Rakitic es la Thermomix del Barcelona
El volante, que lo juega todo, se desempeña frente al Sporting de forma notoria como mediocentro
Ya advirtió el técnico Ernesto Valverde que la Champions League le ha dado tanto al Barcelona que no entendía otra forma de encarar el descafeinado encuentro –al menos para los azulgrana porque no se jugaban otra cosa que la honra y el dinero por el triunfo, una vez clasificados como primeros de grupo- que con el mayor de los respetos. Así, Txingurri no citó a ningún futbolista del filial y en el once inicial salpicó todas las líneas con teóricos titulares, caso de Semedo y Piqué en la zaga, que apenas tuvieron trabajo; de Luis Suárez en la punta de ataque, que sigue reñido con el gol porque en los últimos 13 duelos de la Champions solo ha marcado un tanto (al PSG); y caso de Rakitic en el eje, que dio un recital de mediocentro, una posición que ocupó de vez en cuando en el Schalke y la selección (también esporádicamente en el Barça como un duelo en el curso anterior ante el Eibar), pero que apenas practica.
Fue un duelo ligero, un encuentro menos exigente de lo esperado porque el Sporting de Portugal resultó de lo más timorato a pesar de su exigencia de vencer para intentar aspirar a los octavos de final europeos; uno más que se une al grupo de rivales de los azulgrana que no se desmadran al ataque sino que se abrigan en defensa para intentar expresarse a la contra. Y que el conjunto luso no ejecutara la presión solo hizo que subrayar a Rakitic, estupendo en la salida limpia desde la raíz –porque se insertaba entre los centrales al más puro estilo Busquets- y sólido en la distribución desde la medular. Le ayudó también la disposición táctica del Sporting porque atacaba con un 4-2-3-1 pero defendía con un 4-4-2 que cerraba líneas de pase pero dejaba a Rakitic a su aire. Así, un pase suyo de 50 metros no lo completó Alcácer por los pelos del mismo modo que un obús suyo desde la frontal no pilló puerta por centímetros.
Se presuponía que André Gomes, más corpulento y con menos recorrido, ocuparía el puesto de Busquets, de nuevo la única pieza del equipo que no tiene un recambio natural. También se daba por sentado que Rakitic descansaría las piernas en este partido, pero el croata convence a todos los entrenadores porque siempre acaba el curso entre los cuatro que más minutos juegan desde que llegó al Barça. Anoche lo razonó con los pies y los pulmones, pero también con la cabeza porque incluso se remarcó en la fase defensiva, excepcional en la anticipación y en el corte. Más tralla para el centrocampista, que ya suma 1.667 minutos, solo por detrás de Suárez (1.642), Umtiti (1.692), Busquets (1.785); Messi (1.864) y Ter Stegen (1.890). Pero a Rakitic, que desde hace un par de años sigue en el gimnasio de su casa un programa físico [revisado por el Barça] como aliño de la rutina diaria azulgrana, le sobra el aire como demostró tras el gol de Alcácer, ya que fue el único que regresó corriendo a su campo. Pero es lo que tiene Rakitic, que sirve para todo, que es la Thermomix del fútbol.
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