Mascherano se trabaja su despedida del Barcelona

Mascherano dice basta. Cansado de mirar los partidos del Barcelona desde el banquillo, de la dura competencia en una plantilla como la azulgrana, el argentino informó hace un mes y medio a la dirección deportiva del Barça sobre su deseo de dejar el club después del Mundial de Rusia. “Javier ya está gastado de jugar en las ligas de élite, donde cada partido de fútbol se transforma en una guerra”, aseguran desde el núcleo duro de El Jefecito. No había vuelta atrás, la decisión ya la tenía tomada. Sin embargo, se precipitó: Mascherano quiere dejar el Barcelona en enero. Y así se lo hizo saber de nuevo al club.

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Tras el último duelo de la selección argentina ante Nigeria —el equipo de Jorge Sampaoli cayó por 4-2, después de una frágil actuación de la zaga albiceleste—, el central regresó lesionado a Barcelona. El Jefecito, de 33 años, lo tiene claro: sin continuidad en su club es imposible rendir al máximo con la Albiceleste. Esta campaña acumula 10 partidos (ocho como titular) y en nueve ha estado sentado en el banco. “A su edad, necesita tener ritmo de competición. Él no sabe regularse en los partidos, ni jugar al 70%. Cuando no estás rodado te terminas rompiendo”, explican sus allegados. Su lugar en Rusia no peligra; sin embargo, Sampaoli, que considera a Mascherano como un jugador fundamental para sacar el balón desde su área, quiere al 14 fino física y futbolísticamente en el Mundial.

Mimado por Guardiola, consolidado por Vilanova y Martino y respaldado por Luis Enrique hasta que Umtiti aterrizó en el Camp Nou, su relación con Ernesto Valverde es fría. Cuando el Txingurri se hizo cargo del Barcelona pidió a Íñigo Martínez para reforzar la defensa. El club ya tenía prácticamente cerrado el fichaje del zaguero de la Real Sociedad cuando Mascherano amagó con irse. “No me voy a quedar como el cuarto central”, aseguró el argentino, que había renovado su contrato en julio de 2016 por tres temporadas más. El Barça reculó. Y se conformó con Piqué, Umtiti, Mascherano y Vermaelen. El problema para Valverde es que a la lesión de Mascherano se le sumó la de Umtiti y el cuadro azulgrana encara ahora la recta final de la primera vuelta de la Liga con Piqué (30 años) y el prácticamente inédito Vermaelen (22 partidos de Liga en las últimas cuatro campañas).

Mascherano ya tiene acordado su contrato con un club de la Superliga China, que podría ofrecerle al Barcelona una cifra cercana a los seis millones de euros por el traspaso del argentino. Entiende El Jefecito piensa que jugar en la liga del gigante asiático no le haría perder nivel competitivo de cara al Mundial. Su espejo es su compañero Paulinho (hoy en el Barça, ayer en el Guangzhou Evergrande) y Renato Augusto (Beijing Guoan), los dos titulares en la Brasil de Tite. “Nuestro deseo sería que se quede, pero somos un club humano y nos vamos a sentar a escuchar al jugador”, le dijo el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, al diario La Nación.

“Esperamos que se quede”

Mientras el máximo directivo azulgrana se muestra conciliador, Guillermo Amor, responsable de relaciones institucionales de la entidad, aseguró el martes que cuentan con el 14, uno de los capitanes del equipo. “Javier es jugador del Barcelona. Tiene una gran carrera profesional y aporta mucho al equipo. Esperamos que pueda continuar de la misma manera con nosotros”, dijo. Una reflexión similar a la de Valverde: “Estamos contentos con él y queremos que se recupere”.

Sin embargo, El Jefecito ha abierto la puerta del Camp Nou. Después de 332 partidos, el rey del tackle (659 con la camiseta azulgrana), Mascherano perfila su adiós del Barcelona.