad la sexta plaza y aleja de los puestos europeos a los de Vigo.
Celta y Villarreal transitan por caminos parejos. Dos conjuntos aparentes, con jugadores de buen pie, con un compromiso estético en el juego y con menos puntos en la tabla que los merecimientos expuestos hasta la fecha. Dos equipos que ennoblecen y endulzan la Liga. Enfrentados en Balaídos, vigueses y castellonenses se presentaron con ausencias destacadas, mal endémico en el Villarreal en esta temporada. En Vigo completó una vez más la convocatoria con cuatro jugadores del filial. Ambos bandos jugaron sin sus máximos referentes en ataque, ya que estaban sancionados Iago Aspas en los celestes y Bakambu en los amarillos.
La primera batalla del encuentro fue por la posesión del esférico, pretendido fin de ambos equipos. Dividido el control del juego, la falta de ritmo del encuentro hacía previsible el despliegue en ataque de los de Unzué y Calleja. Las defensas estaban siempre en alerta por la calidad de los futbolistas presentes en el terreno de juego. Lo comprobó Asenjo que al cuarto de hora tuvo que intervenir tras revolverse Jozabed en el área visitante y disparar rápido. Replicó en campo contrario Jaume Costa, que obligó a Rubén Blanco a aplicarse.
Era un duelo para medir la paciencia de los contendientes, de buscar el momento, de forzar errores que no se producían. El primero llegó a la media hora para el Celta. Tras un resbalón de Jonny, Trigueros, desde el balcón del área, envió suavemente el esférico pegado al palo izquierdo, al que llegó con apuros Rubén Blanco para evitar el gol del excelso centrocampista del Villarreal. Seguidamente, nada pudo hacer el portero del Celta para atajar el cabezazo de Pablo Fornals, que llegó desde la segunda línea, beneficiado por el movimiento de arrastre de Mario para hacer buena la excelente asistencia de Carlos Bacca. Era el primer gol de Fornals con el Villarreal, que de nuevo jugó en la mediapunta tras no estar presente la jornada anterior ante el Barça tras sufrir un desmayo en el entrenamiento previo.
El Villarreal tenía las ideas más claras en las áreas. Cerró los espacios de la ofensiva celeste, desconectado Pione Sisto, intrascendente Maxi Gómez, con más sensación de peligro los amarillos cuando se asomaban a las cercanías de Rubén Blanco.
Con Emre Mor en el terreno de juego tras el receso, el Celta pasó a dominar de manera inocua el partido, planos en la creación los celestes, atento y contenido el Villarreal, que esperaba su oportunidad. Esta llegó por mediación de Bacca. Fue la única ocasión de los de Calleja en el segundo acto. Con 20 minutos por delante, Unzué envidó con la entrada de Radoja y Guidetti. Pero fue Emre Mor quien envío un disparo cruzado al poste que desvió Asenjo con su pie izquierdo. Dinamizado por el menudo y habilidoso jugador turco, el Celta cercó al Villarreal en el último cuarto de partido sin lograr derribarlo. No era el día del conjunto vigués. No estaba en Balaídos Iago Aspas.
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