A La Roja se va con ‘coach’
Luis Alberto, el mediapunta de la Lazio, se une a la selección después de siete meses de progresión deportiva y ejercicios mentales con el psicólogo que asiste a Julen Lopetegui
Luis Alberto Romero, la gran novedad de la última convocatoria de la selección española, tiene algo en común con el seleccionador Julen Lopetegui: el psicólogo. El psicólogo, el entrenador mental, y el coach, todos en uno, reunidos en la figura de Juan Carlos Álvarez Campillo. El hombre a quien el futbolista del Lazio atribuye su excelente momento de forma y su primera llamada como internacional absoluto.
Luis Alberto (Jerez, 1992) es el típico mediapunta andaluz. Elegante, creativo, buen pasador y con tendencia a la ensoñación poética. En enero, en plena temporada pasada, las lesiones le indujeron un estado de pesimismo profundo. Con 25 años, después de recorrer media Europa a través del Barça, el Málaga, el Deportivo, el Liverpool y la Lazio, se planteó dejar el fútbol. Entonces llamó al coach.
“Yo no hice nada, lo hizo todo él”, advierte Álvarez Campillo, “yo solo le di herramientas”.
Las “herramientas” son una suerte de tutorial hecho a medida, vía videoconferencias, para que el muchacho adiestre la mente, básicamente, en dos tareas. Dos metas cuya realización marca la diferencia entre el éxito y el fracaso en el profesionalismo: elevar la autoestima y conseguir la máxima concentración durante los partidos.
Álvarez Campillo remite a su libro, El entrenador mental, que sirve de guía. “La concentración es una habilidad”, dice, “y se puede desarrollar con técnicas inspiradas en las filosofías orientales. Hay personas que lo tienen de serie, pero en la mayoría se puede desarrollar. Con Luis Alberto trabajamos. Hay un ejercicio sencillo: concentrarnos en diez respiraciones a ver si somos capaces de llevar la atención solo a eso. La gente normalmente no puede pasar de dos o tres. Cuando aprendes a mantener el foco en la respiración también puedes concentrarte en los partidos. Él lo practica mínimo una o dos veces al día. En el campo de entrenamiento también: le digo que se fije solo en el balón a ver si puede concentrar la atención sin pensar en otra cosa; o le digo que se fije en acompañar los movimientos del equipo y del balón. Eso es ejercitar la concentración. Ahora él puede hacerlo solo y aplicarlo a la competición. A Luis Alberto las cosas no le ocurren por inspiración de un día. Lo trabajó siete meses a tope”.
El jugador lo admitió sin complejos en Radio Marca: “No sé si Juan Carlos fue mi salvación pero me ha hecho cambiar muchísimo. En enero y febrero mi cabeza decía que no, que no, que no... ‘Que tú no eres capaz de nada. Que mejor vámonos para Sevilla a estar con la familia y se acaba…’. Él me convenció de que no. Una de las metas que nos pusimos el primer día fue ser internacional en un año y medio. ¡Y en siete meses lo hemos conseguido!”.
Su participación en el Lazio refleja su estado anímico. En la temporada pasada jugó 360 minutos en la Serie A, metió un gol y dio dos asistencias; esta temporada suma 918 minutos, tres goles y seis asistencias. El equipo crece. La Lazio está cuarta en la clasificación del campeonato a cuatro puntos del líder, el Nápoles.
En el fútbol contemporáneo, donde el ritmo se acelera y los espacios se reducen, muchos jugadores de gran potencial técnico se pierden porque no consiguen seguir el partido cuando no tienen la pelota. “Cuando no tienes el balón no llevas el ritmo que necesita el movimiento del equipo y del partido y luego aunque lo quieras recuperar has tardado ese medio segundo que es demoledor”, explica el coach. “No es suficiente. Cuando estás conectado vas acompasado con el ritmo del juego, del equipo contrario, del balón y de tus compañeros. Ahí está la chispa, la milésima de segundo de ventaja para encontrar el desmarque, el pase, la solución. ¡Ese estado mental se puede conseguir trabajando!”.
Importado de los deportes olímpicos, el coaching está de moda en el fútbol. Los antiguos psicólogos deportivos se han ajustado a los nuevos eufemismos. “Bueno: un psicólogo no”, matizó ayer Saúl, cuando le preguntaron si recurría a un psicólogo. “Yo tengo un coach. Llevo trabajando con él cada semana. Vivimos de esto y creo que siendo profesionales como debemos tenemos que tener personas que nos ayuden a mejorar psicológicamente, o físicamente con fisioterapeutas. Hay muchas tareas. Esto no es solo jugar al fútbol. No es solo lo que se ve. Vivimos las 24 horas para esto y tenemos que trabajar más allá de las dos horas de entrenamiento para poder hacerlo bien”.
Álvarez Campillo reflexiona sobre la crisis que empujó a Luis Alberto al autoanálisis: “Pensaba que con tener talento y clase es suficiente y se dio cuenta de que si no trabajas a tope ese talento se diluye. Tiene que tener constancia, aspirar a más, ser más ambicioso. Cuando lo puso en su hoja de ruta explotó”.
La modernidad impone coaches. Algunos, como Alberto Moreno, se resisten con una risita: “¡Gracias a Dios yo no he necesitado ese tipo de ayuda!”.<NO1>pero sí que conozco a varios compañeros que les ayuda bastante. Yo el año pasado después del año ,malo que pasé mi ayuda fue mi familia y mi hija que estaba recién nacida y era la única que me hacía olvidar día a día el mal que tení. Pero espero no tener que utilizar ese tipo de ayuda!".
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